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Agua, innovación y emprendimiento

Emprender de por sí es un gran reto, pero si se trata de crear soluciones y modelos sostenibles para problemas sociales y ambientales, la dificultad se incrementa pues pocos inversionistas quieren arriesgar su capital sin garantía de retorno de inversión. Estas son las historias de algunos que se han aventurado a ser innovadores en este sector
15 de Abril 2018
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POR SEBASTIÁN SERRANO

Jesús llevaba cinco años con su proyecto de emprendimiento social; a la gente le gustaba la idea, pero no lograba encontrar la rentabilidad económica. Estaba a punto de cerrarlo y olvidarlo, sin embargo, decidió darle la última oportunidad y entró en la convocatoria de una incubadora que entonces se llamaba SenseCube y que hoy es el Programa de Impulso al Emprendimiento Social de Makesense. “Nos seleccionaron para el proceso de aceleración y a partir de ahí empezó otra etapa, otra idea de la empresa. Nos proporcionaron las estrategias para generar el modelo de negocio”.

Su idea nació en 2010, cuando se le ocurrió desarrollar una aplicación con la finalidad de promover la cultura del agua. Comenzó a procesar la información con el objetivo de producir datos que fueran digeribles y a aterrizar conceptos, como el de huella hídrica. Así empezó Conciencia Hídrica, una plataforma que mide el consumo de agua de las personas en su día a día, con el fin de tener marcadores con qué reducirlo. De acuerdo con Jesús, un reto muy grande del sector del emprendimiento social y ambiental es convertir una idea de impacto positivo en un proyecto rentable. “Entendí que las personas no estaban dispuestas a invertir porque no les representaba un ahorro económico directo, así que cambiamos el enfoque para ofrecer la aplicación a grandes edificios. A partir de esto descubrimos que un cliente con alto potencial eran las cadenas hoteleras, porque para ellos el agua es un recurso fundamental y deben medir en qué se va cada gota”. Así su emprendimiento evolucionó a Flowstein.

Otro emprendedor del agua es Peter. Su proyecto nació de una clara visión ecológica: dejar de utilizar agua embotellada y en garrafones. “México es el país del mundo que consume más agua embotellada, 70 % en garrafones y 30 % en botellas de diferentes dimensiones, y no tiene la capacidad de reciclar, es un problema ambiental. Quería tener un sistema adecuado de purificación de agua, y como soy una persona escéptica empecé a investigar primero los contaminantes y patógenos que se encuentran dentro del agua y luego las tecnologías que se utilizan para la limpieza de la misma, y me di cuenta de que siempre faltaba algo. Unos sistemas no retiran virus ni bacterias y otros realizaban una mayor purificación, pero el costo ambiental es muy alto, sobre todo por los residuos químicos que generan”. Así fue como Peter y su socio, un bioquímico que lleva 20 años trabajando en temas ambientales, desarrollaron el sistema Biluu, a fin de tratar el agua que se recibe de la llave, por medio de un proceso avanzado de purificación.

Mientras que el reto de Miguel ha sido ante todo social: generar agua donde no la hay. Junto con su socio tecnológico David, empezó a trabajar en un sistema que recuperara agua del aire, utilizando el proceso natural de condensación, así nació Common Element. En el mundo ya existen por lo menos 20 tecnologías similares patentadas, pero ellos buscan crear un sistema que sea más eficiente y que no requiera refrigerantes y compresores para su proceso, con eso ahorra más energía y depende menos de la humedad del ambiente.

Desde que los conocí, en 2015, batallan por tener los apoyos y recursos con el objetivo de generar un prototipo que les permita probar y comercializar su idea. Y no ha sido nada fácil. Miguel me comenta que el año pasado desarrollaron una campaña de crowdfunding y obtuvieron el financiamiento para construir el prototipo. Sin embargo, los ingenieros con los que colaboraban dejaron el trabajo tirado y a medias. Recuperaron lo que habían avanzado, obtuvieron nuevos recursos y desde noviembre formaron un nuevo equipo para terminar el prototipo; en la actualidad están realizando el protocolo de pruebas y perfeccionando los detalles.

El ecosistema emprendedor

Peter me comenta que el ecosistema emprendedor para él ha sido de gran ayuda. “En un inicio estaba trabajando solo, no tenía ningún apoyo. Me enteré de la existencia de la convocatoria de SenseCube, participé y me seleccionaron. A partir de esta experiencia he ido generando una red de mentores y emprendedores, que me han ayudado a convertir mi idea de impacto positivo en un proyecto rentable. Pero otro punto importante es recibir críticas, conocer los problemas y las cosas que debes perfeccionar para mejorar tu propuesta de valor. El año pasado continuamos este proceso y fuimos finalistas de MassChallenge México, otro programa de aceleración”.

Miguel llevaba nueve años emprendiendo, y considera que en este periodo el sector ha madurado mucho. “Ahora existen mecanismos como el crowdfunding, que han democratizado el acceso a recursos, y existen plataformas que te ayudan a darle visibilidad al proyecto, pero también tienes que tener mucho cuidado, porque en el sector hay muchas consultoras que te venden espejos, en algunos casos son muy caros y no te ayudan. Es muy complejo porque los nuevos proyectos tenemos una barrera de entrada con los bancos e inversionistas, nos rechazan al estar en una etapa muy temprana y esperan que tengamos ventas para apoyarnos. Además los emprendedores vivimos con sentido de urgencia, debemos conseguir el dinero para vivir, mantener a la familia y a la vez mantener el negocio, así que sufrimos mucho con la cultura mexicana de dilatar las cosas”.

Jesús es un entusiasta convencido del sector. “Los programas de aceleración y apoyo a emprendedores han servido para tranquilizarme un poco y encontrar una estrategia para seguir sobreviviendo. Es un sector muy noble, en donde conoces a personas dispuesta a apoyarte en todos los sentidos, sin esperar recursos, desde los mentores, hasta las incubadoras o incluso los inversionistas ángel. Porque es una lucha mantener el proyecto con recursos propios, créditos bancarios, apoyo de la familia. Llega un punto en el que es insostenible”.

Exprimir gota a gota

Por lo general, miden los proyectos según el retorno de inversión, y ante las tarifas muy bajas del agua suele ser difícil alcanzarlos. Sin embargo, como comenta Jesús, el agua está inmersa en un ámbito muy complejo, teniendo en cuenta que es un derecho humano, aunque también cuesta su infraestructura, extracción y distribución. “Son las variables a las que nos tenemos que enfrentar los emprendedores que nos dedicamos a este tema que es transversal, en donde entran varios factores políticos, sociales y ambientales; pero eso también es lo que lo hace fascinante y que tenga retos mayores a un simple retorno de la inversión”.

Peter lo ve desde una perspectiva diferente, la de los consumidores, en donde juega un papel fundamental la calidad del agua que esperas. “El agua es muy interesante porque la contaminación no la puedes ver con el ojo, así que se convierte en algo misterioso, casi esotérico. Una vez que las personas creen algo, les cuesta mucho cambiar de idea. Luchamos contra creencias y hábitos muy arraigados y a la gente le cuesta probar algo nuevo. Muchas veces pagamos más al mes por el agua de garrafón que por el servicio de Internet, pero no nos damos cuenta”.

Miguel recuerda que desde finales de la década de 1980 se empezó a hablar de escasez de agua, no obstante, todavía hay mucha desinformación respecto a la realidad del problema. “Se han desperdiciado 30 años, hoy vivimos las consecuencias de que hayan abandonado los programas de ahorro. El sentido de urgencia es muy diferente cuando no tienes agua. Por eso aspiramos a que en 10 años el problema no sea el acceso al agua, sino cómo administrar el recurso al tenerlo por autogeneración. Llevamos más de seis años desarrollando este emprendimiento, una vez terminemos el prototipo, esperamos tener la paciencia y sabiduría para aguantar y desarrollar el sistema a nivel comercial para ayudar a mucha gente”.

Jesús tiene toda la convicción de que el proyecto en el que ha trabajado pronto sea un negocio millonario. “Tengo la perspectiva de que cuando estalle la crisis del agua estás soluciones van a ser más que necesarias, y las empresas, la banca y los gobiernos van a tener que invertir en este tipo de proyectos. En ese momento los que estamos en el sector del agua vamos a empezar a hacer negocios de mucho dinero. Cada vez veo más pipas de agua en la calle a todas horas y por toda la ciudad, es un indicador de lo que está pasando”.

Cuando le pregunto a Peter cómo va el negocio me responde: tiene futuro. “He requerido mucho esfuerzo. Al principio pensé que al desarrollar esta tecnología maravillosa las personas iban a estar formadas en la puerta como si fuera un iPhone. El reto sigue siendo correr la voz; una vez que la gente tiene el sistema y lo conoce, le dice a amigos y parientes, esa ha sido nuestra estrategia de venta”. Al final de nuestra conversación me persuadió de venir a la oficina con una muestra para que yo pueda probar su agua purificada y ser también un convencido de Biluu.

Jesús me resume su experiencia como emprendedor: “Empezamos sin dinero, con una idea que llamó la atención, y a partir de la cual hemos recorrido distintos procesos y sectores, fuimos a Rio+20, Washington, Suiza, toda esa experiencia nadie te la quita. Tal vez no ha sido muy rentable, en todo este tiempo he vendido algo así como 100 000 pesos. Pero he conseguido y vivido muchas cosas que no hubiese logrado ni ahorrando el sueldo de muchos años como empleado. Esto es lo que me encanta, mi pasión, a lo que me quiero dedicar toda la vida”.

 

CREADORES DE SOLUCIONES

Flowstein

Jesús Herrera 
y Sinuhé Muñiz

Consiste en un sistema de medición en tiempo real de consumo de agua en empresas, además de una calculadora que permite medir la huella hídrica, con el fin de conseguir ahorros demostrables. Generan información gráfica y visual para que sea más fácil de transmitir.

Mail: [email protected]

http://flowstein.com/

Biluu

Peter Aronson 
y Miguel Ángel Marquina

Es un sistema de purificación que no requiere electricidad ni contiene químicos nocivos. Funciona en tres etapas: 
1. Filtro de partículas grandes: lodo, arena, óxidos. 2. Filtro que elimina metales pesados y bacterias. 3. Medio de carbón activado y plata bacteriostática para eliminar virus y bacterias.

Mail: [email protected]

Sitio web: biluu.mx

Common Element

Miguel Ángel Beltrán 
y David Núñez

Desarrollan una tecnología que permite producir agua a partir del aire sin importar las condiciones de humedad en el ambiente. Su objetivo es facilitar el acceso al agua potable, a fin de atender la necesidad de millones de personas.

Mail: [email protected]

Sitio web: http://www.commonelement.com.mx/

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