La capital de la moda italiana tiene un color predominantemente gris, no sólo por los bloques de edificios neoclásicos distintivos de la ciudad también por su cielo con frecuencia nublado, que atrapa la contaminación.
Sin embargo, Milán ahora quiere cambiar ese color a verde. La ciudad tiene ambiciosos planes para plantar 3 millones de árboles nuevos en el 2030, una medida que los expertos afirman que aliviaría el bochornoso y a veces tropical clima.
Las autoridades de Milán calculan que el programa, que aumentará el número de árboles en 30 % en la más extensa área metropolitana, absorberá 5 millones de toneladas de dióxido de carbono adicionales al año –cuatro quintas partes del total producido por Milán– y reducirá las pequeñas y dañinas partículas PM10 en 3 000 toneladas a lo largo de una década.
De forma significativa, también reducirá las temperaturas de la ciudad en 2 grados Celsius, dijeron.
Con información de AP.