Teherán, 19 Feb (Notimex).- Irán renovará mañana viernes su parlamento (Majlis) entre bajas expectativas ciudadanas tras las manifestaciones por el alto costo de la vida, el número de candidatos reformistas rechazados, un régimen en busca de legitimidad y el marco de tensiones con Estados Unidos.
Los críticos al liderazgo teocrático iraní ya anunciaron su intención de boicotear las elecciones parlamentarias, al considerar que serán todo menos democráticas y solo servirán para reforzar a los gobernantes islámicos.
En contraste, el líder supremo de la República de Islam, el ayatolá Ali Jamenei, ha pedido una participación masiva este viernes 21, para mostrar el rechazo a los enemigos extranjeros, en un mes que coincide con el de la expulsión del proestadunidense sha Mohammad Reza Pahleví en 1979.
Más de 57 millones de iraníes están citados a las urnas para elegir a 290 miembros de la Asamblea Consultiva Islámica, o también llamado ‘Majlis’ en farsi, entre candidatos principalmente moderados y reformistas.
El Consejo de Guardianes, encargado de velar porque se cumpla la constitución iraní, vetó a siete mil 296 candidatos de más de 14 mil iniciales, en su mayoría postulados por la coalición reformista y moderada.
En la historia iraní, el ‘Majlis’ ha estado conformado por mayorías principalista o reformista, en un país donde llegan a contarse alrededor de 250 partidos y grupos políticos.
Los principalistas se conforman por grupos que motivaron la Revolución Islámica de 1979. Se presentan como defensores de los oprimidos y consideran que, en política exterior, es importante oponerse a lo que llaman “prepotencia occidental”.
En contraste, los reformistas se ven como representantes de la clase media y manejan un discurso moderado con respecto a la política exterior del país, por lo que creen en la economía de mercado. Es la actual primera fuerza en el parlamento y es encabezada por el presidente Hasán Rohaní.
Ambas corrientes políticas mantienen fidelidad sin fisuras a Jamenei y la República Islámica, pero los miembros del Consejo de Guardianes, con seis de ellos nombrados por el líder religioso, descalificaron mayormente a diputados reformistas, como Mahmud Sadeqí, Alí Motaharí y Tayebe Siavoshí.
Los opositores y candidatos vetados argumentan que cualquier presión sobre los ciudadanos para que voten, significa un interés para legitimar efectivamente el sistema, reportó el sitio Arab News.
Se espera una baja participación luego de las protestas masivas del pasado noviembre derivadas del alza de precios en los combustibles y agravadas por la represión del régimen, y también pesa en el ánimo ciudadano la admisión gubernamental de que derribó por error un avión ucraniano de pasajeros con saldo de 176 civiles muertos.
El derribo se dio en el marco de la respuesta iraní al asesinato de Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Quds, realizado por drones estadunidenses en el marco de los ataques de Washingron al país, y que pretenden aprovechar el sector conservador.
Los reformistas, divididos internamente, asumen que sus posibilidades de victoria parecen escasas debido a la descalificación de sus principales candidatos y tener que pagar el descontento de su potencial electorado, tras haber llevado al poder al presidente iraní Hassan Rouhani, que no ha podido cumplir sus promesas de campaña.
El Majlis a menudo actúa en línea con el régimen y la inminente victoria del sector conservador permite que los intransigentes se posicionen de manera positiva con miras a las elecciones presidenciales del próximo año.
“Después de las elecciones, podríamos ver una política regional iraní desquiciada que impulsará aún más las cosas. Los reformistas en el país y en el extranjero serán presionados para que sigan o cedan el paso”, afirma el columnista Abdel Aziz Aluwaisheg, en Arab News
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