Por Gabriela Gutiérrez M.
Se han acabado la tinta y el papel en hablar de la maternidad en México. Parece que hay etiquetas de todo tipo –colores y tamaños– para las madres: adolescentes, no adolescentes, “de riesgo” (después de los 40 años), solteras, adoptivas; sin embargo, a pocas personas en el país –por no decir a nadie– le interesa explorar el fenómeno de la paternidad hoy en día. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) cuenta con cuatro indicadores en el apartado de “Natalidad”, pero de la paternidad: nada.
“Tengo un ideal muy claro de lo que me gustaría darle un hijo si lo tuviera y siento que estoy muy lejos para llegar a eso todavía, por eso es que ni siquiera lo considero” Adriel Oliva Empleado administrativo 31 años
La estadística formal nos dice que en menos de 20 años México pasó de tener 2.9 millones de nacimientos vivos, en 1994, a 2.3 millones en 2015. No es un secreto que las parejas actualmente desean tener menos hijos. Mas en los próximos 10 años podríamos descubrir que el descenso en los nacimientos habrá caído notablemente porque, sencillamente, en la generación millennial el tener hijos no es algo prioritario. Ni para ellas, ni para ellos.
Los millennials (nacidos entre 1980 y 2000) conforman la generación con más estudios; trabajan y, sin embargo, al menos la mitad de ellos aún vive con sus padres. Los que ya “volaron del nido” comparten departamento con amigos y la pasan bien así. Por tanto, ahora que muchos ya tienen más de 30 años, hablan abiertamente de sus no-intenciones de tener hijos. Por ello y tras una búsqueda exhaustiva de voluntarios, platiqué con varios jóvenes en torno a su futuro reproductivo, y estas fueron las ocho mejores razones que escuché:
- Los bebés son esponjas de dinero
Sí, es verdad. Cada vez que un bebé nace se escuchan dos sonidos: el de su llanto y el de una caja registradora. Pañales, ropa, comida, atención médica (contar con seguridad social no es garantía de que el sistema de salud tendrá las vacunas o medicamentos que se requieran), hasta después las colegiaturas, útiles, paseos y más, más ropa y alimento.
“Vivo en Atizapán y trabajo en Naucalpan. Salgo a las 6:30 am y regreso alrededor de las 8:00 pm, ¿a qué hora tendría tiempo de ver a un hijo, o ¿cómo para qué querría tenerlo si sería criado, la mayor parte del tiempo, por otros?” Ricardo Reyes Mercadólogo 34 años
Los millennials tienen su vida hecha y justa: aún no tienen la experiencia suficiente que les permita obtener grandes ingresos y se rehusan a privarse de sus gustos a fin de satisfacer los de un hijo.
- No hay garantía de calidad de vida
Los mexicanos pasan entre 10 y 12.5 horas en el tráfico a la semana, las cuales, sumadas a las horas de trabajo, parece que no dejan mucho espacio para la paternidad.
Uno de los indicadores más importantes a nivel mundial que mide la calidad de vida es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que realiza la ONU, en el cual México se sitúa en la posición 77, por debajo de países como Trinidad y Tobago, Líbano y Venezuela.
- Hay otras prioridades
Plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo… esta última es una opción con tachado voluntario por aquellos que prefieren viajar, comprar un coche nuevo, estudiar en otro país o cambiar de casa. La realización personal de esta generación ya no está condicionada a la procreación, por el contrario, antes de considerar seriamente la reproducción, ellos buscan experiencias nuevas, alcanzables a menor plazo.
Incluso ver un clásico europeo en vivo, como el Real Madrid contra el Barcelona, figura entre sus prioridades, antes de siquiera considerar ser padres.
- Las abuelas no son niñeras
De los tres millones de niños que se quedan en casa, mientras sus padres trabajan, 61 % está bajo la supervisión de sus abuelos, sobre todo de las abuelas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) 2013, del Inegi.
“Quiero visitar muchos lugares, hacer muchas cosas, y siento que un hijo me lo haría más difícil, desde dónde lo dejas, quién lo cuida, o bien, que sea más difícil ahorrar por los gastos que genera un hijo” José Molina Contador 26 años
Pensar en contratar una niñera de tiempo completo en México es casi imposible. ¿Quién podría pagarlo? Por ello, la idea se aleja cada vez más para quienes tienen trabajos de largas jornadas y ni quieren abusar de sus progenitores ni pueden considerar pagar un servicio de cuidado.
- Mi espacio, mi tiempo, mi vida
En un día normal entre semana, un treintañero soltero planea ir a ver una película con su novia a un centro comercial cercano a su trabajo. Al día siguiente, tomará un café con una de sus mejores amigas. El fin de semana tiene un torneo de futbol y también una fiesta. El siguiente fin, una escapada a la playa. Sabe que si tuviera hijos no podría hacer muchas de estas cosas. Y ese estilo de vida lo define. No lo califican de egoísmo. Estas actividades son parte de su personalidad y para muchos tener un hijo representaría dejar de ser felices por no poder ser ellos mismos.
- El mundo apesta
Ricardo, uno de los entrevistados, vive en Atizapán, donde el pasado mes de abril se cometieron ocho homicidios. Es apenas el 5 % de los 182 cometidos en el Estado de México, de acuerdo con el Semáforo Delictivo; no obstante, esa entidad ocupa el primer lugar en el país con la mayor percepción de inseguridad, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2016 del Inegi. Así, en el caso de Ricardo, y en el de muchos más, no vale la pena traer un hijo a un lugar donde la inseguridad y la corrupción son el trending topic.
“Los hijos son una gran responsabilidad y a mí me encanta viajar. Con los amigos que tienen hijos, lo veo, quieren hacer cosas, pero los hijos siempre los detienen” David Teie Empleado administrativo 30 años
- Mejor un perrhijo
En México, hay más mascotas (19.5 millones de perros y 6.5 millones de gatos), que niños menores de nueve años, de acuerdo con datos de la Asociación de Productores de Alimentos para Perros y Gatos (Amascota) y el Inegi.
Al parecer, las razones para no tener hijos no aplican a los canes. Si bien los millennials están conscientes de la responsabilidad que conlleva tener un perro, lo prefieren por encima de tener un hijo humano. Aunque lamentablemente las cifras de abandono no son alentadoras y se promueve la adopción y no la compra, lo cierto es que aún hay mucho camino por recorrer a fin de que las personas sean propietarias responsables de una mascota.
8 No son fondos de pensión
Un hijo no debería ser visto como el responsible de velar por los padres en la vejez, coincidieron todos los millennials entrevistados.
“¿Qué no piensas trascender?”, “¿Quién te va a cuidar cuando seas viejo?”, “¡No sabes de todo lo que te vas a perder!”, son algunas frases que los millennials que han decidido no ser padres escuchan en cada reunión familiar. Sin embargo, no parece alterarlos. De su círculo social cercano, los treintañeros entrevistados afirman que apenas el 30 % se ha casado, pero pocos piensan en tener hijos pronto: la mayoría aún no lo decide o espera a ver si la relación funciona.