Revista Cambio

El fantasma que recorre Perú

POR María Cervantes/Lima, Perú

En el norte de Lima, para ser más precisos en Comas, se encuentra el cementerio Mártires 19 de Julio. Todos los peruanos saben que allí está el llamado “Mausoleo de Sendero Luminoso”.
No es difícil llegar, ya que es un conjunto grande de nichos de color crema que resalta entre el polvo de los cerros.

Aquí, familiares de ocho sentenciados y acusados de terrorismo realizan una ceremonia para pedir el descanso eterno de sus almas, mientras los rodean la prensa y la policía.
La prensa peruana y una parte de la sociedad, que sufrió el conflicto armado en las décadas de los 80 y los 90, aún ven con desconfianza cualquier actividad relacionada con los exmilitantes (o sospechosos de serlo), vivos o muertos, de Sendero Luminoso.

La autodenominada Asociación de Familiares de Presos Políticos, Desaparecidos y Víctimas de Genocidio (AFADEVIG) leen pasajes de la Biblia, cantan “alabaré a mi Señor” y recuerdan al papa Francisco. Lo hacen en memoria de los que en vida negaron la existencia de Dios.
“Es nuestro derecho”, señala quien dirige la liturgia. Piden además a la prensa no hostigarlos en lo que consideran “un momento familiar”.

LA FACHADA

Entre los asistentes se encuentra Nora Alva, quien se enfrenta a todo periodista que intenta acercarse más de la cuenta para tomar fotos o grabar. Ella es secretaria general del Frente por la Unidad y Defensa del Pueblo Peruano (Fudepp), una organización que presentó su solicitud ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para ser inscritos y participar en elecciones.

El JNE les negó la inscripción porque la Procuraduría Antiterrorismo argumentó que “Fudepp no es un movimiento político independiente, sino un movimiento de fachada del Movadef (Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales ) que adopta los mismos principios antidemocráticos de Sendero Luminoso”.

Movadef es una agrupación en la que militan varios condenados por terrorismo ya en libertad y que tiene como guía ideológica el pensamiento Gonzalo, doctrina concebida por el exlíder senderista Abimael Guzmán.

“Para nosotros cualquier ciudadano tiene la libertad de tener cualquier pensamiento. Consideramos que tienen derecho a reinsertarse en la sociedad. En nuestro país esta reinserción se les niega”, señala Nora Alva.

EL DEFENSOR

Uno de los exprisioneros condenados por terrorismo que integra el Movadef y por ende el Fudepp es Alfredo Crespo Bragayrac.

Crespo conoció a Abimael Guzmán Reynoso, el líder de la organización terrorista Sendero Luminoso, en 1992, cuando este fue detenido y llevado a juicio por las autoridades peruanas. Alfredo Crespo aceptó ser el abogado del que fuera calificado como el “enemigo número 1 del Perú” o “el asesino más buscado del siglo”.

Tres meses después, en enero de 1993 el mismo Alfredo Crespo fue detenido y acusado de pasar información clasificada a Sendero; de ser miembro de la organización y de defender a Guzmán no por servicio laboral sino por consigna del partido, según declaraciones anónimas de terroristas arrepentidos.

El abogado niega cualquier participación en el Partido Comunista del Perú –Sendero Luminoso–, y señala que su detención fue parte de una persecución a los abogados de los “prisioneros políticos” (denominados terroristas por el Estado peruano).

Juzgado en un fuero militar, Crespo fue sentenciado a cadena perpetua y enviado a la cárcel de Yanamayo, en Puno, a 4 000 metros de altura sobre el nivel del mar, en una de las zonas más frías del país.

Ahí lo mantuvieron en una celda de 9 m2 sin visitas familiares. “Había dos tarimas de cemento para dormir, una pequeña mesita de cemento y un hueco que era el baño. En Puno nos han tenido en una jaula. La comida la entregaban por abajo, uno sacaba el plato y nos servían. Nos daban media hora de patio solamente, durante 23:30 horas del día estábamos aislados en la celda. Prohibían lapiceros, papel, radio, libros.”

Las autoridades carcelarias tampoco dejaban entrar material para que los prisioneros trabajaran, así que para mantenerse activos Alfredo Crespo y otros acusados de terrorismo destejían las chompas (prendas de lana) viejas y las volvían a tejer. Las mujeres hacían agujas con las espinas de pescados y con eso bordaban. Los hombres usaban los huesos para tallar. La Cruz Roja les llevaba frazadas para que se abrigaran. Cuando la temperatura descendía, usaban unas ocho.

“Era un plan sistematizado de aniquilamiento contra los ‘prisioneros políticos y de guerra’”, señala Crespo.
Tras un año de encierro, las condiciones mejoraron, les permitían enviar cartas a sus familiares, les dejaban media hora más de patio. Lo más importante: podían ver a sus parientes 30 minutos una vez al mes. Ello debido a que Abimael Guzmán negociaba con el expresidente Alberto Fujimori un acuerdo de paz.

Tras la caída de Fujimori en el año 2000, Crespo logra que el Tribunal Constitucional anule el juicio en el fuero militar que lo condenó a cadena perpetua y que lo juzguen nuevamente por la vía civil. Lo declararon culpable y lo condenaron a 12 años y tres meses, justo el tiempo que ya había estado en prisión.

“Yo pienso que es una sentencia política para que no se diga que se cometió una arbitrariedad”, argumenta Crespo.
El 2005 sale en libertad y en noviembre del 2009, junto a otro abogado de Abimael Guzmán, Manuel Fajardo, funda el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef).

Los medios peruanos han denunciado que este es el primer paso del plan “Amanecer” ideado por Abimael Guzmán.
Crespo niega que el exlíder del Partido Comunista dirija o pertenezca a esta organización, aunque reconoce que Movadef tomó como guía el “marxismo-leninismo-maoísmo pensamiento Gonzalo”.

LA AMENAZA

Según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Guzmán diseñó “una estrategia militar que buscaba consciente y constantemente utilizar métodos terroristas para capturar el poder e implementar un proyecto estatal totalitario”.

Según Crespo, el “pensamiento Gonzalo” ha evolucionado de acuerdo con las circunstancias. Del 80 al 92 la ideología planteaba levantarse en armas contra el Estado peruano. Actualmente propone la amnistía general para los que participaron en el conflicto armado, una solución política y la reconciliación nacional.
Precisamente por tener como guía el “pensamiento Gonzalo” su inscripción ante el JNE fue negada en el 2012 ya que este “atenta contra el principio democrático”.

Movadef pasó a formar parte de Fudepp, cuya inscripción también fue rechazada en septiembre de este año.
Pese a ello el Fudepp, con Movadef en el interior, ha crecido. Actualmente tiene 73 comités en 17 departamentos del país. En Lima están presentes en nueve distritos y también en universidades. Apoyan los levantamientos de pobladores en contra de la minería; se manifiestan en contra de los Tratados de Libre Comercio, del imperialismo; exigen los servicios básicos para las zonas más pobres. Pero también piden la amnistía para Abimael Guzmán. A los condenados por terrorismo los llaman “prisioneros políticos”. A lo que el Estado ha llamado actos terroristas, ellos llaman “excesos de la guerra interna”.

¿PERSEGUIDOS?

En el cementerio continúa la liturgia, las cámaras de televisión esperan cualquier pronunciamiento que cause polémica; los agentes estudian los discursos y volantes, llaman por teléfono, “no hay apología al terrorismo”, sentencian en voz baja al notar el acercamiento de los periodistas.
“Hay una política de persecución. A los familiares nos estigmatizan”, declara Miguel Canales representante de AFADEVIG.

“No solo está la prensa, también está la policía, el servicio de inteligencia, y están registrando todo, filmando, están buscando que digamos algo para acusarnos de hacer apología al terrorismo y detenernos”, señala María González, hermana de Alfonso González, un universitario detenido por ser sospechoso de terrorismo, quien murió en el penal El Frontón en 1986.

La razón para esta respuesta del Estado es que “Sendero Luminoso viene haciendo un trabajo político ideológico”, tal como José Baella jefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) declaró a Canal N.
La ceremonia llega a su final. Todos los familiares se acercan a los nichos de los terroristas para el Estado – héroes para ellos. Se escucha como fondo musical: “Con himnos volverán las banderas desplegadas, nuevos cantos, nuevas marchas de los que al morir avanzan, de los que al morir avanzan…”