Por Javier Pérez
Cuando Katherine Waterston (1980) filmaba Animales fantásticos y dónde encontrarlos ya había platicado con el cineasta Ridley Scott (de Los duelistas, 1977, a Misión a Marte, 2015, hay varios clásicos en su filmografía) sobre la posibilidad de trabajar bajo sus órdenes en Alien: Covenant, una nueva historia sobre esta criatura referencial del cine fantástico a la que el propio Scott puso en el radar hace casi 40 años. Aunque Katherine, quien entonces hacía el personaje de Tina Goldstein en la cinta basada en el libro de J. K. Rowling (autora de la serie de Harry Potter), no sabía para qué papel.
Así, un buen día mientras seguía en el rodaje le llegó un vínculo en línea que expiraba en 24 horas. Era el guion de la película de Scott. La ponía nerviosa no poder terminarlo antes de que el link quedara inhabilitado, y no porque se fuera a autodestruir estrepitosamente, sino porque le angustiaba no saber qué pasaba al final. Pero cuando lo supo, estaba convencida de que debía interpretar a Daniels, la protagonista de esta historia conectada a Prometeo (2014) y que juntas (más un filme que se hará próximamente) forman parte de una trilogía que antecede en tiempo a la historia de Alien (1979).
Para la actriz nacida en Londres, el reto no era únicamente en el plano físico –ponerse en forma para filmar las escenas que implicarían enfrentar un enemigo alienígena–, sino también en el plano emocional, pues Ridley Scott es un cineasta que convierte a sus héroes de acción en personajes complejos e incluso contradictorios. Además, también estaba el reto de ponerse a la altura de Sigourney Weaver, quizá la primera heroína de acción precisamente por su actuación en Alien, en la que interpretó a Ripley.
Waterston, quien participó en Steve Jobs, de Danny Boyle, y en Vicio propio, de Paul Thomas Anderson, interpreta a Daniels, científica a la que una tragedia sume en una depresión que la aísla de sus compañeros de misión. A esta actriz británica de 37 años le fascinaba la oportunidad de trabajar con Scott, y terminó compartiendo créditos con Michael Fassbender y el mexicano Demián Bichir. Sin embargo, antes de empezar a filmar tuvo un pequeño quebranto. “Cualquier asomo de confianza que haya sentido antes de asegurar el rol se desvaneció temporalmente cuando tuve la primera lectura. Me convencí de que habían cometido un error terrible. Pero para entonces ya era demasiado tarde”.
Waterston sostiene que es fácil hacer una analogía entre Daniels y Ripley, la heroína original de Alien, pues ninguna de ellas estaba al mando de la misión y ambas son mujeres e inteligentes. Sin embargo, dice, hay diferencias significativas. “Daniels sufre de inmediato una tragedia. La pérdida, naturalmente, afecta su actitud ante la vida y adopta una perspectiva bastante nihilista. Por extraño que parezca, los eventos desafiantes por los que pasa hacen que regrese a quien es en realidad. ¡Nada te hace querer sobrevivir tanto como un alien que intenta matarte!”.
Cuando vio Alien por primera vez, dice que le sorprendió darse cuenta “con cuánta frecuencia lo más perturbador era aquello que no veías. Ridley entiende que las audiencias pueden pensar cosas mucho más perturbadoras que cualquier cosa que pueda ser conjurada en el cine”.
En Alien: Covenant su personaje es la jefa de terraformación, por lo que su trabajo comienza hasta que llega al planeta al cual se dirigen. “Es responsable, en esencia, de preservar la vida en el planeta nuevo. No es una guerrera, sino una jardinera del espacio”. Por ese motivo, ella cuidó que Daniels no pareciera demasiado capaz de defenderse. “Al principio, hicimos un entrenamiento militar básico, que incluía aprender la manera correcta de sostener un arma; no podía dejar de poner mi dedo índice en el lugar equivocado, ¡pero decidí no corregir ese error porque asumí que una científica con entrenamiento básico de armas podría no preocuparse por ver dónde ponía su dedo cuando había un alien en el cuarto! Quería que pareciera capaz de defenderse, pero sin verse sobrehumana. La fuerza de Daniels no siempre es física; en muchas circunstancias es la fuerza de su mente, su habilidad para pensar rápidamente en crisis, lo que la mantiene alejada del daño”.
Y aunque la acción sucede en el mismo planeta al que llega la misión del Prometheus, la del Covenant desconoce el resultado. “Ridley como director es un experto en atemorizar a la gente. Y hay unos momentos bastante sangrientos, en definitiva un regreso a la estética del Alien original.
“Ridley, con el uso de efectos especiales prácticos y sets hermosos, perturbadores e interactivos, nos dio mucho con qué trabajar”. De hecho, dice Waterston que hasta los hizo sentir aterrados. En una escena de encuadre amplio, cuenta: “No podía ver a nadie de la tripulación, o las cámaras, micrófonos, o cualquier cosa. Y después una puerta se abrió y entró al cuarto este inmenso alien. Fue una sensación muy perturbadora: ¡ser esta persona pequeña y vulnerable, sola con esa cosa!”.
