Este 6 de julio se cumplen 113 años del nacimiento de Frida Kahlo. La pintora mexicana más reconocida en el mundo, dejó un legado artístico único que ha estado acompañado de su espíritu que aunque estuvo lleno de mucho dolor, se convirtió en un referente del feminismo.
Qué mejor regalo para festejar a Frida, que saber del hallazgo de su pintura “La Mesa Herida” que hace casi siete décadas pintó y que estaba desaparecida.
La obra, realizada en 1940, de casi dos metros y medio de largo, fue vista por última vez en una exposición en Varsovia, en 1955. No dejó rastro en archivos ni en almacenes o aduanas.
Ahora, un empresario mexicano afincado en Londres y supuestamente heredero de una sobresaliente colección que ha ido desmigando crisis tras crisis, declara que tiene en su poder el cuadro más buscado de la pintora mexicana.
“Está en venta por unos 42 millones de euros”, dice Cristian López, un joven diseñador de productos mecánicos en Ferrolterra y recién llegado al sector del arte, que asegura haber negociado antes la transacción de algunas obras de la Casa Alba.
La pintura viajó de México al Reino Unido en diciembre de 2019 y allí se custodia en la bóveda acorazada de un banco. El ahora “dueño”, no quiere subastarla, pues refiere cerrar el trato entre particulares, al margen de las cámaras.
Sin embargo, no cuenta con un certificado de autenticidad de la obra, pero tiene una versión de los hechos sobre la desaparición de esta monumental pintura, en la que la figura capital es Ignacio Márquez Rodiles, representante del Frente Nacional de Artes Plásticas.
Según López, en su tiempo Márquez quien tenía la pintura, acordó con Diego Rivera, viajar a México para dársela pero el esposo de Kahlo agravó de salud, por lo que él decidió mantener la pieza en secreto y a salvo hasta que Diego recuperara la salud y pudiera recibirla.
Después pasó a manos de Julio César Millán Tamayo, coleccionista de arte que compró la obra en secreto, quien después la vendió al padre de López, pues a su esposa no le gustaba.
Varias fotos acompañan los papeles y sorprende comprobar que, si hasta el momento se ha descrito como un óleo sobre tabla, aquí aparece como lienzo.
Sería el mismo soporte que utilizó la artista en Las dos Fridas, su primer gran formato, realizado unos meses antes, a finales de 1939, de La mesa herida, para la exposición internacional surrealista comisariada por André Breton, en la Galería de Arte Nacional, en México.
Sin embargo, expertos como la historiadora alemana Helga Prignitz-Poda, aseguran que la obra en venta no es la auténtica: “¡Frida lo pintó sobre madera! No hay nada más que decir”, explica. “Esta obra es tan falsa como muchos otros. Los fabricantes o propietarios ya me habían contactado hace unos años, entonces la obra se encontraba en México. No mencionan mi opinión sobre la pintura, pero la saben muy bien”, añade la experta.
No obstante la noticia impacta al mundo y «abre esperanza» para los admiradores de la pintora mexicana, que hoy celebran más de 100 años de su nacimiento.