México, 19 Feb (Notimex).- La improvisación, la respuesta a circunstancias específicas, la experimentación y el trabajo con lo que se tiene a la mano son elementos que hay que integrar a la comprensión del multilateralismo, consideró el académico Vincent Pouliot.
En contraste con una noción más tradicional de que las instituciones y normativas son cuidadosamente diseñadas conforme a planes muy racionalizados, es importante concebir que el juego, el intercambio inesperado y factores imprevistos forman parte del comportamiento político, estimó el egresado de la Universidad de McGill, Canadá, durante una exposición en el Colegio de México.
Un ejemplo de esto fue la selección del actual secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en 2016, cuyo proceso de selección incluyó ejercicios sin precedentes como audiencias públicas con los candidatos al cargo y foros donde personas de cualquier parte del mundo pudieron hacerles distintas preguntas, puntualizó Pouliot.
Este tipo de decisiones contribuyen al asentamiento de nuevas prácticas políticas que benefician la narrativa de la institución, en este caso la ONU, entre otras ventajas, estimó el académico, especialista en Ciencia Política.
No obstante, son comunes las prácticas dificultosas que contribuyen a mantener decisiones polémicas de instituciones como la ONU en “zonas grises”, sin pleno escrutino ciudadano y claridad de intención y decisiones, contrastó.
Estos ejemplos ayudan a pensar que la gobernanza internacional está transformándose a pequeña escala y mediante cambios de impacto discreto, evaluó Pouliot, procesos que actúan sin necesidad de procedimientos institucionalizados, como la legislación.
En el aspecto positivo, esta transformación puede traer flexibilidad y adaptabilidad, además de mayor participación; en el negativo, dada la informalidad de los hechos, podría llevar a una fragmentación institucional y a opacidad, debido a que son actos que no ocurren dentro de un marco explícito, señaló el académico.
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