BEREA, Ohio, EE.UU. (AP) — Baker Mayfield se escurrió pegado a la línea lateral, levantando las piernas juguetonamente mientras esquivaba a jugadores defensivo en el segundo día del campamento de entrenamiento de los Browns.
Antes de salirse del terreno de juego, pasó el balón detrás de su espalda y luego lo lanzó por encima de su hombro ante el defensive lineman Sheldon Richardson, para deleite de los aficionados.
Fue una tarde típica en el trabajo para el carismático — e innegablemente engreído — quarterback, quien está encomendado a terminar con la sequía de Cleveland de 16 años sin avanzar a los playoffs.
“Ese es Baker Mayfield. Su confianza siempre está ahí cuando está en la cancha”, comentó el estelar guard Joel Bitonio el viernes. “Ha sido realmente genial verlo evolucionar como jugador, pero honestamente, sigue siendo el mismo chico que llegó al campamento con nosotros el año pasado.
“Sabemos que con Baker, cada vez que toque el balón, hay una oportunidad de hacer algo bueno”.
Mayfield impuso un récord de la NFL como novato con 27 pases de touchdown la temporada pasada, rompiendo la marca que compartían Peyton Manning y Russell Wilson, campeones del Super Bowl, tras ser la primera selección global del pasado draft egresado de Oklahoma.
El ganador del Trofeo Heisman en 2017 también consiguió seis victorias como titular. Cleveland cerró con marca de 7-8-1, despertando altas expectativas, las cuales cree son realistas.
“Ganar el Super Bowl debe ser absolutamente la meta cada año”, aseguró el quarterback de 1,85 metros y 97,5 kilogramos. “Esta es una franquicia rica en tradición que necesita tener ese estándar. Simplemente es volver a ese punto de referencia, establecer ese fundamento y para que todos sepan que eso es lo que deberían esperar. Los aficionados merecen eso, y así es como necesita ser”.
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