- El libro cuenta la historia de Ana Magdalena Bach, cada agosto, toma el transbordador hasta la isla donde está enterrada su madre para visitar la tumba en la que yace
Por: Edgar Zavaleta
Con trazos de feminismo y amor, la obra póstuma de Gabriel García Márquez, “En agosto nos vemos”, el relato, que cierra la obra literaria de uno de los escritores latinoamericanos más leídos en el mundo, es descrito como “un canto a la vida, a la resistencia del goce pese al paso del tiempo y al deseo femenino”.
El libro cuenta la historia de Ana Magdalena Bach. Una mujer que cada agosto, “toma el transbordador hasta la isla donde está enterrada su madre para visitar la tumba en la que yace”.
La protagonista se registra en el hotel habitual, compra un ramo de gladiolos, pasa la tarde en el cementerio y, al día siguiente, regresa a casa con su familia. Sin embargo, esta vez el encuentro inesperado con un hombre cambiará para siempre su rutina invitándola cada año a escapar por una noche de la vida que ha construido con su esposo e hijos.
Las visitas acaban suponiendo una irresistible invitación a convertirse en una persona distinta durante una noche al año.
“Narrada con el inconfundible estilo del Nobel colombiano que ha cautivado a millones de lectores durante varias generaciones, En agosto nos vemos es una profunda reflexión sobre el amor y sus misterios, el deseo femenino y la libertad. Un inesperado regalo de uno de los más grandes escritores que el mundo ha conocido”, finaliza la síntesis de Penguin Randomhouse.
El pasado 6 de marzo, fecha de nacimiento del escritor colombiano, llegó a las librerías el último acontecimiento literario del Boom Latinoamericano: la publicación de la novela póstuma, En agosto nos vemos.
El libro llega entre polémica y celebraciones del público y la crítica. Las voces críticas se han hecho presentes al señalar que García Márquez no quería publicar la novela debido a que no la consideraba lograda.
Cabe señalar que el título no es una obra inacabada, sino que el mismo Gabo, como le decían con cariño sus amistades, la reescribió más de cuatro veces mientras lidiaba con el Alzheimer que lo atacó en los últimos años de vida.
Al respecto, su hijo, Gonzalo, refirió que se decidieron por publicar el libro debido a que su padre lo trabajó con bastante esfuerzo al grado que mandó un adelanto a su agente literaria. Sin embargo, luego de una recaída por la enfermedad mencionada, decidió no lanzarla debido a que “no la considera lo suficientemente buena”.
“‘En agosto nos vemos’ fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. Leyéndolo una vez más a casi 10 años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo“, dijo García Barcha en una entrevista para France 24.
“En la novela está su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de toda su obra”, agregó.
Por ello sus hijos decidieron por publicar el manuscrito que se encontraba olvidado en la Universidad de Austin, en Texas, junto a otros tantos textos de García Márquez.
¿Qué ha dicho la crítica sobre la novela?
García Márquez anunció en el 2003 que se encontraba trabajando en un nuevo proyecto literario. Sus palabras emocionaron a toda la república de las letras debido a la importancia del Nobel de Aracataca, por un lado; por otro, Gabo fue un autor que a lo largo de su vida escribió mucho, pero publicó muy poco.
La Hojarasca fue su primera publicación; la hizo en 1955, a los 28 años, luego de realizar el reportaje de Relato de un naufrago. Desde aquellos años hasta ahora, el Nobel solo cuenta con nueve novelas; es decir, publicó una obra de estas características casi cada 10 años.
Ante este panorama, la crítica esperaba el último trabajo del colombiano errante y nostálgico con ansias de sobra; pero con una ligera sospecha de que la publicación representaba más bien una movida publicitaria para seguir generando dinero. No obstante, las palabras de la crítica han sido generosas con el libro.
Desde Colombia, Santiago Díaz Benavides, escribió para El Espectador, periódico en el que García Márquez trabajó, que el libro es como volver a encontrarse con el viejo amigo que hace mucho no veíamos, es sentarse a hablar de la vida y sus reveces sin más ánimos que los de conversar y sacarlo todo.
“Con un personaje alucinante y una trama que rescata muchos de los elementos que García Márquez exploró a lo largo de su obra, esta novela corta y seductora, nos entrega una versión sencilla del buen narrador que siempre supo ser el autor de ‘Cien años de soledad’, agregó.
En la misma Colombia, García Echeverri, escribió para El Tiempo que En agosto nos vemos no es una obra maestra, pero tiene momentos luminosos.
“No solo es una buena novela; es una novela conmovedora sobre los secretos. Los secretos entre esposos. Los secretos entre padres e hijos. Los secretos de la cama; sobre todo los de la cama. Es una novela de infieles, y ese es un tema que Gabo miraba siempre con picardía”, refirió.
¿Viene un regreso del Boom?
La publicación del libro se da luego de que Anagrama publicará el año pasado Las cartas del Boom. Las Cartas es una obra que, basada en el archivo de Carlos Fuentes en la Universidad de Princeton, reúne las conversaciones epistolares que tuvieron los cuatro integrantes del movimiento literario: el propio Fuentes, García Marquez, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar.
Las Cartas tuvo un gran recibimiento debido a que desentraña gran parte de los pensamientos que los autores tuvieron sobre sus amistades, su tiempo y sus obras. Al tiempo, el libro muestra la gran camaradería y apoyo que existía entre los integrantes del grupo, a pesar de sus desavenencias políticas.
Más allá las problemáticas internas del grupo, una cuestión a considerar es que el público está deseoso de conocer y leer más del Boom. Por ello los textos sobre sus vidas u obras son primeras ediciones agotadas.
Los archivos de Julio Cortázar son los que más se han liberado al público. Las estanterías están llenas de libros con su correspondencia: hay cinco volúmenes de sus cartas cuya extensión es considerable. Asimismo se publicaron en 2013 sus Clases de literatura. Berkeley, donde se vislumbra su genio intelectual y pedagógico.
Loa archivos de Carlos Fuentes y García Márquez se habían mantenido en la compañía del polvo y las arañas. Sin embargo, los acontecimientos recientes abren una ventana para que se publiquen más obras suyas.
Mario Vargas Llosa es el único que sigue vivo. Si bien su calidad literaria se ha visto cuestionada por sus opiniones políticas, sus libros más recientes siguen siendo un acontecimiento en en el mundo literario. Al mismo tiempo, sus archivos todavía están guardados debido a que el autor prefiere seguir activo a sus 87 años. Sin embargo, sus también están esperando salir al público.
Por todo lo anterior, el Boom sigue tan vivo como lo estaba en los años 60′, a pesar de que tres de sus integrantes ya se unieron al Partenón Literario Mundial.
Al momento, la última novela archivada del Boom, En agosto nos vemos, se publicó en 30 países. Una vez más, solo el más grande aliado de la nostalgia garciamarquezina juzgará la obra: el tiempo.