Por David Shepardson / Reuters
En su cuenta de Twiter, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a la automotriz japonesa Toyota Motor Corp con imponerle un fuerte arancel si fabrica sus modelos Corolla para el mercado estadounidense en México.
Esta fue la última andanada de Trump contra las automotrices que construyen sus vehículos en México y la primera contra una firma extranjera. Los ataques a las inversiones de estas compañías en México han colocado una sombra sobre las redes de producción transfronterizas, claves para más de 583 000 millones de dólares al año en el comercio entre los dos países.
El valor del peso mexicano se ha hundido en medio de los temores de que las políticas de Trump dañarían a la segunda mayor economía de América Latina.
El presidente de la automotriz, Akio Toyoda, dijo que no tiene planes inmediatos para reducir su producción en México, prefiere esperar a que Trump asuma la presidencia antes de decidir algún cambio.
Los fabricantes de automóviles en Estados Unidos han recibido críticas de Trump por construir vehículos en fábricas de costos más bajos al sur de la frontera, algo que en su opinión afecta al empleo en Estados Unidos.
La presión para frenar esa práctica de las empresas se intensificó la semana pasada, después de que Ford Motor Co. dio marcha atrás en sus planes de construir una planta de ensamblaje en México, valorada en 1 600 millones de dólares, tras las duras críticas de Trump.
