Revista Cambio

Un día como hoy murió Carlos Monsivais

Pocas son las personas en México que podrían ser catalogadas como verdaderas amantes del arte popular nacional, de sus pintores, de sus artesanías, de sus películas y sus autores. Carlos Monsiváis (1938-2010), “Monsi”, fue sin duda una de ellas.

Carlos tenía menos de 10 años cuando, gracias a lo que escuchó en la radio de sus vecinos, se percató de que había un gran furor en las luchas y hacia los actores y actrices del cine de Oro. Desde ese momento, percibiendo cómo las personas se entusiasmaban con todo ello, fue que se unió al amor por lo popular, a la cultura que le pertenecía a las masas.

Para él, acercarse a personajes populares, como El Santo, María Félix, Tin Tan o, incluso, el cantante Luis Miguel, era también estar más cerca de la sociedad misma, entender sus manías y formas de conducta.

“Son figuras que ordenan pasiones, que ordenan apetencias. Mientras que Luis Miguel ha sido el sueño erótico de muchas adolescentes, El Santo fue una representación humorística que luego se convirtió en el luchador enmascarado en favor del bien (…) Acercarse a estos personajes es también acercarse con la sociedad que los admira”, llegó a declarar el autor de grandes lentes oscuros.

De acuerdo con la escritora Marlene Diveinz, el que Carlos Monsiváis se convirtiera en un apasionado de la cultura popular sólo hizo que sus escritos fueran más queridos, convirtiéndolo en uno de los autores intelectuales más aclamados del país y América Latina.

En entrevista con Reporte Índigo, Diveinz asegura que, así como lo hizo “Monsi”, todo escritor debe, y está obligado, a involucrarse con las manifestaciones culturales y populares de su tiempo, sin importar que no le gusten.

Monsiváis no tuvo reparo en que no le gustara nada absolutamente, le gustaba todo, como escuchar boleros, ir al teatro, participar en las marchas, lanzar comentarios ácidos desde su columna, porque también era un provocador

– Marlene Diveinz

Según describió el mismo Monsiváis en los años 90, ser un conocedor del arte popular le permitía a las personas conocer más sobre la libertad del lenguaje, específicamente si se adentraban en las novelas e historietas impresas.

Salvador Mendiola, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, detalla que el acercamiento que Carlos Monsiváis tuvo con escritores populares, como el historietista Abel Quezada, ocasionó un furor tal, que incluso la familia del caricaturista le agradeció a “Monsi” la cercanía que tuvo con Abel.

“A mí me pareció algo muy hermoso ver a la viuda de don Abel Quezada llorar de emoción diciendo ‘Abel va a ser perdurable por la atención que le prestó Monsiváis’. Y creo que estaba en lo correcto, el gran cerebro de don Carlos captó lo que los políticos y maestros de escuela no veíamos en cosas que despreciábamos”, dice Mendiola.

Para el también catedrático, esa apreciación de Monsiváis se veía incluso en las novelas, defendía, por ejemplo, el trabajo que la escritora Yolanda Vargas Dulché hizo con Rubí, pues veía en esta historia una gran narrativa y estupendos personajes.

“La calidad de estas decisiones seguramente provinieron de que él conocía a la gente, de que se subía en los micros y viajaba en el Metro, de que se moría de risa con Héctor Suárez o lloraba viendo la televisión”, resalta Mendiola.

De acuerdo con él, en estos momentos sería crucial la presencia e intelecto de “Monsi”, ya que, sin importar que estuviera del lado del presidente de la República o no, iluminaría a la gente para saber qué hacer y qué debatir. “Sería muy valioso saber cómo él estaría recuperando lo popular en las redes y no sólo de la clase media, que es lo que domina”, dice el profesor de la UNAM.

LOS PLACERES DETRÁS DE LA LEYENDA

La apreciación que Carlos Monsiváis le tenía al arte popular lo llevó a dedicarse a otra de sus más grandes pasiones: la colección. Por décadas, el autor de Los rituales del caos (1995) recolectó dibujos, pinturas, grabados, juguetes e incluso películas y discos.

Esa manía comenzó en su vida tras conseguir unos 15 dibujos de Miguel Covarrubias. Después de eso, llegó a acumular cerca de 20 mil piezas ubicadas en diversos rubros, las cuales con los años fueron donadas al Museo del Estanquillo.

Según el académico Salvador Mendiola, la mejor manera para que los mexicanos puedan seguir apreciando las colecciones de Monsiváis, es que todos los museos de la Ciudad de México cuenten con una sala Carlos Monsiváis, en la que resguarden los objetos únicos que él alcanzó a recuperar a lo largo de su vida.

“Además, debería haber becas para estudiar todo lo que nos dejó de publicaciones. Gracias a él se conserva lo mejor de la Época de Oro”, menciona Mendiola.

Salvador asegura que él descubrió que la manía de coleccionista de Monsiváis provenía de sus lecturas. En una ocasión que el escritor acudió a la FES Aragón a dar un curso, le mencionó al académico que en su juventud leía a Walter Benjamin, un filósofo alemán que tiene unos escritos sobre lo que es conservar, lo que es ser coleccionista para la memoria.

“Tuve el honor y privilegio de acompañarlo a La Merced a buscar ejemplares de (la historieta) Tawa, lo vi que fuera del Chopo visitando a (el escritor) Federico Arana para que le dijera cuáles discos había que guardar de lo que era el primer rock and roll verdaderamente mexicano (…) Lo vi buscar de todo, desde huaraches hasta sombreros”, narra el profesor.

Incluso, declara, en alguna ocasión estando en casa de Monsiváis, la madre de éste al darse cuenta del gran coleccionista de hijo que tenía, le sugirió mejor comprar un castillo para guardar todo lo que en ese entonces ya había recolectado.

PARA RECORDAR A CARLOS MONSIVAIS

Carlos Monsiváis fue un intelectual que dedicó su vida a explorar prácticamente todos los temas que tenían que ver con la cultura nacional, lo que lo hizo cercano a la gente, que aunque no lo hubiera leído, lo conocía, lo admiraba y lo apreciaba.

“Esa figura es muy importante recuperarla para la conformación de la nación democrática que estamos construyendo, qué mejor que recordarlo como un hombre que tocó todos los temas culturales referentes a la alta cultura, pero también a la cultura popular, desde la cual dirigió algunas de sus miradas más intensas y agudas”, asegura Eduardo Limón, director de Relaciones Públicas del Fondo de Cultura Económica.

Qué feliz momento para recuperar la imagen de un hombre tan querido y admirado como él y más ahora en el marco de lo que tiene que ver de la conmemoración de los 10 años de su fallecimiento; si bien es cierto Carlos Monsiváis ya no acompaña las luchas, sigue ahí su presencia y su testimonio para constatar que merecemos el país que estamos construyendo

– Eduardo Limón

Dicha casa editorial, el viernes 19, en coordinación con la Estrategia Nacional de Lectura, a lo largo del día realizará trivias en sus redes sociales, en torno a la obra y figura de Carlos Monsiváis. Quienes respondan de manera correcta recibirán libros virtuales del escritor.

Además, ofrecerá hasta el 30 de junio descuento del 35 por ciento en su librería virtual, para la adquisición de la obra de Carlos Monsiváis, así como diversos descuentos en otros fondos editoriales que contienen también volúmenes del autor.

“Tenemos la edición del Nuevo catecismo para los indios remisos, una traducción al inglés que recupera mucho del espíritu muy agudo y sumamente erudito de Monsiváis, pero sobre todo humorístico, no hay que olvidar que entre otras características, una principal de Carlos tenía que ver precisamente con eso, que era un hombre con una suficiente carga de conocimientos que no le impedía ser humorístico y eso es uno de los detalles que llama mucho la atención de este libro en particular”, asegura Limón.

TVUNAM también se sumará a la conmemoración de los 10 años de la partida de “Monsi”. El viernes, fecha del aniversario, se transmitirá, a las 18:00 horas, Yo te bendigo vida. Carlos Monsiváis, documental que hace referencia a la pasión de Carlos Monsiváis por la literatura mexicana, y en particular por la poesía.

A las 21:00 horas se estrenará Soy optimista, creo en mi mala suerte. Carlos Monsiváis, conducido por la escritora Julia Santibáñez. Por último, a las 22:00 horas, se transmitirá El Chamuco TV con Jesusa Rodríguez como Monsi, un programa al que llega el espíritu de Carlos Monsiváis para hablar con los moneros de la situación actual del país.

“Cuando fui director de la Filmoteca de la UNAM hicimos muchas actividades conjuntas con Monsiváis, porque una de sus pasiones era, obviamente el cine, y teníamos siempre una gran colaboración”, comenta Iván Trujillo, director de TVUNAM.

Desde esa televisora universitaria se plantearon sacar a la luz cosas que ya se hubieran hecho, que fueran memoria. Al homenaje también se sumarán Radio UNAM y la Dirección de Publicaciones de la universidad.

En 1996, a propósito de los 100 años del cine en México, recuerda Trujillo, varias instituciones hicieron actividades para conmemorar dicho centenario, y como Monsiváis no era ajeno a eso, Iván le propuso “una locura”.

“Le dije ‘oye, por qué no hacemos unos flipbook’, estos libros donde uno puede moverlos con base en fotogramas y revivir una secuencia o movimiento de una película; entonces, al proyecto invitamos a Carlos Aguirre, el artista plástico, y dijimos ‘vamos a llamarle 10 segundos del cine mexicano’ y le pedimos que escogiera los 10 segundos que le parecieran clave, ahí fue donde dijo que eso era una locura imposible, pero al final accedío y seleccionó fragmentos de Vámonos con Pancho Villa, de El Rey del Barrio y de Águila y sol, entre otras” recuerda Trujillo.

Esa edición está agotada, sino que desaparecida, así que el equipo de TVUNAM consiguió una para mostrarla en el programa con Julia Santibáñez, como una referencia de lo que a Monsiváis le parecía importante.

“Su ausencia se siente, realmente lo necesitamos en estos momentos para que nos dijera qué hacer en casa, creo que me gustaría saber qué opinaría Carlos de la crisis que estamos atravesando y cómo la estamos resolviendo, por supuesto 10 años sin él se notan, porque era pieza clave en todo el ámbito cultural de nuestro país”, afirma Trujillo.