- Con 20 años de carrera arriba de los cuadriláteros, Místico puede lidiar con la fama y el reconocimiento de los seguidores ya que “amo la lucha libre y amo al público”
Valeria Arévalo Ayala / ESTADIO
Místico, figura de la lucha libre mexicana, cumplió 20 años de trayectoria y sin reparos en entrevista con ESTADIO, confíesa que no olvidar sus raíces es lo que lo mantiene claro y agradecido de lo que le ha dado la vida arriba del pancracio.
“Veinte años a lo mejor se dice fácil, pero le he trabajado muchísimo, y creo que la gente no tiene reconocido, o no sabe reconocer, quién es Místico en realidad. Es algo que he construido durante tanto tiempo: los primeros 5, 7, 8 años me costaron muchísimo trabajo, y verlo en todos lados: en una máscara, videoclips, telenovelas, salir en comerciales, estar en los Juegos Olímpicos de Beijing, ha sido una carrera maravillosa para mí”, relata.
Místico, de 41 años de edad, reafirma su amor por su profesión y habló sobre los retos emocionales que ha tenido qué afrontar debido a sus detractores. “Me decía Octagón: ‘20 años y sigues brincando como un niño, sigues amando la luha libre’. Creo que nunca la voy a dejar de amar. A veces te da el bajón por la gente que te quiere ver abajo, que no disfruta lo que vienes logrando. Pero cuando me da, la gente me reanima, la gente sabe que lo que yo hago, lo hago con amor”.
Y es que el luchador mantiene los pies bien plantados. “Siempre voy a decir de dónde soy: soy del barrio bravo de Tepito. Nunca voy a renegar de dónde vengo. Sé quién fui: quién empezó a tallar, barrer un deportivo, tirar basura, hacer mandados para ganar para la escuela de lucha libre, para mi preparación. Y nunca me va a dar pena decir de qué trabajé: de cafetero, de bolero, en una taquería… Aquí viene reflejado todo el esfuerzo que hice”.
Y remacha: “La clave para afrontar la fama es no olvidar de dónde vienes”.
Recuerda que “Todo esto se lo debo a ellos (mis padres)”. Además, compartió sus deseos para el futuro dentro del ring de lucha: “Mi sueño es convertirme en una leyenda. Sé que ya he escrito mis nombres con letras de oro. Pero le he demostrado a la gente el don que me dio Dios. Amo la lucha libre y amo al público”, finaliza el ícono del deporte.