- Tim fue recibido en el puerto de Colima como un verdadero héroe; el mismo Antonio Suárez, dueño de Grupo Mar, aplaudía, lo abrazaba y posaban con sus gorras rojas para los medios de comunicación.
Tim Shaddock escuchó el sonido de un helicóptero y enseguida hizo señas de auxilio para que lo ayudaran después de 90 días perdido en el mar. Acompañado de su perrita de nombre Bella, la imagen del “náufrago” rápidamente llenó los titulares de los medios de comunicación y de las redes sociales.
La historia del australiano comenzó a bordo del Aloha Toa, el catamarán en el que partió de La Paz Baja California. Según lo que narró una tormenta dañó sus sistemas de comunicación y navegación dejándolo a la deriva. A lo largo de los 90 días Tim y Bella comieron pescado crudo y bebieron agua de lluvia. Se protegían en la pequeña cabina del catamarán, su entretenimiento era ver a los delfines mientras flotaban a la deriva sobre aguas internacionales.
El 17 de julio una aeronave de Grupo Mar notificó a los tripulantes del buque atunero Maria Delia de dos hallazgos, un cardumen de atún y un hombre a la deriva que debían rescatar.
Además de su nombre, lo interrogaron para saber si tenía armas o drogas; inspeccionaron la nave y efectivamente sólo estaban él y Bella, quienes por milagro, sobrevivieron para contar su aventura.
Un día después de su rescate, Tim fue recibido en el puerto de Colima como un verdadero héroe; el mismo Antonio Suárez, dueño de Grupo Mar, aplaudía, lo abrazaba y posaban con sus gorras rojas para los medios de comunicación. Los reporteros pedían una declaración a Tim quien sonriente recordaba a Chuck Nolan, aquel náufrago interpretado por Tom Hanks.
La travesía
Desorientado, desnutrido y en aparente estado de shock, Tim contestaba a la pregunta de los marinos que lo rescataron; agradecía y lloraba porque pensó no lograrlo.
La intención de Tim era llegar a la Polinesia Francesa, un conjunto de islas que se encuentra a 5889 kilómetros de México justo en el Pacífico. En avión son aproximadamente 24 horas de vuelo, pero el marinero australiano prefirió navegar a lado de la perrita que adoptó en México.
No es la primera vez que Tim se embarca en estas travesías, pero sí la primera vez que la tecnología le falla y lo deja a su suerte, muy buena por cierto, porque se topó con la embarcación mexicana.
La historia de Tim no es única pero sí mediática gracias al Internet a los usuarios de redes sociales que pide más información y siguen puntualmente estos momentos extraordinarios.
Tampoco es la primera vez que el atunero rescata a alguien, en una de las tantas entrevistas que dio Antonio Suárez dijo que los barcos se atraviesan con otras embarcaciones averiadas pero gracias a la modernidad, la historia de Tim causó furor.
Adiós Bella
La pareja que captó la atención de los medios de comunicación se separaba, ¿por qué no la lleva a Australia con él? ¿Por qué dejarla atrás cuando vivieron una increíble historia de supervivencia y afirmó que gracias a Bella pudo resistir la tragedia en altamar? La respuesta para Tim es simple y práctica, es a causa de la burocracia.
A Bella la conoció deambulando por la Paz, intentó buscarle refugio pero al no hallarlo decidió llevarla en su travesía. La perrita mestiza se volvió su compañera pero más importante una vez que se supo perdido.
Como muestra de agradecimiento ella se quedará en México, al cuidado de Genaro Rosales, uno de los marinos que rescataron a Tim y tripulante del buque atunero. Ahora ella será compañera de Vicente, el otro perro que Rosales tiene en casa, allá en Sinaloa.
Pensar en que Bella tendría que pasar varias pruebas y exámenes para poder entrar a Australia, y no tener la certeza de que sea admitida, orilló a Tim a dejar a su compañera de odisea. “Fue mucho más valerosa que yo”, y así la recordará.
Tim recibió apoyo consular para regresar a su país de origen, él se dijo ansioso de ver a sus amigos y su familia, por ahora se despide de México y le promete a Bella que se volverán a ver.
