Filiberta Nevado es originaria de la comunidad Zacacuautla, municipio Acaxochitlán, ella junto a sus vecinos están luchando desde el 2001 contra los hombres que van a talar los árboles de la región, los habitantes han vivido los cambios en el ecosistema, por esta razón, piden ayuda a las autoridades para poder darle fin a esto.
Se llevan entre 20 y 30 árboles en un rato que vienen a trabajar. Desde luego se llevan los más gruesos, que deben tener una vida de más de 200 años. Es una tristeza ver caer abuelos de esa edad en solo 15 minutos. No tienen conciencia de lo que están matando, ¡se están matando a sí mismos!”, comentó Filiberta.
“Les llaman ‘Los Negros’, grupos de entre 15 y 20 personas que usan dos o tres motosierras. Vienen de Puebla y hay gente joven involucrada, personas de la comunidad Zacacuautla”, continuó.
“Normalmente operaban de noche, pero ya lo hacen de día porque no hay autoridad que los detenga. En un rato tiran muchos árboles y se encargan de recogerlos después”.
Aseguró también que la especie favorita para los talamontes es el pino pátula, ya que es el más comercial, seguido del sabino. Ambas especies abundan en la zona.
¿Cómo afecta en el cambio climático la tala de árboles?
Acaxochitlán es un municipio al oriente de Hidalgo, colinda con Puebla y se encuentra a 2 mil 254 metros sobre el nivel del mar, altitud perfecta para albergar un ecosistema boscoso lleno de árboles como eucalipto, pino, encino, ocote, oyamel y cedro rojo entre otros.
La gran cantidad de árboles propicia lluvias en gran parte del año, por lo que las cosechas suelen ser abundantes. Lamentablemente, en los últimos años el cambio climático ha modificado el reloj natural de la zona.
“Durante 2018 y 2019 han talado como nunca en la comunidad, nuestro clima siempre ha sido fresco, muy húmedo, pero con la cantidad de árboles que se llevan no tuvimos temporada de lluvias”.
“A finales de noviembre aún teníamos milpas sin cosechar, no llovió hasta junio y eso es muy inusual aquí. El pueblo es muy húmedo, llovía todo junio, julio y agosto, pero este año fue muy poco. Ha aumentado el calor y eso tampoco es normal aquí, siempre había mucha neblina”, aseguró.
Ni la leyes ni las autoridades ayudan
Filiberta acusa que su grupo de activistas se ha enfrentado principalmente a dos grandes problemas: la apatía y división de la gente de Zacacuautla; además, de inacción de autoridades.
“Cuando comenzó la administración de la actual presidente municipal, el grupo de activistas y yo le llevamos un escrito pidiéndole el combate a la tala clandestina, al día de hoy no ha hecho absolutamente nada”, dijo.
De acuerdo con su testimonio, refieren que dan aviso a la policía cuando están talando. “Lo único que hacen es venir, se dan una vuelta y ya. En lo que va de la administración no han detenido a nadie, solo se llevan camionetas cargadas que ponen a disposición en el municipio”.
Al respecto, la activista comentó que toda esa madera se queda guardada en bodegas donde solo se pudre, “no hacen ni una banca para escuelas ni nada”, agregó.
La Ley de Aprovechamiento Forestal obliga a las personas que cuentan con permiso para talar, a reforestar con una sola especie. Esta situación es igual o peor, consideró, ya que el bosque necesita diversidad para sobrevivir.
“Nos oponemos rotundamente a la tala con aprovechamiento porque por alguna razón las leyes ordenan plantar puro pino pátula, así se vuelve una plantación comercial, no en un monte”, dijo.
Hasta el momento no se tiene solucion por ningún lado, pero es lamentable como las grandes empresas puedan hacer este tipo de cosas sin importarles el daño que le hacen a la Tierra.