Se calcula que un tercio de la alimentación del ser humano depende de la polinización que generan distintas especies, entre ellas las abejas. Mientras que en Estados Unidos la disminución de colmenas se calcula de cincuenta por ciento, en México las comisiones de Ganadería, Agricultura y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, estiman que ronda treinta por ciento.
Una de las zonas más afectadas en nuestro país es la zona maya, sitio donde Adriana Otero y Robin Canul ubican su documental ¿Qué les pasó a las abejas?, a exhibirse dentro del festival Ambulante en casa, precisamente el 20 de abril, Día Mundial de las Abejas, a partir de las 00:00 horas.
El filme detalla el daño ocasionado en la región por el cultivo de soya transgénica promovida por Monsanto. En entrevista, la directora urge a las autoridades a que tomen en cuenta a comunidades como la de Hopelchén, en Campeche, donde en los últimos cinco años la producción de miel ha disminuido drásticamente.
¿Cómo llegaste al tema del impacto de los transgénicos en las abejas?
Robin Canul y yo llegamos por vías diferentes. En mi caso fue a través de las redes sociales. Me llegó una invitación para firmar una solicitud de Gustavo Huchín para que la Suprema Corte de la Nación prohibiera los cultivos de soya transgénica en la zona maya. Me pareció fascinante descubrir cómo las comunidades combatían a un gigante como Monsanto. A partir de entonces me puse a investigar lo que estaba pasando en la región. Gracias a un amigo conocí a Gustavo Huchín y después a Robin, periodista que lleva varios años trabajando el tema. Ambos decidimos unirnos para hacer un registro visual del trabajo de las comunidades.
El documental exhibe que en México no existe una política definida hacia los transgénicos.
Cierto, por eso también impulsamos una campaña de incidencia en conjunto. A pesar de las sentencias, las autoridades no han tomado las medidas adecuadas y concluyentes respecto al cultivo de la soya. Se sigue sembrando ilegalmente. Las fumigaciones aéreas contaminan el agua, matan a las abejas e impactan en la vida de las comunidades, aun así, las autoridades no aportan acciones concretas. Desgraciadamente, las consultas que los habitantes comenzaron durante el sexenio pasado se vieron afectadas con el cambio de administración. Con las autoridades actuales ha habido acercamientos, pero no hay nada concreto. Nuestro objetivo, además de dar a conocer el tema es denunciar el estado actual de las comunidades. Queremos contribuir a que sea un asunto prioritario y que las autoridades se hagan responsables de los efectos de la agroindustria; que se prohíban las fumigaciones aéreas; se regulen los pesticidas que dañan a las abejas; y se responsabilicen de las comunidades mayas.
Las abejas son de las especies más afectadas por el cambio climático, pero también por este tipo de cultivos.
Sin duda las abejas son nuestras protagonistas. Queremos demostrar nuestra dependencia de ellas y por lo mismo la necesidad de cuidarlas con acciones tan sencillas como colocar algunas flores que propicien la polinización o poner un bote de agua con piedra en nuestras piedras.
¿Cómo ha afectado en el campo la presencia de la soya transgénica?
El principal daño se nota en la disminución en la producción de la miel. La mayoría de las comunidades de Hopelchén son apicultoras y muchos perdieron sus apiarios. Quienes todavía los conservan producen menos que hace cinco años y no solo eso, la miel que producen es de menos calidad porque ya tiene trazos transgénicos. Esto se traduce en un desequilibrio económico.
¿En la zona maya cómo se lleva el debate en relación a que los transgénicos contribuyen a la suficiencia alimentaria?
Se ha dado demasiada importancia a la idea de que los transgénicos acabarán con el hambre en el mundo. Lo cierto, es que estos cultivos tienen más efectos negativos que positivos, incluso ya se ha visto que pueden producir cáncer. Corresponde a las autoridades analizar todas las aristas del problema y particularmente tomar en cuenta los derechos de las comunidades indígenas. Este debate es indispensable también para proyectos como el Tren Maya. Antes de llevar a cabo estas iniciativas se deben consensuar con los implicados.
¿Te han comentado algo del Tren Maya?
No están tan de acuerdo y no lo consideran un proyecto urgente. Para las comunidades aledañas el beneficio será muy poco.
¿Concretamente qué actitud ha tomado este gobierno respecto al tema de las abejas y los transgénicos?
Proyectamos la película en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y se establecieron puentes de diálogo. Con la pandemia todo se detuvo, pero no queremos que el tema se olvide. A partir de Ambulante implementaremos una campaña más amplia. Pediremos al público dibujos, pintura o poesía acerca del tema para generar un ruido colectivo que llegue a las autoridades. No podemos dejar de insistir. Queremos llevar la película a comunidades. La sensibilidad de las autoridades y de la sociedad en general ya no es suficiente, necesitamos tomar acciones y educarnos en relación a nuestro trato a las abejas.
