Por Marina Lammertyn y Cassandra Garrison
AÑELO, Argentina, 19 feb (Reuters) – A las pocas semanas de su asunción, el presidente argentino Alberto Fernández convocó a los ejecutivos de Chevron Corp, Royal Dutch Shell PLC y otras empresas petroleras a una reunión con el objetivo de componer la relación con el sector al que había criticado unos meses antes, cuando era candidato.
Durante la campaña presidencial del año pasado, en la que el peronista se midió con el entonces presidente Mauricio Macri, Fernández dijo que no tenía sentido que Argentina tuviera riquezas petroleras si “hay que dejar que las multinacionales vengan y se las lleven”.
El 16 de enero, en una reunión para suavizar los ánimos, Fernández se disculpó con los ejecutivos de energía por dar señales confusas, dijo una fuente del sector con conocimiento directo de la reunión, que agregó que el líder argentino quería diseñar un plan para recuperar el potencial del yacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta.
Sin embargo, Fernández no presentó un plan concreto durante el encuentro, dijo la fuente, una señal de que la nueva administración aún no se ha decidido por las acciones que tomará para aumentar la producción del yacimiento ubicado en la provincia patagónica de Neuquén hasta su máximo potencial.
“Ellos saben qué es lo que tendrían hacer (…) pero no saben qué cambios harán que las cosas mejoren o empeoren”, dijo un representante de un proveedor de servicios estadounidense que no quiso ser identificado, agregó que no tenía “ninguna esperanza” de que el proyecto prometido por Fernández mejore significativamente la sombrío panorama de Vaca Muerta.
Consultado por el plan del Gobierno para el sector y la reunión con los ejecutivos, un portavoz de la Secretaría de Energía dijo que “Vaca Muerta es central como proyecto país de nivel mundial”.
Por su parte, desde la presidencia argentina declinaron hacer comentarios.
El éxito de Vaca Muerta, a menudo comparada por su potencial con la Cuenca del Pérmico en Estados Unidos, es clave para el país sudamericano, que hace décadas sufre de crisis económicas cíclicas y actualmente carga una inflación anual de más de 50% y una deuda soberana de cerca de 100.000 millones de dólares.
Pero más de una decena de entrevistas realizadas a ejecutivos de compañías de energía, empresas constructoras e inmobiliarias, analistas y habitantes locales de la ciudad de Añelo, considerada la capital de Vaca Muerta, muestran que la paciencia se está terminando.
Es el caso de grandes multinacionales como Halliburton Co y Schlumberger NV, en su momento comprometidas a explotar las reservas petroleras de Argentina, como también para miles de argentinos que tratan de sobrevivir económicamente en una región que hasta hace solo 12 meses estaba creciendo de manera exponencial.
Cuando Alberto Valenzuela, un conductor de maquinaria pesada en la industria petrolera de 47 años, vino a vivir a Añelo, un pueblo en incipiente desarrollo, empezó a construir su sueño: una casa de cuatro habitaciones, con lugar de sobra para su mujer y dos hijos.
Ahora, tanto él como su familia, van a dejar Añelo.
“Vine hace nueve años a probar suerte, pero hoy hemos culminado con la idea y el proyecto que teníamos de querer vivir bien, tranquilos y mejor. Ya no nos podemos proveer de lo poco que hay en el pueblo”, dijo Valenzuela.
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“YA NO ERA UNA BUENA APUESTA”
Los vestigios de la esperanza de un “boom” del esquisto se aprecian desde la cima de una desolada meseta en Añelo, donde Valenzuela es uno de los 4.000 habitantes que ayudó a duplicar la población de la localidad en cinco años.
Malezas crecen alrededor de los restos de casas sin terminar, rodeadas de equipos de construcción abandonados. El complejo habitacional es uno de los muchos proyectos ideados para alojar a los nuevos habitantes hasta que la crisis se asentó en agosto del año pasado, durante la temporada electoral.
Más que presentar un plan para atraer inversiones a Vaca Muerta, Fernández, en la reunión de enero en la casa de gobierno, pidió a los ejecutivos petroleros ideas sobre cómo estimular el sector energético, dijo la fuente con directo conocimiento de la reunión.
Fernández aseguró en esa reunión que presentaría en febrero un proyecto de ley para abordar las preocupaciones del sector de hidrocarburos, pero todavía no hay señales del mismo.
Según la fuente, los ejecutivos le pidieron al presidente que presente un marco legal claro y a largo plazo, la exención de controles de capitales y el levantamiento del congelamiento de precios de los combustibles, medidas impuestas por el ex presidente Macri en las últimas semanas de su mandato.
Sin embargo, para muchos en la industria, el daño de los comentarios de Fernández en campaña fue suficiente para desviar sus inversiones a otros lados.
“Teníamos equipos que íbamos a enviar a la Argentina. Después de esos comentarios todos en la industria sintieron que Argentina ya no era una buena apuesta”, dijo una fuente de una empresa estadounidense, que aclaró que el desvío de activos fue impulsado por los comentarios de Fernández.
A su vez, varios indicadores clave del estado de la industria petrolera se han deteriorado en la región en los últimos siete meses y con ellos el trabajo, según datos del sector y funcionarios sindicales.
En enero había solo 24 plataformas de extracción de petróleo y gas no convencional activas en Vaca Muerta, un 37% menos que en julio, según datos del sector proveídos por la empresa Baker Hughes.
Aunque la producción en Vaca Muerta batía récords el año pasado, los analistas le atribuyen la gran producción a un fuerte comienzo del 2019 y dijeron que el deterioro comenzó en agosto, principalmente debido al sólido triunfo de Fernández sobre Macri en las elecciones primarias.
“La producción y actividad serán afectadas en 2020. ¿Cuánto? todavía no sabemos”, dijo a Reuters Martina Gallardo-Barreyro, una analista de energía de Moody’s.
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“ACÁ CRECE UN SUEÑO”
Los efectos de la crisis del sector en Argentina, que de acuerdo a expertos surge de la falta de claridad en las reglas del juego tanto como las preocupaciones por el triunfo del peronismo, son palpables en Añelo.
Un gran cartel pintado a mano que dice “Vendo o Busco Inversor” está montado en el frente de la casa semi-construída por Valenzuela.
Durante su auge, autoridades locales intentaron seguir el paso de un crecimiento poblacional que duplicó la cantidad de habitantes a 8.000 en sólo 5 años. Pero el desarrollo de Añelo se ha reducido drásticamente en los últimos siete meses con la caída en la actividad en Vaca Muerta.
Algunas empresas petroleras y otros accionistas, entre ellos participantes de la reunión en la Casa Rosada, dijeron a Reuters que son optimistas de que la actividad aún pueda recuperarse en Vaca Muerta gracias a su enorme potencial a largo plazo.
La empresa alemana de petróleo y gas Wintershall DEA dijo, por ejemplo, que tenía claras expectativas de que los controles de precios serían levantados en el corto plazo.
El portavoz de Chevron, Ray Fohr, dijo que “un entorno empresarial estable, predecible y competitivo basado en los principios del libre mercado es esencial para atraer capital de inversión en la escala necesaria para garantizar el crecimiento y la expansión de Vaca Muerta, un campo no convencional de clase mundial con potencial a largo plazo”.
Pero en Añelo la imagen no es tan clara. Paquetes con baldosas yacen tirados sobre tierra en los alrededores de las estructuras sin terminar del proyecto habitacional de Añelo, mientras que faroles de calle sin usar esperan en un cobertizo. A su vez, las tareas de construcción están demoradas, con la mitad de trabajadores en el sitio, dijeron autoridades.
Frente a las estructuras vacías de las casas abandonadas, en un cartel del gobierno que aparece en varias construcciones alrededor de la provincia de Neuquén se lee: “Acá crece un sueño”.
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(Traducido al español por Hernán Nessi, Editado por Maximilian Heath)