Por Javier Pérez
Hace 20 años, la maestra Sandra Félix buscaba una obra que montar con sus alumnos del Núcleo de Estudios Teatrales. Alguien le recomendó un texto de Elena Garro llamado Un lugar sólido. Para ella fue todo un descubrimiento.
“Estábamos muy contentos de haber encontrado una de las joyas de teatro que hay en este país”, dice en entrevista.
El único inconveniente que tenían era que el texto solamente duraba media hora, por lo que se dieron a la tarea de buscar más obras de la escritora mexicana. Entonces encontraron otras dos obras cortas: Andarse por las ramas y La señora en su balcón.
“Juntas parecían una trilogía o la historia de una misma mujer, aunque hablan de tres mujeres distintas”, explica Sandra Félix, quien conjuntó las tres en Un paisaje de Elenas, montaje que recuperó el año pasado, en el centenario del natalicio de Elena Garro, y ahora se presenta en el teatro Benito Juárez hasta el próximo 19 de febrero bajo el cobijo de la Compañía Nacional de Teatro (CNT).
“Son tres mujeres atrapadas en una sociedad patriarcal, pero que buscan recuperar la infancia, la magia de la vida, la imaginación y es como la constante de las tres obras”, explica la directora. De hecho, puede decirse, como se lee en el programa de la propia CNT, que se trata de una misma protagonista que cambia de nombre y edad en cada versión, pero no en sus sueños. Titina, Clara y Lidia buscan la magia, lo extraordinario, lo infinito tanto en el amor como en sus relaciones con el resto del mundo y hasta en su muerte permanece su concepto poético de la existencia. “Es una obra muy vigente, universal y que nos dice a todos mucho; lleven a los niños de ocho años y gente adulta, a todos nos dice algo de nuestro país, de nuestras costumbres, sobre la vida”.
Cuando leyó a Garro, a Sandra le sorprendió su uso del lenguaje. “La llaman la maga de la palabra porque de alguna manera explora el español con esta mezcla mestiza que tiene en México, y dialoga muy bien en el teatro, pero además habla sobre México y la idiosincrasia, tiene muchísima fuerza poética.
Digamos que su teatro, como su novela y su cuento, tienen un realismo fantástico y un realismo poético, eleva el español de una manera increíble y además tiene un humor único”.
A la hora del montaje escénico, la directora buscó transmitir el realismo poético de Garro, es decir, una historia sin lógica aparente que, no obstante, tiene su propia coherencia. Un teatro de prosa poética, le llama. Pone como ejemplo La señora en su balcón, sobre una mujer que se confronta a su propia historia de vida.
Dice que los actores de la Compañía Nacional de Teatro han aportado no solo su experiencia profesional y de vida a Un paisaje de Elenas, sino que le han dado una mayor dimensión al profundizar los textos. Ella simplemente les pidió que se fueran hacia sus recuerdos, amorosos, familiares o de lo que fuera; además, leyeron poesía de Octavio Paz (quien fue esposo de Elena Garro).
“Hicimos un trabajo muy emotivo; me parece muy importante porque primero es cómo recuperar las cosas importantes de tu infancia, por ejemplo. Lo práctico de la obra es el trabajo en conjunto con Philippe Amand, quien hace 23 años hizo el primer montaje e hizo cosas muy bonitas escénicas, como la escalera de caracol en primer plano”. Ese elemento de escenografía podría representar un árbol en Andarse por las ramas o el lugar sopor el que desciende un personaje hacia el final. “El juego poético sigue estando en el espacio y hay una profundidad de planos, de los que entran y salen personajes.
La luz también toma un tinte poético muy importante”. Un paisaje de Elenas, dice Sandra Félix, es una obra que permite volver a la vida del amor y la libertad de expresión, a la alegría de vivir en una época llena de desesperanza.
Un paisaje de Elenas, hasta febrero 19. Teatro Benito Juárez, Manuel Villalongín 15, Renacimiento. Vie. 20 h, sáb. 19 h, dom. 18 h. $136, con descuentos del 50 % a estudiantes de nivel básico, maestros, personas con discapacidad, trabajadores de gobierno e INAPAM con credencial vigente.
