Por ONU México
En el 2016, las autoridades migratorias mexicanas detectaron a 40 542 niños, niñas y adolescentes provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador; de ellos,
17 889 viajaban sin el acompañamiento de un adulto.
Christian Skoog, representante de la UNICEF en México, asegura que muchos de estos menores “huyen de unas condiciones muy difíciles de pobreza, de falta de oportunidades, pero también de violencia y de extorsiones en sus países de origen”.
Su huida, afirma Skoog, es para buscar una vida digna y mejor, pero en su camino corren muchos riesgos, como accidentes, violencia, discriminación, persecución por parte del crimen organizado e incluso maltrato institucional. Estas situaciones dejan huellas negativas muy profundas en los niños.
La cantidad de niños y niñas migrantes y refugiados no acompañados ha aumentado 333 % entre 2013 y 2015.
“En los últimos meses se ha mantenido el flujo frente a la situación cambiante en Estados Unidos en la política, esperando ver cómo será la realidad de esta política migratoria. Sin embargo, el flujo migratorio en general no ha bajado, aunque esperamos que el número de migrantes que se va a quedar en México vaya a aumentar”, indica Skoog.
El representante de la UNICEF asegura que las personas migrantes y refugiadas, así como los connacionales retornados a México, pueden beneficiar al país.