El Alcázar del Castillo de Chapultepec fue el escenario ideal para la presentación de la obra Carlota, que mediante la danza y el teatro aborda las reflexiones durante diferentes etapas de la vida de quien fuera emperatriz de México.
En rueda de prensa, Rodrigo González, director y escritor de la obra, comentó que la puesta en escena está basada en las cartas que de su puño y letra escribió Carlota, de las cuales se tiene registro fidedigno. Aclaró que para escribir la obra, evitó basarse en alguna novela o interpretación de autor, sino en textos recopilados de manera directa por destacados investigadores como Konrad Ratz y José N. Iturriaga de la Fuente, con las traducciones pertinentes y especializadas.
Expuso que estas misivas fueron redactadas por la emperatriz a lo largo de su vida y dirigidas a su esposo Maximiliano; a su padre y hermano, ambos llamados Leopoldo; a la archiduquesa María Luisa; a la emperatriz Eugenia de Montijo, así como a algunas amistades.
La obra abarca, entre otras etapas, cuando tenía 16 años, antes de casarse con Maximiliano de Habsburgo, archiduque de Austria; su vida de emperatriz; cuando quedó viuda y después fue declarada loca, y cuando se recluyó en el Castillo de Bouchout, donde terminó su vida.
El director pone énfasis en la ambición de la emperatriz, que desde su particular punto de vista es lo que la pierde y la lleva a esa especie de paranoia y Carlota, espectáculo unipersonal que se presentará del 5 al 27 de octubre en el Castillo de Chapultepec, es representado de manera alternada por las actrices María Inés Pintado y Jessica Sandoval, quienes comentaron que la emperatriz era una mujer compleja, pero a la vez fuerte, que fue educada por sus padres de una manera diferente.
Con experiencia en danza y teatro, Pintado y Sandoval señalaron que Carlota era una mujer que tenía la intención de gobernar, pues la educación que recibió en su infancia la preparó para ello, pero esto no fue bien recibido por los mexicanos.
Por Jorge Rivas Navarro