Periodismo imprescindible Jueves 31 de Octubre 2024

China no es como la pintan

Para conmemorar el 45 aniversario del restablecimiento de las relaciones entre México y China, el Antiguo Colegio de San Ildefonso presenta la exposición “Obras Maestras del Museo Nacional de Arte de China”
28 de Noviembre 2016
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Si bien las relaciones comerciales entre México y China se remontan al siglo XVI, aquellos tiempos en los que el Galeón de Manila –también conocido como la “Nao de China”– llegaba a Acapulco, estas se formalizaron en 1904. No fue sino hasta 1943 que las misiones diplomáticas en ambos países subieron de rango a embajadas. Sin embargo, en 1971 las relaciones diplomáticas fueron interrumpidas para ser retomadas el 14 de febrero de 1972.

Precisamente para conmemorar el 45 aniversario del restablecimiento de las relaciones entre México y China –además de celebrar el Año de Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe–, el Antiguo Colegio de San Ildefonso, ubicado en el Centro Histórico, presenta la exposición “Obras Maestras del Museo Nacional de Arte de China”.

 

Ambiente oriental

La muestra consta de 151 obras entre grabados, papel recortado, máscaras, óleos, marionetas y otras piezas que combinan las tradiciones milenarias chinas con la actualidad de este país que se abrió al mundo en 1978.

Esa apertura comercial y política, que tomó fuerza a inicios de los años 80, también influyó en el arte chino, el cual, al igual que otras actividades de ese país, retomó elementos de Occidente, pero supo conservar las características más tradicionales de su historia y creó una interesante fusión que, curiosamente, pocas veces se puede ver en México.

Es esa mezcla de modernidad y tradición lo que los visitantes pueden apreciar a través de las 14 salas que suman 1 750 metros cuadrados de exhibición en dos plantas del Antiguo Colegio de San Ildefonso y cuya museografía se elaboró gracias a un análisis de las característica de la China tradicional y contemporánea, al combinar elementos de la arquitectura, la moda, el arte y la vida cotidiana.

En el montaje también se cuidó la gama de colores para paredes y mobiliario, la cual se inspiró en la cromática que puede apreciarse en la China actual; todo con el fin de que el visitante se sumerja en una atmósfera similar a la que se vive en ese país.

La experiencia se complementa con música china que ayuda a que todos los sentidos estén enfocados en una inmersión completa en este rápido recorrido por la historia del arte chino.

 

Tres en uno

En esta exposición se puede descubrir que las nuevas generaciones de artistas chinos retoman elementos tradicionales y los mezclan con la modernidad de una manera tan natural que hay piezas en las que el visitante quizá no distinga si se trata de una obra antigua o moderna.

Por eso es interesante saber que la muestra se divide en tres recorridos: “Dimensiones múltiples: la aguada en tinta y color en el arte contemporáneo de China”, “Integración China Occidente y la expresión Xieyi en el arte contemporáneo de China” y “Cantos de idilio: obras del arte popular de China”.

La primera parte está integrada por 50 obras de 26 artistas que exploran el arte tradicional a través de nuevas técnicas con las que crean imágenes de la China contemporánea con paisajes naturales abstractos o de una especie de interpretación libre de la caligrafía tradicional. Pero lo más atractivo de esta sección son los retratos del paisaje citadino actual, en donde se muestran cuestionamientos a la vida moderna o simples representaciones de la vida urbana de hoy en las calles de las grandes ciudades de esta nación asiática.

En la segunda sección se reúnen 50 obras de artistas contemporáneos chinos que mezclan las tradiciones con la modernidad mediante esculturas, artes mixtas y atractivos grabados que reinterpretan el milenario arte de tinta. Aquí, el visitante puede conocer el resultado de combinar la integración cultural que ha vivido China en las últimas décadas con el desarrollo cultural y la globalización.

El último tramo de la exposición, sin distraerse de la modernidad, es una mirada a la China histórica, esa de gran desarrollo agrario y de profundas tradiciones de arte popular. Aquí, se pueden disfrutar 66 piezas de papel recortado, marionetas de teatro de sombras (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad), trajes y máscaras que retratan la sensibilidad artística del pueblo chino.

 

La experiencia

La exposición se complementa con un amplio catálogo de actividades paralelas, que van desde visitas guiadas hasta conferencias y presentaciones artísticas; además hay espectáculos de cuentacuentos chinos, práctica de Jiànzi –un juego de pelota tradicional asiático similar al bádminton y al voleibol– y un ciclo de cine.

El evento más espectacular será la celebración del Año Nuevo Chino, el sábado 4 de febrero de 2017, con lo que iniciará el cierre de actividades de esta exposición que permanecerá abierta hasta el 19 de ese mes en el recinto de la calle Justo Sierra 16, en el Centro Histórico, a un costado del Templo Mayor.

El eslogan que se ha utilizado para promover la muestra resume el sentimiento que el visitante tiene después de visitarla: “China no es como la pintan”.

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