Richard Valdmanis / Reuters
El pasado martes 28 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto y revocó una serie de regulaciones relativas al cambio climático promulgadas por el gobierno de su predecesor, el demócrata Barack Obama, una medida que llevará a ecologistas a presentar recursos judiciales.
El decreto, conocido como la normativa de “Independencia energética”, revierte el plan de energía limpia de Obama que obliga a los estados a bajar las emisiones de carbono de sus centrales eléctricas, un elemento crítico para ayudar al país a cumplir sus compromisos en el acuerdo mundial sobre el cambio climático alcanzado en París en diciembre del 2015.
También deja sin efecto la prohibición de alquilar minas de carbón en tierras federales, deroga las reglas para reducir las emisiones de metano procedentes de la producción de crudo y gas y disminuye la ponderación del cambio climático en la evaluación sobre las nuevas regulaciones de las agencias federales.
En respuesta, el grupo ecologista Earthjustice dijo que luchará contra el decreto tanto dentro como fuera de los tribunales. “Esta orden hace caso omiso de la ley y la realidad científica”, dijo el presidente del grupo, Trip van Noppen.
Mientras que el multimillonario y activista Tom Steyer, que encabeza el grupo NextGen Climate, afirmó que esta decisión es “un asalto a los valores estadounidenses y pone en peligro la salud, la seguridad y la prosperidad de todos los estadounidenses”.