Periodismo imprescindible Sábado 21 de Diciembre 2024

Manual para vivir la ciudad

Tembló y las instituciones no estaban listas para actuar  después de la catástrofe. La verdad es que las personas damnificadas tampoco, y ante la travesía que pasaron, la organización CIUDADanía 19s se encargó de realizar un manual con el fin de reconstruir la ciudad con dignidad
16 de Septiembre 2018
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Ya pasó. Lo sentiste mientras bajabas las escaleras, lo escuchaste mientras te agarrabas inútilmente de un barandal que lo mismo hubiera dado si fueran cuerdas. No gritaste, no paraste, no empujaste y bajaste tan rápido como te lo permitieron los 200 trabajadores titubeantes de la empresa donde trabajabas ese 19 de septiembre de 2017 a las 13:14 horas. La incredulidad de la fecha llegaría después, ya que no importa pensar en probabilidades, la verdad. Quieres prender un cigarro como nunca antes en tu vida, pero alguien te gritará con enojo que ni se te ocurra poner ese filtro sucio entre tus labios. Lo dejas ahí con el fin de liberar la tensión, los psicólogos lo recomiendan para quienes quieren dejar de fumar.

¿Qué sigue? Cumpliste paso a paso las tres lecciones que dan en la escuela, porque no recuerdas las que te dijeron hace un par de horas cuando cínicamente te burlabas del personal de Protección Civil durante el simulacro que conmemoró el 32 aniversario del temblor de 1985. En tu mente te felicitas, hubo quienes no pudieron lograr el “no corro”, por ejemplo, y había algo sobre ponerse contra una pared con las manos en la nuca que no te dio tiempo de hacer.

Te avisan que los vecinos del edificio donde vives lo están desalojando; no se ha caído y nadie ha dado un veredicto claro, pero colapsaron algunos objetos y a dos cuadras hay por lo menos dos derrumbes más. Todavía pides permiso a tu jefe para tomarte el resto del día laboral y prometes retomarlo en cuanto sepas algo, aunque eso no ocurrirá sino hasta dentro de dos semanas, cuando te empiecen a buscar en la oficina, ya que “entienden por lo que estás pasando”.

Y escuchas en todas partes: “Volvamos a la normalidad”; sin embargo, ¿por qué volver a la normalidad donde no tenemos “una ruta con prioridades, procedimientos, responsabilidades, ni tiempos claros?”, preguntaban algunos, y lo hace también el Manual.

El primer concepto que se lee en este PDF es que hay que entender el riesgo, la amenaza, la vulnerabilidad; parecido a un proceso de trabajo pues, una vez que los identifiques, podrás explorar las capacidades para enfrentarlos. “Son lentes a usar con el fin de ver la realidad, analizarla y definir qué podemos hacer como persona, desde los barrios, desde la ciudad y como grupo organizado para caminar de la incertidumbre hacia la seguridad”, explica este librillo para cualquier dispositivo móvil.

A continuación, vienen pasos importantes que no encontrarás en ningún otro material de información para siniestros. ¿Cómo estás? ¿Puedes mover tu cuerpo? ¿Cómo sientes tu respiración y tu ritmo cardiaco? ¿Puedes hacer inhalaciones profundas? Sin daños evidentes, lo primordial será comunicar a tus seres queridos tu estado y ubicación, pero ¿cómo? Si aun luego de saber que la ciudad es altamente sísmica, nunca estableciste ese protocolo con tu familia ni con tus amigos, no obstante, esperas que Cristina, tu amiga que trabaja en una ubicación por la Roma, justo por donde se ve ese humo brotar a lo lejos, esté bien y si no, irás a buscarla.

Luego revisa el gas. Llama al 911 si percibes fugas. Mira los contactos de electricidad; si no tienes luz, llama al 071 para la CFE. Busca que no haya grietas o rupturas de tuberías. Llama al 5654 3210 si encuentras una. ¿Quién guarda teléfonos por escrito o en su mente en estos días? Ah, pero tu celular se va quedando sin pila, así que copia bien esos números.

Si apenas teníamos unas nociones sobre cómo prevenir o estar listos ante un temblor confiados en la alerta sísmica, claro que nadie sabía que continuaba después del terror. Esa brecha de 32 años entre sismos dejó a muchos sin una lección sobre cómo proceder o con los pasos básicos por lo menos. 

RECONSTRUCCIÓN DIGNA

Me encuentro platicando con Laura Freyermuth a casi un año del siniestro, y un año después de que ella y varias personas, colectivos y organizaciones que trataban temas urbanos previamente, empezaran la organización CIUDADanía19s que tuvo a cargo este Manual para la reconstrucción con dignidad CDMX. Nos sorprenden las pruebas de las bocinas que emiten la alerta sísmica en la delegación Coyoacán, las dos respiramos de alivio.

Como dijimos, no es un manual convencional, es también una guía que sistematiza procedimientos y obligaciones de la autoridad basada en leyes, programas y lineamientos ya existentes, pero que no estaban agrupados en un sólo espacio como en una ventanilla única y ni siquiera virtual para el público en general; hasta ahora.

Va de lo inmediato, desde evaluar daños en los inmuebles, solicitar dictámenes, identificar quién debe emitirlos, hasta lo que debe prevalecer para los siguientes años, como jornadas constantes de revisión a inmuebles y propiedades. Tiene fotos de Gabriel Hernández Tinajero y Annick Donkers, diseño de Alfonso Alejandro Flores e ilustraciones de Eréndira Derbez.

“Estuvimos en contacto con vecinos y vecinas que habían tenido afectación directa, y nos dábamos cuenta de que no había un proceso claro, que los traían de aquí para allá y al otro día cambiaba. Cuando vimos que a todos les pasaba, empezamos a observar que la reconstrucción se daba a gacetazos, porque cada paso se fue publicando en la Gaceta Oficial a lo largo de estos meses”, me dice Laura.

Desde diciembre de 2017 y cada mes, aproximadamente, se publicaban en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos a seguir, entonces nadie ha podido avanzar porque “no existe el siguiente paso”, denuncia Laura. “Así es como se dan cuenta de que no está bien hecho, porque no se consideró algo y se cambia, y ese ha sido el problema. Como no existía el manual, queríamos sacarlo desde enero, pero no pudimos porque no existía todo; hasta ahora hicimos un corte, aunque seguramente irán saliendo más cosas”.

Esto, dice Laura, no es sólo un manual para la urgencia o el siniestro, “es una forma de vivir la ciudad, no hay que esperar, es una forma de vivirla y no es individual. Tiene que ser de manera colectiva y que incluya a las personas que tienen mayor riesgo”.

Por ejemplo, algo que sugirió a los vecinos que se encuentran en proceso de reconstrucción, es que lleven un diario en el que anoten los datos de cada autoridad y cargo que fuera a revisar el inmueble afectado, así como sus veredictos, con el objetivo de elaborar una relatoría de lo que ocurre, y para tenerla en cuenta en caso de tomar alguna otra acción de denuncia de arbitrariedades.

Hasta ahora se han contabilizado más de 3 000 descargas del texto, ya sea con el propósito de tenerlo a la mano, para compartir con alguien que conocemos que le haya pasado o por curiosidad. “Queremos que sea un texto vivo, que esté abierto a la retroalimentación de cualquiera. Imagínate la diferencia de que tú ya sepas cómo proceder en un caso así”, me invita Laura.

“Así como todos nosotros quisimos estar sacando escombros después del temblor, pero no éramos aptos o ya había muchas manos para eso, todavía faltan cosas para estar mejor. Sí, faltan cosas para rescatar. Además, hacer esto ayuda a tener referentes, a profundizar contactos con vecinos y también con expertos, que no necesariamente sean especialistas, porque también la vecina es una experta o la persona que siempre se sienta fuera del edificio, y hemos logrado que entre ellos se conozcan y se reafirmen cosas”, finaliza con emoción la mujer que sistematizó este manual.

¿Qué sigue? Leer el manual que puedes hallar en línea y descargar de la página http://ciudadania19s.org.mx/manual/, preparar tu mochila de emergencia, hacer una libreta de direcciones y teléfonos, planear un protocolo con tu familia y amigos, ponerte en forma y… vivir la ciudad.

 

“Lo constante”

En el manual hay un apartado llamado así; describe acciones que podrían empezar a ser cotidianas para la ciudadanía porque no sólo se trata lo que ocurra durante e inmediatamente después del sismo: el antes puede hacer la diferencia.

“La forma en la que se hacen y se mantienen las construcciones en la ciudad (…), no hay una política para darle mantenimiento a las estructuras. Edificios que tienen siglos deberían tener un proceso de mantenimiento no sólo por una cuestión técnica, también histórica. En nuestras casas también deberíamos tener acceso a políticas públicas para su revisión y mantenimiento, porque ¿cuándo le damos mantenimiento a la estructura de nuestras casas?, ¿y en este año?”, pregunta Laura.

En esta sección puedes encontrar:

  • Lo que contemplan varios artículos de la Ley para la Reconstrucción en la Constitución de la Ciudad de México.
  • Herramientas para la casa.
  • Conocer el Atlas de Riesgos de la demarcación.
  • Reporte de falla en la alerta sísmica.
  • Plan de protección civil familiar.
  • Artículos básicos de lo que debería contener una mochila y un botiquín.

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