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Maestro del sarcasmo

Sergio Arau imaginó en 2004 lo que pasaría en Estados Unidos durante 24 horas sin trabajadores mexicanos, pero hoy dice que lo suyo sería ser presidente de México
20 de Marzo 2017
Arau_Especial
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Desde que era pequeño y veía a su padre (Alfonso Arau) bailar y hacer comedia en los teatros de revista al lado de su tío (Sergio Corona) –además de actuar y dirigir en películas como Tívoli, Calzonzin inspector y El águila descalza– el siempre inquieto Sergio Arau supo que lo suyo, lo suyo era ser artista.

Además, con ese ácido sentido del humor en cada uno de sus genes, Sergio estaba más que convencido de que no sería un artista tradicional más, sino una de esas celebridades que utilizan el arte para poner el dedo en la llaga, criticar y evidenciar de manera sarcástica la corrupción y los abusos del poder de los que son víctimas los ciudadanos comunes y corrientes.

Fue así que se hizo caricaturista, pintor, escritor, músico, actor y hasta director de cine. Ahora, una vez que ha dejado huella en el rock mexicano con el emblemático grupo Botellita de Jerez; en la pintura con sus delirantes cuadros de luchadores enmascarados; así como en el séptimo arte con la película Un día sin mexicanos, Sergio Arau ha descubierto, después de treinta y tantos años de carrera, que erró en la vocación que debía seguir, pues ahora está realmente convencido de que lo suyo, lo suyo es llegar a ser… ¿cineasta? ¡No, presidente de México!

“Y es muy fácil de explicar mi decisión –dice Sergio Arau en entrevista, con un guiño cómplice y pidiendo que le sigamos la corriente–. Mira, de chavo era yo bien portadito y desde la prepa siempre estaba ahí apoyando las causas justas y todo eso, hasta que un día me di cuenta de que hay muchos cabrones que se meten a la política nada más para hacerse ricos y para chingarse a todos los demás. Y los que están siempre hasta arriba de esa pirámide son los presidentes. Los principios valen madre en este terreno, lo que cuenta es fregarse a todos y hacer muchos billetes, comprar muchos terrenos, tener prestanombres. Siendo presidente puedes hacer chingadera y media y nunca te pasará absolutamente nada. Así, ante ese panorama, pues me dije: ‘Yo quiero ser presidente’ ”.

El también creador del llamado “guacarock” dice que ahora que ha anunciado sus intenciones de lanzar una candidatura independiente para llegar a Los Pinos, su equipo de asesores británicos y españoles ya le tienen registrado ante derechos de autor un lema de campaña, el cual consiste en una frase muy básica, pero muy honesta: “Chingarte es mi compromiso”. De esta forma, asegura, nadie se podrá quejar de que les mintió o les tomó el pelo, como sí lo hacen los candidatos de los partidos políticos tradicionales.

—Suena a que el proyecto político de Sergio Arau para alcanzar la presidencia será realmente de “vanguardia”.

—Así es. Conmigo no habrá nada de que a Chuchita la bolsearon y de que prometo cosas que no voy a cumplir jamás, que es la principal queja de la gente. Al contrario, yo voy a ser muy neto desde el principio, y les anticipo que me los voy a chingar a todos con gasolinazos, subiendo impuestos y liberando precios. Y no vayan a empezar a pedirme que les resuelva los feminicidios de Ciudad Juárez o del Estado de México, y mucho menos que investigue qué fue lo que en verdad sucedió con los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, porque voy a estar muy ocupado privatizando lo que queda de Pemex.

—Vaya, qué honesto…

—Por cierto, también le voy a dar todas las secretarías y subsecretarías de Estado a mis cuates, aunque no sepan ni madres, que lleguen a aprender, así como Videgaray. También, para que no les caiga de sorpresa, les adelanto que las concesiones y demás negocios con el Gobierno serán sólo con mis familiares y con mis socios.

—¿Y si alguien quiere ser un nuevo proveedor del Gobierno?

—Bueno, si alguien quiere ser proveedor o quiere ganarse alguna licitación de obra pública construyendo un puente o un hospital que luego no se utilice, pues primero tendrá que pasar a mocharse conmigo. Soy honesto, les estoy diciendo lo que va a pasar ahora que sea presidente de México.

—¿Sergio, y también tendrás una casa blanca?

—¡A huevo! La casa blanca de Peña Nieto y la Gaviota se va a quedar pendeja junto a la mía. Es más, ya cuando esté en la Silla, voy a girar instrucciones para que México forme parte de la OMU, la Organización de las Mansiones Unidas. Y también mandaré a construir un muro en la frontera, y Trump lo va a pagar, porque les voy a cobrar cover a todos los gringos que pasen a Tijuana a emborracharse.

—¿No te conformarías con una gubernatura en lugar de la presidencia?

—Pues en un principio pensé en que podría ser gobernador de Veracruz, pero ese cabrón de Javier Duarte no le dejó nada a nadie, se llevó absolutamente todo lo que pudo, entonces creo que ya no es buen negocio irse de gobernador, por eso mejor voy por la presidencia.

OTRO DÍA SIN MEXICANOS

Mucho antes del “Día sin inmigrantes” que se vivió hace unas semanas en Estados Unidos para protestar en contra de las medidas impuestas por el presidente Donald Trump que afectan directamente a los trabajadores indocumentados en la Unión Americana, Sergio Arau imaginó Un día sin mexicanos en California. La película estrenada en 2004 presenta una extraña situación en la que misteriosamente han desaparecido todos los mexicanos de aquel estado, lo que origina caos en la economía y la vida cotidiana.

“No es que los artistas seamos una especie de gente superdotada, pero el arte tiene que hablar de lo que pasa y además tenemos muy desarrollada una antena. Esa idea de la película surgió porque yo estaba deprimido cuando me mudé hace 25 años a Estados Unidos, porque no hablaba ni una palabra de inglés y me sentía como un cero a la izquierda”, recuerda Arau, quien añade que fue Yareli Arizmendi, su esposa, quien le sugirió organizar un día sin mexicanos “para que vean lo que es no tenernos”. El exbotello hizo primero un cortometraje y tras su éxito en diversos festivales decidió convertirlo en una película que a la fecha ha generado 10 millones de dólares en las taquillas de EU y ha vendido más de 500 000 copias en DVD.

Revela Arau que actualmente trabaja en una continuación de esa idea, sólo que ahora en un formato de serie de televisión que podría ser financiada por la compañía Netflix y cuyos guiones deberán estar listos para finales de este año. “Se supone que a finales de 2015 comenzaríamos con el rodaje de la segunda parte de Un día sin mexicanos. Ya hasta teníamos un título preparado –‘Otro día sin mexicanos’–, pero tuvimos algunos retrasos y luego surgió la precandidatura de Trump y con ello el tener que modificar el guion. Y así fuimos avanzando hasta que salió la chance de hacer una historia más ambiciosa que terminaría en un proyecto de serie, y eso es muy interesante porque nos permitirá tocar más temas y situaciones a las que se enfrentan los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos”.

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