No, esto no es cosa de niños. En la historia del deporte mexicano hemos sido testigos de cómo aquellas atletas que iniciaron desde niñas, tras años de constancia y disciplina llegaron a convertirse en mujeres exitosas, que han tocado la cima en la disciplina que eligieron como deportistas. En el marco del Día Internacional de la Niña, conmemorado cada 11 de octubre, recordamos a manera de homenaje a estas mujeres que han dejado muy alto el nombre de nuestro país y el de su género.
Paola Longoria
Nació en San Luis Potosí el 20 de julio de 1989, y desde muy pequeña demostró gusto por un deporte poco conocido, el racquetbol.
Con apenas 1.64 metros de estatura y 52 kilos, Longoria es actualmente la número uno de su disciplina; más allá de eso, es probablemente la deportista más dominante en cualquier actividad de la actualidad.
Esta joven tiene una racha, que sigue en marcha, de 152 victorias consecutivas y 34 títulos ganados de manera consecutiva. Hace unos días conquistó por séptima ocasión, de forma sucesiva, el Abierto de Estados Unidos de su especialidad.
Ha terminado como número uno de su deporte en seis de los últimos siete años, en los últimos cinco años ha perdido solo un juego, eso es más o menos como si la selección ganara dos mundiales de futbol al hilo y todos los partidos que disputara entre ambos.
Lorena Ochoa
Sin duda alguna, la mejor golfista mexicana de todos los tiempos. Nació en Guadalajara el 15 de noviembre de 1981 y aunque en sus primeros años practicó el futbol americano, a los seis años participó en su primer torneo de golf regional y al año siguiente en uno nacional, el cual ganó.
Su educación fue en la Universidad de Arizona, donde destacó como gran promesa; fue hasta el 2003 que se hizo profesional, e irrumpió en la liga como la Novata del Año. Desde sus primeras actuaciones demostró su gran calidad y disciplina para el golf, lo cual le valió llegar a la cima de la clasificación mundial.
Ganó más de 25 torneos en el circuito profesional y fue nombrada la jugadora del año en cuatro ocasiones consecutivas (del 2006 al 2009).
MarÍa del Rosario Espinoza
Es la atleta olímpica más destacada en la disciplina de tae kwon do, con tres preseas ganadas en tres justas diferentes.
Llegó a este mundo el 29 de noviembre de 1987 y desde los 16 años empezó a destacar a nivel internacional, al ganar la competencia del campeonato de la juventud llevado a cabo en Río de Janeiro.
En el 2007 llegó a lo más alto de la clasificación del tae kwon do, cuando ganó el mundial de la especialidad, además de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos.
Durante su participación en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, se convirtió en la segunda mujer mexicana en conquistar una medalla de oro en esta competencia internacional, al ganar en la categoría de 68 kilos.
En Londres 2012 conquistó el bronce, y en Río 2016 la plata; así, es la primera mexicana en ganar preseas en tres justas diferentes.
Ana Guevara
Conocida como la Saeta de Sonora, la velocista se convirtió en la primera atleta mexicana en conseguir una medalla en las pruebas de velocidad en la historia de los Juegos Olímpicos, al finalizar en el segundo lugar en la prueba de 400 metros en Atenas 2004.
Guevara, quien nació en Nogales y antes de pisar las pistas fue una niña y adolescente basquetbolista, fue reconocida como unas de las máximas figuras mundiales en el atletismo gracias a sus dominantes participaciones en los Mundiales y la Golden League, lo cual la llevó a ser catalogada como la mejor del mundo en la prueba de los 400 metros planos. En 2008 anunció su retiro del escenario deportivo para dedicarse a la política. Pero su gran legado en el atletismo mexicano son 13 medallas de oro, siete de plata y tres de bronce, además de convertirse en la inspiración y motivación para jóvenes atletas en nuestro país.
Estas niñas se convirtieron en mujeres que llegaron a la cima, donde se han mantenido para ofrecerle a México algo más que triunfos: una muestra de entrega que resulta un enorme ejemplo a seguir.
