Siria lleva siete años en conflicto y casi la mitad de su población necesita ayuda alimentaria, pero los niños y niñas suene ser los más vulnerables a la malnutrición y con ello desarrollar problemas de salud en su crecimiento. Es por esto que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) inició un programa de huertos en los patios de recreo de las escuelas.
Con el inicio de clases, miles de niños en edad escolar podrán contar con un programa de educación alimentaria y nutricional que utiliza los huertos escolares con el propósito de enseñar a los estudiantes la importancia de consumir frutas y hortalizas dentro de una dieta equilibrada y saludable.
A través del programa, más de 3 400 niños no sólo reciben formación sobre alimentación y nutrición, sino que también incrementan su consumo de frutas y hortalizas. La iniciativa forma parte de un programa más amplio –financiado con 6.5 millones de dólares por la Unión Europea– con la finalidad de reforzar la seguridad alimentaria en el país asolado por la guerra.
“A menudo las escuelas son el único lugar donde los niños adquieren importantes destrezas para la vida, por lo que estos huertos escolares son una herramienta poderosa no sólo para mejorar la nutrición de los niños, sino también para ayudarlos a desarrollarse y crecer”, revela Adam Yao, representante en funciones de la FAO en Siria.
Con los insumos proporcionados, cada escuela ha desarrollado un huerto escolar de cerca de 500 m2, equipado con depósitos de agua y un sistema de riego por goteo. Con el apoyo de la FAO y de una ONG local que se ocupa del día a día de la producción, los huertos escolares han producido en conjunto unas 12 toneladas de frutas y verduras.