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Féminais, rock de mujeres para rebelarse

16 de Agosto 2018
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Han pasado 15 años desde que el rock mexicano se plantó ante la migración, problemática constante en la frontera con Estados Unidos. Con su canción “Frijolero”, Molotov hizo un gran trabajo en 2003 al abordar el racismo y la discriminación que los paisanos padecen al norte; pero quince años después, el conflicto se acentúa. ¿Qué banda se planta ahora? No es Molotov, ya grandes, en otra etapa musical y con otras temáticas en su agenda. Es Féminais, una banda conformada únicamente por mujeres jóvenes, oriundas de Toluca, Estado de México.

No es coincidencia que ellas sean del mismo estado que hace seis años dejó de gobernar Enrique Peña Nieto para fungir como presidente del país, pues tampoco están dispuestas aceptar lo que el mandatario hizo durante su gestión a nivel local y nacional.

“Como que está el compromiso interno de tu forma de rebelarte, decir lo que no te gusta es con la música”, dice Chío Galindo, bajista de la banda.

Así lo confrontan en la canción “Funk you Mr. Trumpass”, un funk de protesta que le habla por igual a Donald Trump y a Peña Nieto:

“Siempre estás amenazando con que nos vas a chingar
Cuando no eres el primero que ha jodido este lugar
Si el copetón que nos gobierna lo impuso televisión
Son la misma porquería tú eres de un reality show”

Hace falta ver el video de esta canción para saber que, aunque tiene carga política, ellas están disfrutando del momento pues, desde que se conformaron hace dos años, esa era la premisa:

“Desde el principio dijimos, si no nos vamos a divertir, lo mandamos todo a la chingada”, dice Chío Galindo de 25 años de edad. Se formó en la música clásica en el conservatorio del Estado de México, y también con una agrupación de rock que tuvo previamente con la cantante de Féminais, Sunny Sastré.

Y vaya que se divierten. De hecho el nombre de la banda surgió cuando ellas y más mujeres salían de fiesta y anunciaban su arribo al grito de “¡Féminas!” al más puro estilo espartano, y la respuesta que obtenían era “¡Au au au au!”, como en la película épica, 300. Tan sólo de contarlo se ríen entre ellas y recuerdan que cada que hacían este llamado, los hombres se replegaban a las esquinas sin entender lo que pasaba.

Pero otra banda extranjera de punk ya se llamaba así, por lo que pensaron en variarlo considerando que su estilo era más bien guapachoso, y que también querían que las personas bailaran con su música, así que finalmente quedó como Féminais.

“Ha sido nuestro grito de guerra. Nos ve la banda y hacen ese grito”, dice Chío, que fue la que juntó a Bárbara de la Sota, guitarrista; Valery Alarcón en la batería, y a Sunny Desastre en la voz, todas músicas, para ensayar y componer canciones que ya están compiladas en su primer EP, Historias de la vida real que salió este año.

Salir de Toluca 

Como mujeres, persistir con una banda independiente musical de rock en el Estado de México el reto se hace más grande, entre más tiempo pase.

“¿Tú sí entiendes qué pasa? ¿Con tus palabras explícame qué piensas de Trump?”. Cuenta Sunny Sastré que esas fueron las preguntas que les hizo de manera condescendiente un locutor de una estación de radio al aire. “Y nos preguntó que si nosotras tocábamos de verdad y empezamos a bromear al decirle que no, que éramos como las Spice Girls, que era una broma y que en realidad tenemos un productor que nos hace todo”, recuerdan entre risas.

En los últimos años, los bares y centros culturales de Toluca y áreas aledañas reportaron pérdidas en sus ventas. En general no es una capital que se caracterice por una variada vida nocturna, sin embargo las opciones que hay enfrentan constantes cambios en las regulaciones de venta de bebidas alcohólicas y permisos.

“De alguna forma siempre ha estado la idea de que deberíamos estar en la Ciudad de México por la cuestión de los foros. En la Ciudad de México hay un chingo y aquí son tres. El Landó es el que mejor audio tiene, porque obviamente como banda también te importa sonar bien. Pero para nosotros es como ya, Toluca, check. Lo que sigue”, dice Bárbara de la Sota.

Valery añade que si bien le gusta tocar en su casa, tiene la percepción de que termina por hartar a la audiencia, porque repiten conciertos en los mismos foros.

“La banda paga por ir a perrear, cosa que por cierto, menos en provincia, van a pagar treinta varos o la chela por irte a ver como banda”, admite Sunny.

Riot Grrrls

Desde que empezaron a tocar, la gente no deja de relacionar el nombre de la banda con el de “feminazis”. Luego se enteraron de que un conocido dijo que no escucharía nunca a Féminais porque todo lo que contenga el prefijo “femi” le parece repulsivo.

A Chío su papá le quería comprar un teclado porque sonaba “bonito”, aunque ella quería tocar el bajo. A Barb, se le han acercado otros músicos para preguntarle si ella, una jazzista, conoce bien las escalas musicales. Sunny se presentó con su banda anterior en el Tianguis Cultural del Chopo y le gritaban “güerita” o “Belinda”, y Valery nota cuando el público va a verlas por el morbo, pero se quedan cuando finalmente las escuchan.

Recientemente fueron invitadas a tocar en el Foro Alicia, en un festival de dos días cuyo cartel sólo estaba conformado por agrupaciones de mujeres. Eso las motivó a darse cuenta de que no conforman la única banda que es constantemente comparada con Las Ultrasónicas o con Ruido Rosa, dos referentes musicales de mujeres en el rock mexicano. “Aunque tocan completamente diferente, es natural, porque la gente no tiene referencias de otra cosa y las que marcaron son ellas”, dice Valery.

Finalmente, Las Ultrasónicas extendieron el movimiento feminista californiano Riot Grrrl, que fue iniciado por Kathleen Hanna de la banda Bikini Kill, y ahora, con la bendición de Jessy Bulbo –ex integrante de Las Ultrasónicas–, Féminais puede continuar el legado en el país.

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