México podría funcionar con energías renovables para el año 2050. Hay un movimiento técnico, ambientalista y social que indica que se puede lograr. No obstante, para conseguirlo, además del financiamiento, es necesario considerar los aspectos tecnológico y social, afirman especialistas universitarios.
Manuel Martínez Fernández, investigador del Instituto de Energías Renovables (IER), asegura que el cambio sigue sin ser planteado en las metas del país a mediano y largo plazos, y que para conseguirlo se requiere una planeación participativa, organización en redes y tomar en cuenta a la sociedad civil, además de conciliar intereses.
Los problemas para establecer energías renovables en distintas regiones del territorio han surgido por no tomar en cuenta a los pobladores de la zona, y “mientras no impulsemos acuerdos de ganar-ganar y cambiemos la mentalidad, no podremos avanzar mucho en ese camino”, subraya.
Por su parte, Karla Cedano, secretaria de Gestión Tecnológica y Vinculación del IER, recordó que los ejes o dimensiones del desarrollo sustentable son cuatro: económico, social, ambiental e institucional. En tanto, “la academia tiene que ver con la generación de conocimiento, la formación de buenos egresados y con hacer investigación de calidad”.
No obstante, se requieren alianzas; hay empresarios serios, pero no conocen a la academia. Ahí hay una brecha que salvar y es responsabilidad de ambas partes lograrlo. Eso será posible con la “innovatividad” –concepto relacionado con el potencial de innovar–, con una red de capacidades, recursos naturales y tecnológicos, orientada por la cooperación, la apertura de mercados y la calidad de los resultados.
Se trata de un trabajo en red, que sume todos los elementos del ecosistema de innovación mediante la comunicación y la compartición de conocimientos, con la participación de empresarios, la sociedad civil organizada y los usuarios de la energía.