*El Códice Boturini o la “Tira de la peregrinación”, dan cuenta de su origen
Por Víctor Jesús González
México, 19 de febrero (Notimex).— Con una historia en México que data desde tiempos prehispánicos… el cactli, cacle o huarache tradicional mexicano —que aún trabajan los artesanos de diversas regiones del país— se encuentra en riesgo de desaparecer, comenta Teresa Camacho, dueña de una de la dos o tres huaracherías que sobreviven en la Ciudad de México.
“Los maestros artesanos que los trabajan ya son personas grandes, como yo; a las nuevas generaciones, a los jóvenes por la influencia de la industria extranjera del calzado, por el trabajo, el conocimiento, creatividad, pero sobre todo por la poca ganancia económica que implica, simplemente, ya no les interesa aprender. Es un arte del calzado que está en peligro de desaparecer”, agrega la señora Camacho en entrevista con Notimex.
Aunque el huarache aún no es oficialmente patrimonio cultural de México, la dueña de la huarachería “La Reyna”, comenta: “en la tienda nosotros distribuimos huaraches tradicionales de diversas regiones, pueblos y estados del país. De tierra caliente, de la sierra o de playas. De pueblos del Estado de México, de Chihuahua, Guerrero, Guanajuato o Nayarit. ”
Testimonio de la importancia del huarache mexicano es que su presencia está en representaciones plásticas, que ya son parte de nuestra historia nacional. Los huaraches se hallan en pinturas murales, tableros, dinteles, tallas pétreas y diversos códices mesoamericanos; como el Códice Boturini o “Tira de la peregrinación”, documento que da cuenta del origen del pueblo mexicano. Además que los huaraches han sido el calzado preferido de artistas del tamaño de Francisco Toledo.
Así en huarachería “La Reyna”, que se encuentra en el número 42-A de la calle Santa María La Ribera, “se dan cita personas de todas las clases sociales que esperan hasta un año por el pedido, así como extranjeros que se sorprenden de la calidad artesanal y creatividad de los maestros del huarache mexicano. Nosotros tenemos que viajar por varios pueblos remotos de México para traerlos a la ciudad”, explica Camacho.
En el local, tanto estudiantes, licenciados, amas de casa, como los danzantes del centro histórico se dan cita para adquirir huaraches tradicionales, de estilos diferentes como los Tarahumaras, Tototlan, Armadillo, Azteca, Costeño, Santa Anita, Playero, Pachuco, Armadillo, Tamazula o Alacrán, por citar algunos de los modelos que se pueden encontrar en el lugar.
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