A cuatro semanas del paso del huracán María, que tocó tierra siendo categoría 5, sólo 16 % de Puerto Rico tiene electricidad y 40 % aún carece de agua potable.
Esta escasez pone en peligro mortal a enfermos y ancianos, además de que el resto de sus habitantes están expuestos a infecciones por el agua contaminada.
La cifra de muertos, entre los 3.4 millones de habitantes que tiene Puerto Rico, podría aumentar, en especial en las zonas rurales, donde la población presenta dificultades por la falta de acceso a hospitales y a las necesidades más básicas.
Restaurar la electricidad ha sido una de las mayores prioridades de la isla y su mayor desafío. Hasta ahora, el 84 % del territorio continúa sin energía. Los generadores que funcionan con gas o diésel han estado impulsando hospitales, edificios de apartamentos, restaurantes y otras estructuras.
Actualmente, Puerto Rico opera 112 albergues que atienden a 6 067 personas. Aquellos con los medios para salir han abandonado sus casas destruidas y volaron a Estados Unidos.
Algunos planean regresar, otros dicen que nunca volverán. Funcionarios dicen que más de 100 000 personas podrían terminar en el área de Orlando en los próximos meses.
Y el panorama no se ve favorecedor, ya que algunos especialistas estiman que la reconstrucción de la isla tardará meses.
Notimex