El incendio que estalló hace diez días en la zona de exclusión de la central nuclear de Chernobyl alcanzó el lunes la localidad de Prípiat y se encuentra a dos kilómetros de los depósitos con residuos radiactivos de la planta que sufrió en 1986 la mayor catástrofe atómica de la historia, según informó un activista.
Los incendios forestales continuaban el martes en la zona contaminada, aunque las autoridades insistieron en que no había amenaza por radiación.
Cientos de bomberos apoyados por aeronaves llevaban desde la semana pasada combatiendo varios fuegos en torno a la central. Lograron contener los primeros focos, pero nuevos incendios se estaban acercando a la planta.
Por su parte, el Servicio Estatal para Situaciones de Emergencia de Ucrania informó de que el fuego que se declaró en una zona boscosa de la zona de exclusión ya fue sofocado y que lo único que quedan son algunos focos aislados.
Volodymyr Demchuk, un funcionario del Servicio estatal de Emergencias, insistió en que la situación estaba bajo control.
“No hay amenaza para la central nuclear de Chernobyl, el almacenaje de residuos de combustible ni otras instalaciones críticas”, dijo.
También precisó que el nivel de radiación en la zona de exclusión no ha variado y en la zona de Kiev, que se encuentra unos 100 kilómetros al sur de la planta, y sus alrededores los niveles también están por debajo de la norma.
Varios activistas, sin embargo, advirtieron que las llamas se estaban acercando peligrosamente a instalaciones que almacenan residuos.
Yaroslav Yemelyanenko, miembro del consejo público dependiente de la agencia estatal a cargo de la zona clausurada en torno a la planta, dijo que uno de los incendios estaba a 2 kilómetros (unas 1,2 millas) de uno de los depósitos de residuos radiactivos.
“La situación es crítica. La zona está en llamas. Las autoridades rinden cuentas de que todo está bajo control, pero en realidad el fuego está invadiendo de manera inusitada nuevos territorios”, escribió en su cuenta de Facebook.
Yemeliánenko subrayó que el fuego ya alcanzó Pripyat, la localidad donde vivían las familias de los operadores de la central cuando se averió el cuarto reactor el 26 de abril de 1986 y que ahora es una ciudad fantasma.
Además, agregó, el incendio se encuentra a menos de dos kilómetros de los depósitos de residuos radiactivos “Podlesni”, donde están los residuos más altamente radiactivos de toda la zona de Chernobyl y de la misma planta.
Alertó que los bomberos llevan diez días intentando sofocar el incendio, pero que debido al fuerte viento reinante el fuego sigue avanzando en dirección a la central.
Mientras tanto, Greenpeace también dijo que los incendios son mucho más extensos que lo informado por las autoridades.
El 5 de abril, Yegor Firsov, jefe del servicio estatal de control ambiental de Ucrania, dijo en una publicación de Facebook que los niveles de radiación en el área habían aumentado significativamente por encima de la norma. Posteriormente, el gobierno negó el aumento de la radiactividad y Firsov se retractó.
En los últimos días activistas se dedicaron a cavar trincheras y hacer cortafuegos para evitar que el fuego alcance la zona de la central, donde un moderno sarcófago cubre desde 2016 el averiado cuarto reactor y, según sus constructores, garantizará su seguridad durante los próximos cien años.
Las autoridades dijeron la semana pasada que habían identificado a una persona sospechosa de provocar un incendio quemando pasto seco en la zona. El hombre de 27 años dijo haber quemado los pastos “por diversión” y que no había podido apagar el fuego cuando el viento lo avivó.
La policía dijo el lunes que otro vecino de la zona había quemado basura y prendido fuego sin querer al pasto, provocando otro devastador incendio forestal. El hombre no reportó el fuego a las autoridades, señalaron las autoridades.
La Zona de Exclusión de Chernobyl de 2.600 kilómetros cuadrados (1.000 millas cuadradas) se estableció después del desastre en abril de 1986 que provocó una nube radiactiva que afectó a buena parte de Europa. De acuerdo con evaluaciones oficiales, la explosión esparció hasta 200 toneladas de material con una radiactividad de 50 millones de curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima.
La zona está prácticamente despoblada, aunque unas 200 personas han permanecido allí pese a las órdenes de marcharse.
En la zona se han registrado incendios con cierta frecuencia. Suelen comenzar cuando la gente prende fuego a pastos secos a principios de primavera, una práctica extendida en Ucrania, Rusia y otros antiguos países soviéticos y que a menudo provoca graves incendios forestales.
En los últimos meses se ha disparado el número de turistas que visitan la zona, que en agosto había alcanzado los 75.000 visitantes atraídos por el turismo extremo y la serie de televisión “Chernobyl”.
La radiación continúa afectando a miles de habitantes de Bielorrusia, Ucrania y Rusia, donde se halla el 70 % de los casi 200.000 kilómetros cuadrados de terrenos contaminados.