Por Javier Pérez
Humberto Ramos (México, 1970) dice que él no es una celebridad ni nada parecido. Simplemente, sostiene, “soy un dibujante que ha intentado hacer bien las cosas”. Humberto vive al norte de la Ciudad de México, donde tiene su estudio lleno de lápices, colores y figuras coleccionables. Desde allí – siempre ha trabajado a la distancia porque México es su vida– él se coordina con el equipo que diseña El asombroso hombre araña, uno de los cómics más populares y rentables de Marvel del cual es uno de los dibujantes principales: se encarga, nada menos, de dibujar los trazos que dan forma a Spider-Man, el superhéroe que encabeza la sección Top Marvel Heroes en el sitio oficial de la compañía y con el que él se ha sentido identificado desde los 13 años de edad. De hecho, fue Humberto quien dibujó el número 700 de Spider-Man, aquel en el que muere el personaje y que se convirtió en un referente en términos comerciales y creativos.
Ramos lleva casi 25 años trabajando profesionalmente en la industria de la historieta estadounidense. Empezó en 1993, cuando fue contratado por Milestone Comics, firma pequeña que le permitió abrirse paso en el medio; a sus cazatalentos les gustó el portafolio que Humberto les mostró en la ComiCon de San Diego, entonces una convención de dimensiones mucho menores que la actual. “De ahí poco a poco fui escalando entre las editoriales y los títulos que estaba dibujando”. Para 1995, ya hacía los dibujos a lápiz de Impulse, historia derivada de Flash. Y en el 98 fundó su propio sello: Cliffhanger, junto con Joe Madureira (alguien a quien no duda en calificar como influencia) y J. De Scott Campbell, quienes adquirieron notoriedad gracias a ese sello. “Si de alguna manera pudiera decir que he puesto un ejemplo, aunque no soy quién para hacerlo, sería justamente que con un poquito de talento, y con mucho mucho esfuerzo y trabajo, se pueden lograr las cosas. Así fue para mí. Yo nunca me consideré ni me considero el mejor dibujante de México, pero sí creo que cuando tuve la oportunidad me aferré a ella y no la dejé ir hasta cumplir la meta. Todo es posible en la medida en que de verdad queramos intentarlo”.
Ahora Humberto no sólo es uno de los invitados de Conque, la convención de cómics que se celebrará del 5 al 7 de mayo en el Centro de Congresos de la ciudad de Querétaro. Es también, por primera vez, el director de talentos de ese evento, responsable de que muchos figurones del mundo del cómic estén presentes en esta nueva edición de Conque, la cual tenía más 15 años sin celebrarse.
“Es una manera de pagarle a la gente de México por tanto tiempo que ha hecho favor de apoyarme en la carrera, regresándole con un evento que va a tener la calidad que se merece. Tengo la gran fortuna de que muchos de los invitados no sólo son supertalentosos y reconocidos en el medio, sino que son amigos muy queridos. Para ellos y para mí esta primera edición es más que nada una gran fiesta familiar”. Además, dice, intentará empezar a formar un legado, que poco a poco en cada edición “comience a ser un referente a nivel mundial en este tipo de eventos y que quede para la posteridad, estemos o no nosotros”.
Vaya que ha puesto la vara alta. Conque tendrá a Stan Lee, cofundador de Marvel Comics, como uno de sus invitados especiales (los boletos, ya agotados, para fotos y firmas estaban en 2 500 pesos). Además de Joe Madureira, creador de Battle Chasers; la polaca Agnes Garbowska, dibujante de My Little Pony: Friends Forever y DC Superhero Girls; Arthur Adams, creador del sello Legend junto a Frank Miller; el español Sergio Aragonés, de MAD, y a quien se le rendirá homenaje, entre otros.
Humberto también firmará autógrafos y estará en algunas mesas de diálogo. Él sostiene que su trabajo “tiene la única intención de hacer que la gente, por un pequeño lapso de tiempo, o un largo lapso, depende de cada persona, se olvide un poco de sus problemas cotidianos, se eche un clavado en este universo de fantasía, y la pase bien, esa es mi única intención y siempre ha sido así”.
—¿Todavía trabajas con lápiz y papel?
— Siempre, para mí es la esencia del dibujo. Mientras no me indiquen una cosa contraria, yo seguiré trabajando en lápiz y papel. Soy dibujante, y el título en inglés es penciler, entonces no podría entender mi trabajo, por lo menos en este momento, sin tener un lápiz en la mano. Para mí es tan claro como que el cielo es azul.