El jueves por la mañana Agustín Carstens, presidente del Banco de México (Banxico), anunció que en julio de 2017 dejará su cargo. En un breve discurso, el economista dijo que trabajará durante los próximos siete meses con los demás miembros de la Junta de Gobierno para mantener la estabilidad del valor adquisitivo de la moneda.
Pero lejos del discurso, el mercado inmediatamente reaccionó. La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró con un retroceso de 0.95 y hubo una depreciación de 0.82 % en el tipo de cambio. De acuerdo con el maestro en Economía, Miguel Cervantes Jiménez, esta señal no es muy buena. “Los funcionarios públicos dan un mensaje de certidumbre y calman los mercados, pero los mercados también absorben información y reaccionan y ahora la señal fue clara”. El Banco de México es una institución autónoma, y si bien Carstens no es el único que toma decisiones, sí es un hombre muy importante, de tal manera que los propios mercados cayeron. Por su parte, la institución financiera Banco Base advirtió que tras el anuncio del gobernador de Banxico, la incertidumbre en el mercado dependerá de la agilidad del proceso de transición y del candidato que sea propuesto para ocupar el cargo a partir de julio de siguiente año.
Ahora, antes de la salida de su titular, el banco central tiene varios pendientes, y uno de ellos es mantener el poder adquisitivo de la moneda, consideró el también profesor de Economía en la UNAM.
Otro más es la inflación. Si esta se calcula entre enero de 2010 y octubre de 2016, hay una inflación acumulada de 25 %, es decir, no se cumple a cabalidad el mandato. “Si al inicio de la entrada de Carstens teníamos un billete de 100 pesos, hoy el poder adquisitivo es de 75 pesos”, afirma el profesor.
Además, en un comunicado, el Banxico dijo que la Junta de Gobierno velará por el sano desarrollo del sistema financiero, así como por el desenvolvimiento estable de los mercados e instituciones financieras.