La apertura de la sexagésima segunda edición de la Muestra Internacional de Cine recae en una película mexicana: Tres mujeres o (despertando de mi sueño bosnio), ópera prima de Sergio Flores Thorija. La cinta, producida por el cineasta húngaro Béla Tarr (El caballo de Turín, 2011), está dividida en tres episodios, cada uno dedicado a una historia distinta aunque todas ubicadas en Sarajevo, donde fueron filmadas ya que Sergio vivió durante tres años en Bosnia y Herzegovina cursando una maestría en la escuela de Tarr.
Ivana sueña con mudarse a Estados Unidos, Clara trabaja como estríper en las noches para pagar sus estudios y Marina está enamorada de su mejor amiga, a punto de mudarse. “Desgraciadamente es una sociedad muy machista y muy conservadora: hay muchos temas que manejo en la película que son tabú, incluso más que en México. Por ejemplo, no había habido ninguna película sobre un tema que tuviera una relación homosexual”.
Al principio, Sergio no había pensado filmar una película sobre mujeres, pero cuando se dio cuenta de que ese era el rumbo que estaba tomando, decidió que no podía tener sólo una protagonista. “No iba a tener una visión global sobre lo que es ser mujer o una persona en ese país y de esa forma empecé a construir varias historias al mismo tiempo”. Quería que una de ellas fuera extranjera porque esa era su condición en ese país de Europa del Este. “Esta película es sobre cómo ellas se sienten sobre sus sueños, sobre sus necesidades y es algo con lo que todos podemos conectar muchísimo sin importar nuestro género. El gran reto era mostrar los sentimientos de los seres humanos”.
Las chicas, todas interpretadas por actrices no profesionales, batallan por conseguir sus objetivos frente a una sociedad conservadora que ve con malos ojos las diferencias. “Para mí era importante que cada una de las historias no terminara como a cada una de ellas les gustaría que hubieran terminado. De hecho, cada una es más dramática, más trágica que la anterior. Para mí es muy importante ir in crescendo, no empezar con algo muy intenso que luego se diluye. Quería, en este afán por ser muy realista, que la verdad de estos sueños que tienen estas tres mujeres estuviera a contracorriente de lo que dicta la sociedad”.
Y a pesar de que las historias ocurren en un país muy lejano y diferente a México, Sergio encontró muchas similitudes que quería mostrar. Y en lo que califica como un guiño al espectador, en cada una de las historias puso un pequeño toque de México. “En la primera fueron las telenovelas, en la segunda utilicé una playera de Frida Kahlo y en la tercera, a Los Ángeles Azules”.
Entre los otros 13 filmes que integran la Muestra Internacional de Cine –se presenta hasta el 24 de abril en las salas de la Cineteca y continúa su exhibición en diferentes salas de la Ciudad de México– se encuentran la cinta gore Voraz (Francia-Bélgica, 2016), de Julia Ducournau, ganadora del premio Fipresci en Cannes, sobre una joven vegetariana en la que despierta un desesperante apetito carnívoro. De ese mismo festival llega la acreedora de la Palma de Oro, Yo, Daniel Blake (Reino Unido-Francia-Bélgica, 2016), del británico Ken Loach, sobre un carpintero que acaba de sufrir un ataque al corazón y una madre soltera en su periplo para lobtener seguridad médica. También aparece la cinta animada nominada al Oscar La vida de Calabacín (Suiza-Francia, 2016), de Claude Barras. Del veteranazo Marco Bellocchio se incluye Sangre de mi sangre (Italia-Francia-Suiza, 2015), un filme que cuenta dos historias fantásticas ubicadas en siglos diferentes. De los hermanos Dardenne se exhibe La chica desconocida (Bélgica-Francia, 2016), parábola social sobre el tema de la responsabilidad individual y la inmigración.
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Por: Javier Pérez