Estados Unidos registró en abril una tasa de paro del 14,7%, la más alta desde la Gran Depresión, debido a la pandemia del coronavirus, de la que el país se ha convertido en epicentro mundial. Era el dato del paro que más expectación ha generado en décadas. Y es tan negativo como se esperaba. El peor desde que se empezaron a guardar registros en 1948. Solo dos meses antes, en febrero, el paro alcanzaba un mínimo histórico del 3,5%. Hasta entonces, la economía estadounidense había creado ininterrumpidamente empleo durante 113 meses.
Un total de 20,5 millones de personas perdieron su empleo en abril, según los datos del Departamento de Empleo publicados este viernes. La pandemia ha borrado en un solo mes todos los empleos creados después de la Gran Recesión de 2008 y 2009. Durante aquella crisis, Estados Unidos perdió 8,7 millones de puestos de trabajo, alcanzando la tasa de paro un pico máximo del 10% en octubre de 2009. Fue la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Ahora, la pérdida es el doble y solo en un mes.
El pavoroso impacto de la pandemia en el empleo se ve cada semana, desde hace casi dos meses, en las cifras de solicitudes de la prestación de desempleo. Más de 33 millones en las últimas siete semanas. Pero los datos de este viernes, los de la tasa de paro del primer mes entero afectado por las medidas de restricción de actividad impuestas por la pandemia, ofrecen un cuadro más completo, pues proceden de una macroencuesta en hogares y empresas. Eso permitirá a los expertos comprender mejor cómo podrá ser la recuperación de la economía tras el levantamiento de las medidas de confinamiento.
El golpe borra de un plumazo una de las grandes historias positivas del insólitamente largo periodo de crecimiento que siguió a la Gran Recesión y que la pandemia del coronavirus ha cortado abruptamente. En estos 11 años, los datos de empleo entre las minorías étnicas habían mejorado sustancialmente, algo de lo que le gusta presumir al presidente Donald Trump. Pero el azote de lo que ya se conoce como la Gran Reclusión tampoco ha respetado eso. El desempleo entre los hispanos se dispara a un 18,9%, y entre los afroamericanos sube a un 16,7%. Entre los blancos, es un 14,2%.
Ya en los datos de marzo se vio el impacto en los sectores de la hostelería y los viajes, pero en abril el daño es mucho más generalizado. En el informe publicado hoy, el sector de la hostelería sigue siendo el más afectado, con 7,7 millones de empleos perdidos. Pero el comercio minorista pierde 2,1 millones; la industria, 1,3 millones, y también el sector público se deja casi un millón de empleos. Incluso en el sector de la sanidad se perdieron 1,4 millones de puestos de trabajo, al descender la actividad en servicios rutinarios mientras los recursos se concentran en la atención de urgencia por la pandemia.
La tasa de paro, además, subestima el impacto de la crisis, ya que solo incluye a las personas que buscan activamente empleo. Incorporando en el cálculo a quienes no buscan activamente un nuevo trabajo, la proporción de estadounidenses en edad de trabajar que tienen un empleo es del 51,3%, la menor desde que existen registros.
Entre lo poco positivo está el hecho de que el 78,3% de los encuestados calificó de temporal su pérdida de empleo, mientras que solo el 11,1% respondió que era permanente. Se trata de un dato inusualmente alto, la mayor tasa de despidos temporales desde la década de los 60. En marzo, solo el 25,5% de los desempleados calificó su despido como temporal. Eso indica que muchos empleos podrían volver cuando se reabra la economía y, por tanto, que la recuperación puede ser más rápida. Así lo ha anticipado el presidente Donald Trump durante una entrevista este viernes por la mañana en Fox News. “Todos esos empleos volverán, y volverán muy pronto”, ha dicho.
Pero un empeoramiento del panorama económico podría convertir muchos de esos despidos temporales en permanentes. En las últimas semanas, numerosas grandes compañías han entrado en suspensión de pagos. Es el caso de J.Crew y Neiman Marcus, cadenas de grandes almacenes que han anunciado el inicio de procesos de bancarrota estos días. Otras, como General Electrics o Boeing, han anunciado despidos permanentes masivos, que alcanzan el 25% de sus plantillas en algunas divisiones.
Gobiernos de todo el mundo se vieron obligados poco menos que a congelar la economía para frenar la propagación del coronavirus, que ya ha infectado a más de 1,2 millones de personas en Estados Unidos y provocado más de 75.000 muertes. El desplome repentino de la demanda ha provocado una oleada de millones de despidos, a un ritmo sin precedentes, que ha obligado a millones de trabajadores acudir a solicitar ayudas del Estado por primera vez y a dejar de pagar sus facturas.