Por Alice Pipitone /Washington, D. C.
No renuncia ni se da por vencida, es una luchadora, dijo Donald Trump hacia el final del segundo debate presidencial en Estados Unidos. El cumplido del republicano no fue voluntario, pero pareció sincero. Un miembro del público había pedido a ambos decir algo positivo sobre el otro y Trump sin dudar elogió lo que la mayoría de los simpatizantes de la demócrata considera su mayor fortaleza: conseguir lo que se propone.
La que podría ser la primera presidenta del país más poderoso del mundo es una precursora. Luego de ser primera dama –de Arkansas durante trece años y de Estados Unidos durante otros ocho– Hillary Rodhman Clinton se convirtió en la hasta ahora única primera dama del país en aspirar a un cargo público. En el 2000, fue elegida como la primera senadora del estado de Nueva York.
“Es inteligente, dedicada y ambiciosa, y aunque carece de carisma, sus capacidades para ser presidente son indiscutibles”, afirma Ilo-Mai Harding, exfuncionaria del Departamento de Estado estadounidense sobre la candidata demócrata. Hillary habría conseguido sus metas políticas sin Bill Clinton, añade.
La mujer, que trabajó en el Departamento de Estado cuando la ahora candidata a presidente estaba al frente de la diplomacia estadounidense, dice que votará por Clinton, aunque precisa que será por falta de mejores opciones.
“Lo que realmente me molesta de Hillary es la cuestión de los emails privados. En el Departamento de Estado la seguridad es todo”, afirma Ilo-Mai Harding.
Y como a ella, a muchos electores les preocupa su “secretismo” y “asociaciones pasadas”, señala una encuesta del Pew Research Center.
LAS SOMBRAS
El FBI investigó durante un año el uso de una cuenta personal de Hillary Clinton mientras manejaba información clasificada como secretaria de Estado. La agencia de inteligencia intentó determinar si la demócrata envío o borró información clasificada desde esa cuenta personal. El verano pasado, aunque el FBI la acusó de “descuido extremo”, señaló que no había evidencia de crimen y el Departamento de Justicia cerró el caso. Sin embargo once días antes del voto el director del FBI, el republicano James Comey, anunció que la agencia había descubierto nuevos emails y que se investigaría si están relacionados con el caso, sin dar más detalles. La decisión de Comey le atrajo críticas de miembros de ambos partidos y del presidente Barack Obama quien dijo: “Nosotros no operamos con información incompleta”, y reiteró su confianza en la candidata: “No la apoyaría si no tuviera plena confianza en su integridad”.
La Fundación Clinton –organización de caridad creada por Bill Clinton en 2001– también ha generado dudas, la última relacionada con Haití y la ayuda humanitaria ofrecida tras el terremoto de 2010 en la que supuestamente se habría dado un trato especial en las ayudas a aquellos identificados como “Amigos de Bill”. Lo anterior de acuerdo con una serie de correos que salieron a la luz pública luego de que la organización anunciara que ayudará a los damnificados del reciente huracán Mathew.
Por otra parte, un análisis realizado por The Economist con base en los retornos fiscales del matrimonio, reveló que la fundación les generó ingresos privados por alrededor de 154 millones de dólares gracias a 728 discursos alrededor del mundo desde 2001. Cabe precisar que el 86 % de los ingresos fueron acumulados por discursos de Bill Clinton. The Economist también reveló que cerca del 15 % de dichos ingresos provinieron de firmas financieras y que entre 2008 y 2010, cuando los bancos buscaban atraer reguladores y políticos, los Clinton dieron discursos para 12 de los 23 bancos más poderosos e influyentes de Occidente.
Por su parte Hillary Clinton ha rechazado las acusaciones de eventuales conflictos de interés entre la Fundación Clinton y su labor política. La demócrata también ha dicho que dejará la fundación y que esta ya no recibirá donaciones del extranjero o de firmas privadas.
LA HUELLA de OBAMA
Ni los demócratas ni Hillary tienen interés en modificar o romper el Tratado del Libre Comercio con México y Canadá, sin embargo el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica podría peligrar, según afirma el economista Tobias Pfutze, profesor en la Florida International Universitiy.
“Si el tratado negociado por Barack Obama no es aprobado por el Congreso antes del final de la actual administración, podría no darse. Hillary Clinton, inicialmente a favor del acuerdo, se ha pronunciado en contra de él durante la campaña por cuestiones electorales”, señala el académico de origen alemán.
Respecto a las propuestas sobre economía fiscal de la candidata demócrata “se prevé continuidad, no hay grandes ideas de cortes de impuestos o cambios importantes en los gastos del país”, continúa Tobias Pfutze.
Sobre el gasto militar ambos candidatos a la presidencia se han pronunciado a favor de liberar el límite al gasto castrense impuesto por el Budget Control Act en 2011, sin embargo, según afirma el académico, el eventual incremento en dicho gasto sería marginal. Por otra parte es bien sabido que a diferencia de Barack Obama Hillary Clinton es más intervencionista y tomará un papel militar más activo respecto a su predecesor en caso de ganar la presidencia, concluye Tobias Pfutze.
Cabe destacar que según una encuesta a más de 2 200 miembros activos de las fuerzas militares estadounidenses realizada por Military Times y Syracuse University’s Institute for Veterans and Military Families, Hillary Clinton no goza del apoyo electoral de las tropas de su país. De acuerdo con dicha encuesta, la primera en su tipo, la demócrata cuenta solo con el 16.3 % de la preferencia de voto entre los militares.
No obstante las suspicacias y antipatías que pueda atraer la figura de Hillary Clinton por sus supuestos secretismo y falta de carisma, estas resultarían menos relevantes frente a su experiencia y capacidades políticas, según las encuestas a nivel nacional, mismas que todavía la dan como ganadora de las elecciones. Clinton también cuenta con la simpatía de importantes sectores de la comunidad internacional: un grupo de 70 premios Nobel expresó públicamente su apoyo a la política. Las personalidades en economía, física, química y medicina opinaron que su presidencia “permitirá preservar las libertades del país, salvaguardar la seguridad nacional y unir la nación para trabajar hacia un futuro mejor”.