Salud, dinero y amor son los tres “regalos” que suelen pedir los mexicanos cuando inicia un año. Al menos en lo que se refiere al dinero, tendrán que esperar 12 meses o más porque el 2017 no se caracterizará por la abundancia o el flujo de grandes capitales sino todo lo contrario, otra vez tendrán que apretarse el cinturón.
Un dólar caro, niveles elevados de desempleo, menor consumo, cautela en las inversiones privadas, un presupuesto de egresos restrictivo del gobierno, aumento de precios de bienes y servicios representan en conjunto un escenario que multiplicará el descontento social y que, nuevamente, elevará los niveles de pobreza en el país.
El 2016 ya se fue, mas para 2017 los estimados pronosticaban un crecimiento de entre 2.3 % y 2.5 %, pero ahora la previsión de algunas calificadoras internacionales como Moody’s es de 1.9 % otros lo ubican ya en 1.7%. En su estimado de finales de noviembre, el Banco de México (Banxico) ubicó su proyección en un rango de entre 1.5 % y 2.5 por ciento.
El último año de la administración del panista Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) el PIB (producto interno bruto) registró un crecimiento de 4.02 %, por lo que si se cumplen los pronósticos de los especialistas, al finalizar el 2017 el PIB nacional habría perdido más de 50 % en solamente cuatro años.
El 2017 llegó temprano, al menos a los bolsillos. Por ejemplo, en octubre, comprar un litro de leche en el supermercado representaba para un mexicano gastar 15 pesos, ahora el mismo litro de leche está entre 16.50 y 17.00 pesos. El índice nacional de precios al consumidor (INPC) al mes de octubre mostró que el precio de la cebolla aumentó 28 %, mientras que la electricidad registró un incremento de 20 por ciento.
El gran problema es que, al menos en el corto plazo, ya se acabaron las soluciones.
El Gobierno “se acorraló y hoy no tiene muchas alternativas”, afirma Jonathan Heath, asesor económico de la Cámara Americana de Comercio (American Chamber of Commerce), porque cuando pudo haber ahorrado y saneado las finanzas no lo hizo y ahora ha llegado a un punto en que la deuda pública como porcentaje del PIB ha crecido demasiado “y si no corrigen este rumbo las agencias calificadoras como Standard and Poor’s y Moody’s bajarán su calificación”. Esta profecía se cumplió antes de que concluyera el 2016, pues el 9 de diciembre la calificadora Fitch Ratings movió la nota crediticia de México de “estable” a “negativa”.
Información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mostraba desde noviembre que la deuda del Gobierno cerraría el año con 485 500 millones de pesos más de lo que tenía planeado, como resultado de la debilidad del peso frente al dólar.
La llegada del republicano Donald Trump al Gobierno de Estados Unidos y su intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), destino de tres cuartas partes de las exportaciones mexicanas, así como de imponer cuotas arancelarias a productos aztecas son solo algunos de todos los demonios que amenazan a la economía en el año que está por comenzar.
No basta con el petróleo
En 2016, uno de los grandes descalabros de la economía mexicana fueron los bajos precios internacionales del petróleo, que llevaron a la mezcla nacional a su mínimo en décadas: 20.32 dólares por barril.
Aunque el precio se ha recuperado y rebasa los 40 dólares por barril, la antes fuente de la abundancia ahora representa solamente el 20 % de los ingresos del Gobierno, lo que apenas alcanza para solventar el 13 % del gasto público, por lo que ayuda, pero de manera limitada.
“El petróleo se recupera lentamente, países que firmaron el Protocolo de Kyoto dejaran de comprar gas y combustibles fósiles.
Sigue habiendo saturación de petróleo en el mercado y eso ha obligado a bajar el precio, pero los países ahora ya están invirtiendo en energías limpias y nosotros seguimos anclados en el petróleo. Algo que debemos hacer es seguirle apostando al sistema empresarial para atraer inversión y no solo depender del petróleo”, observa Antonio Sánchez Sierra, investigador de la Universidad de Guadalajara (U. de G.).
“Para que mejore la economía, México tiene que aplicar su disciplina fiscal para combatir la informalidad y ampliar la base de contribuyentes, el problema es que permitiendo casos de corrupción como los de todos los exgobernadores que conocemos ahorita que años después el SAT (Sistema de Administración Tributaria) se dio cuenta que había incongruencias en sus declaraciones fiscales, pues así no se va a estimular a los contribuyentes”, agrega.
¿El peligro es Trump?
En sus previsiones económicas para 2017, el banco de inversión UBS prevé que los inversionistas se enfrentarán a un mundo “polarizado” políticamente, gracias a la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y a la aprobación del brexit en Reino Unido. Además, habrá elecciones en países bajos, Alemania y Francia.
Los analistas piden calma al mercado, a los inversionistas y al consumidor, pues consideran que, en el caso mexicano, lo que agravará más el efecto Trump en 2017 es toda la especulación que se genera en torno a su persona y sus intenciones.
“No hay que olvidar que Trump tiene que someterse a un Congreso, a unas leyes y a acuerdos internacionales, y eso le ata las manos para hacer muchas de las cosas que prometió. Hay que prever escenarios y crear planes de contingencia para estar preparados, pero todavía no hay que caer en pánico”, recomienda el investigador de la U.de G.
Según Heath, lo que realmente será difícil para la economía mexicana en 2017 es la caída de las exportaciones con insumos estadounidenses, ya que la debilidad del peso a septiembre había perdido 10 % de su valor en el año y el fortalecimiento del dólar encarecen la fabricación de automóviles, electrodomésticos, electrónicos, así como la producción de alimentos.
El problema es que las exportaciones no petroleras son el principal motor de crecimiento del país: cuando las exportaciones crecen “jalan al resto de la economía” y esto hace que haya más inversión, consumo y empleo.
Durante septiembre, de acuerdo con cifras de comercio exterior, el país registró un déficit comercial de 1 608 millones de dólares, comparado con el déficit de 1 474 millones de dólares registrado en el mismo mes del año pasado, lo cual muestra que las ventas al extranjero no están en su mejor momento.
“Tenemos una economía que no crece”, que si se combina con una política monetaria y fiscal restrictiva “no pinta bien”, dice Heath.
“Hay mucho desconcierto. Todo tiene siempre una nueva realidad, hay que empezar a buscar opciones y México va a tener que voltear al mundo, mejorar su imagen, quitar esta mala impresión de corrupción que tiene para así atraer inversión, pero también tiene que ser mejor socio”, expresa por su parte Jorge Gordillo Arias, director de Análisis de CiBanco.
¿Y los bolsillos?
Cuando se le plantea a los analistas si 2017 será generoso con los bolsillos de los mexicanos, la primera respuesta es una pausa prolongada, después coinciden en que la economía no ha dejado de crecer, aunque la gente tenga menos dinero en sus bolsillos, y por último dan una serie de consejos sobre qué se debe hacer para no pasarla tan mal el año que viene.
El investigador de la Universidad de Guadalajara considera que lo primero que se debe hacer es cuidar el empleo.
“Porque muchas empresas van a tener que recortar sus costos y cuando tienen que hacerlo lo primero que se les ocurre es hacer recortes de personal, entonces aquí lo que cabría hacer es un llamado a los empresarios para que sean más estratégicos en sus planeaciones y traten de conservar las fuentes de empleo”.
Otra de las sugerencias es ahorrar, a pesar de que solo seis de cada 10 mexicanos tienen el hábito de hacerlo; eliminar los gastos superfluos y tratar de economizar en todos los aspectos, desde el consumo de energía en el hogar hasta procurar que a las prendas de vestir y el calzado “se les pueda dar el último estirón”.
Gordillo Arias concuerda con estos consejos y prevé que el difícil momento económico podría extenderse hasta el 2018, porque independientemente de que el dólar baje los precios ya no van a regresar al mismo nivel que tenían hace unos meses. “Lo que se haga para tratar de contener la economía mexicana, tal vez empiece a dar resultados en 2019”.