Revista Cambio

Prohibido vapear

La prohibición de capear en México conlleva a que el mercado negro se convierta en la válvula de escape y los dispositivos corran entre escuelas y calles de mano en mano.
La medida, según especialistas, generará un “mercado negro” y criminalizará a los consumidores.
Otro aspecto adverso es que el mercado negro de estos productos vaya en detrimento del contenido, la calidad y la seguridad de los productos, además del acceso sin restricciones que ya tienen los menores de edad a este tipo de tecnologías cuando se trata de productos estrictamente para adultos.
Un aspecto más negativo es que dejaría a millones de mexicanos que desean dejar de fumar en una situación de desamparo, además de que podría incentivar el mercado negro y facilitar el acceso de estos dispositivos a menores de edad.
Los vaporizadores forman parte de políticas públicas en varios países para combatir el consumo de tabaco, partiendo que el vapor que producen los dispositivos electrónicos es 95 por ciento menos dañino que el humo que generan los cigarros de tabaco.
Y es que los efectos nocivos para la salud que causan las sustancias nocivas que contienen los vapeadores es la preocupación actual y podrían ser de peor calidad en un mercado sin restricciones. La sanción no es lo efectivo, ya que se puede consumir en locales cerrados.
Entre los componentes que se usan para generar una sustancia adictiva de los vaps, se encuentran: el dimetil éter, el benceno, la acroleína, el xileno, el butirato de etilo y el tolueno.
Todas ellas utilizadas como solventes, para diluir otros químicos como fragancias, o para la fabricación de productos de plástico, de limpieza o pintura y barnices.
No obstante, son más de 30 sustancias las no declaradas por la industria del tabaco que están incluidas en esos productos.
Los químicos contenidos en los vapeadores que sí están señalados en la etiqueta, de acuerdo con el estudio de Cofepris, son la glicerina, usada en fármacos y cosméticos; el propilenglicol, utilizado en máquinas que generan humo artificial; y saborizantes naturales o artificiales.
La nicotina, la acroleína, el formaldehído, el metilglioxal y el glioxal, el acetaldehído, el benceno, tolueno y xilenos totales, y el dimetil éter, las cuales generan afecciones cancerígenas y perjudiciales para el sistema nervioso y respiratorio.
A final de cuentas la prohibición de los vapeadores podría duplicar el valor del mercado negro de estos productos, pasando de los 20 mil millones de pesos actuales a 40 mil millones.