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Lucha contra la intolerancia

Parece que nada se le escapa a Patti Smith: artista visual, música y escritora. La compositora de uno de los álbumes clave en la escena del punk, Horses, es también una activista férrea contra la intolerancia y el odio
25 de Septiembre 2017
Foto: Especial
Foto: Especial

POR IRMA GALLO

En julio de 2016, Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, organizó un “juicio sumario” contra Hillary Clinton durante la convención republicana de Cleveland (Ohio). Ante el “veredicto” de culpable, la multitud comenzó a gritar: “¡Enciérrenla!, ¡Mátenla!” Un día después, en un concierto durante el festival de verano del Lincoln Center, en Manhattan, Nueva York, Patti Smith, micrófono en mano, no pudo disimular una nota de indignación: “No les voy a decir por quién votar, pero pedir la ejecución de una candidata a la presidencia es algo muy peligroso. Y este no es el país que queremos”.

El 21 de enero de 2017, un día después del acto inaugural de Trump como el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, al igual que cientos de miles de mujeres que se manifestaron en Washington y otras ciudades de Estados Unidos, Patti usó un gorro tejido de color rosa, el llamado pussyhat, creado por Krista Suh y Jayna Zweiman, como protesta contra la misoginia del empresario, que quedó al descubierto cuando The Washington Post dio a conocer unas grabaciones de 2005 en las que se le escuchaba decir, refiriéndose a sus métodos para conquistar mujeres: when you´re a star you can do anything, you can just grab’em by the pussy (‘cuando eres una estrella puedes hacer cualquier cosa, puedes simplemente agarrarlas por el coño’).

Unos meses después, en abril, durante el concierto que cerraría la gira para conmemorar los 40 años de la aparición de su álbum Horses, en el State Theatre de Cleveland, cuando terminó de cantar “People Have the Power” (La gente tiene el poder) la cantante y compositora recordó al público: “No lo olviden. Úsenlo”.

En mayo, Patti se encontraba entre los firmantes de una carta abierta dirigida a Donald Trump, en la que, junto con Edward Snowden, el académico Noam Chomsky y el cineasta Oliver Stone, entre otros, pedía al presidente frenar el embate contra la libertad de expresión y no presentar cargos contra WikiLeaks y su fundador, Julian Assange.

Según esta carta, “una amenaza al trabajo de WikiLeaks –que publica información bajo la protección de la Primera Enmienda– es una amenaza contra todo el periodismo libre”.

Por eso, cuando Patti dice que lucha todos los días contra Trump, estamos más que tentados a creerle.

Pregunta obligada

En su última visita a México, estaba claro, Patti Smith sería interrogada por los periodistas sobre la política migratoria de Donald Trump. A los 70 años de edad, y con ese colmillo para tratar con la prensa que le dan más de cuatro décadas de carrera, la cantante y poeta seguramente sabía que eso iba a suceder. Sin embargo, ese viernes al mediodía en la Galería Kurimanzutto, el temblor en su voz cuando respondió que estaba avergonzada por todo lo que Trump hace contra los inmigrantes, se escuchó sincero: “y aunque estoy avergonzada, no soy él”, también dijo. “Él no me representa. Él no es mi presidente y lo único que puedo decir es que lo siento, a nombre de mi país”.

Según sus propias palabras, Patti Smith vino por primera vez a México cuando era poco más que una adolescente, “una chica flaca con trenzas largas” que quería ser artista, y descubrió a Diego Rivera y Frida Kahlo gracias a un libro que le regaló su madre al cumplir 16 años de edad: La vida fabulosa de Diego Rivera, de Bertram Wolfe, publicado en 1963. Dice que llegó a nuestro país buscando dos cosas, arte y café, pero encontró una tercera que no se esperaba: la gente.

Ante los medios, narró las primeras impresiones que tuvo sobre esta tierra: “Algunas veces me metía en problemas, a veces estaba en peligro, otras tenía hambre y no sabía en donde estaba; a veces estaba perdida, y la gente siempre me ayudaba. Creían que yo era graciosa. La gente me dejaba entrar a su casa y me preparaba una comida, y luego me dejaban con todos sus hijos”.

Por eso, nunca se imaginó, dijo, que Donald Trump se comportaría así con los inmigrantes, lo cual “es terrible de muchas maneras, porque nuestra población inmigrante, sea legal o ilegal, es parte de nuestro país”.

La señora del punk expuso con claridad su opinión sobre la política del empresario: “Para mí, está dando un ejemplo o modelo a seguir terrible para el mundo. Es un ‘bulleador’, no es muy inteligente, excepto en su mundo específico”, y por si esto fuera poco, remató: “Y el impacto que está causando en nuestro medio ambiente y en la salud y la seguridad de nuestra población inmigrante es deplorable”.

También dijo que en su país hay mucha gente luchando, “incluso gente que normalmente no pensarías que se uniría a esta lucha”.

Una vez más, después de recordar a los trabajadores indocumentados que colaboraron en su casa, al hacer lo que nadie más quiso hacer, Patti Smith pidió perdón en nombre del pueblo de Estados Unidos:

“Hay gente como esta por todo el país de la que nosotros dependemos, a la que necesitamos, que tenemos la bendición de tener. Y lo que Trump está intentando hacer está mal, es inmoral, y lucharemos contra ello, lo estamos peleando. Se los prometo”.

El poder para la gente

La canción “People Have the Power” de Patti Smith, compuesta por su primer marido, Fred Smith, forma parte de la playlist del proyecto 30 days, 30 songs, con el que un grupo de músicos pretende combartir la apatía y proveer un soundtrack de la resistencia en la era de Trump. La página web de esta iniciativa lo explica así: “Todos los beneficios obtenidos irán directamente a las organizaciones que trabajan en las líneas de frente del clima, los derechos de las mujeres, la inmigración y la justicia”. La idea es que al final del periodo presidencial de Donald Trump se hayan subido mil canciones.

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