Revista Cambio

No nos cruzamos de brazos

POR GUILLERMO RIVERA

El calendario marcaba el 24 de agosto, Mariana y Camila* estrenaban su nuevo hogar: un departamento en el recién estrenado edificio de Eje Central número 418, en la colonia Portales, en la Ciudad de México. Todos esos meses de restricciones parecía que habían valido la pena. Comenzaban un nuevo capítulo, el más feliz. O eso pensaban, sin embargo, no pasó ni un mes cuando el sismo de 7.1 grados cimbró a la capital y el sueño se volvió pesadilla.

 

SUEÑO QUEBRADO

Compraron el departamento tras meses de búsqueda. Era céntrico, cercano al trabajo, en una colonia tranquila, con un costo de 2 millones de pesos.

La sacudida quebró el sueño. El día del terremoto, ambas estaban, cada una por su lado, en la rutina laboral. Tras el susto, arribaron a la Portales y, en medio de una ciudad convulsionada, se abrazaron. Estaban bien, pero a los pocos minutos llegarían las malas noticias. Paredes cuarteadas, grietas en columnas y trabes, vidrios rotos, plafones colapsados. El edificio de ocho plantas, inaugurado en mayo pasado, quedó inhabitable. Ningún vecino podía ingresar.

Siguieron horas de insomnio, angustia y, sobre todo, de incertidumbre porque ¿qué se hace en estos casos? ¿A dónde hay que ir? El inmueble con el número 521, a unos metros de ahí, también estaba cercado. Y, por la noticias, se enteraron de que varios más habían colapsado. Había cientos de heridos. Decenas de muertos.

Su escenario no era el más desgraciado, pensaron. No había heridas, gozaban de buena salud. Así que decidieron decir adiós a las lamentaciones.

 

LARGO CAMINO

Este proceso será largo. Los expertos saben que quienes perdieron su casa tras el sismo padecerán horas de estrés y ansiedad. Pero hay soluciones.

El director general del Colegio de Arquitectos, Víctor Manuel Martínez, dice que el Gobierno de la Ciudad de México debe responder ante las peticiones de reposición de inmuebles, pues cuenta con los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden).

Si una constructora alzó un edificio con material deficiente, indica, “procede reclamar por vía jurídica, el Gobierno debe gestionar. Se puede obligar a las empresas a reponer los recursos”. En las construcciones, intervienen arquitectos, ingenieros. Hay una inmobiliaria. Se efectúan subcontratos. “La investigación arrojará al culpable directo de que edificios (incluso nuevos) quedaran inhabitables”, explica Martínez.

El colegio revisó más de 7 000 inmuebles en la capital y encontró que 1 237 no son habitables, y varios deben ser demolidos (nivel rojo). Óscar Sanginés, vicepresidente de la organización, comparte otro dato: más de 1 600 construcciones deben ser evacuadas hasta que se efectúe un reforzamiento estructural.

El arquitecto recomienda a los afectados investigar cuáles son los programas de reconstrucción del Gobierno, pues este “podría asumir el tema de las demandas para que nadie actúe por su lado”.

 

CONFIANZA PERDIDA

La ciudad no estaba preparada para esto, sentencian Mariana y Camila. Protección Civil revisó el edificio, efectuó un dictamen apresurado, acordonó. Dijo que había alto riesgo en muros, escaleras, balcones y elevador.

Hoy, lo que hace falta es la evaluación de un profesional, de un director responsable de obra (DRO). La pareja y sus vecinos buscan la mejor opción. Ya no confían en nadie. Pese a la angustia, se informaron. Descubrieron que varios DRO no cuentan con credenciales vigentes, en algunos casos por negligencia.

Infonavit dio por perdido el inmueble. Un perito canadiense aseguró que podía repararse. Un diputado del PRD también se presentó. “Ya salió lo político”, dice Mariana. La aseguradora, al igual que Protección Civil, apenas examinó. “No quiere pagar lo que es. Por eso la prisa”, examina Camila. “No firmaremos hasta que tengamos un dictamen real”.

La organización vecinal ha sido clave para que la desesperación no se imponga. No volverán a cometer errores. Darán otro paso hasta que el DRO adecuado lance un dictamen, aunque ya sacaron conclusiones: “Pensamos que usaron materiales de mala calidad”, indica Mariana.

 

LA VÍA LEGAL

Quienes perdieron su inmueble tras el devastador sismo del 19S, esperan dictámenes. Mientras, cientos de vecinos de Portales, Narvarte, Del Valle y de varias colonias más de la Benito Juárez se manifestaron el 8 de octubre con el propósito de exigir un alto a la construcción de megadesarrollos inmobiliarios y el castigo a los responsables de actos de corrupción que provocaron los derrumbes de varios edificios en la zona.

De acuerdo con Francisco García Álvarez, presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural, el Gobierno planea una estrategia con la finalidad de revisar inmuebles en riesgo. Y enfatiza: “Debe ser un plan eficaz porque pocos ingenieros están capacitados para revisar estructuras. Será un proceso largo. Las acciones apresuradas no son recomendables”.

Por su parte, Mariana, Camila y sus vecinos analizan interponer ante las autoridades una denuncia por fraude. Se reúnen con abogados. Todos quieren estar seguros de que esta acción arrojará un resultado positivo.

Mientras, ellas habitan en la casa de un familiar. Cancelaron el servicio de luz e internet porque no piensan regresar al 418. Temen que no aguante otro temblor. Como no pudieron rescatar algo, compraron ropa. DRO, abogados, trámites, ir de aquí para allá también generan gastos. Ni modo, es necesario el tarjetazo.

Regresaron a su vida laboral, conscientes de que el proceso tomará tiempo. Quizá años. Desde el 19 de septiembre no descansan, sin embargo, dicen que llevarán esto hasta sus últimas consecuencias: “Tenemos toda la actitud, pero aún nos preguntamos: ¿qué pasará?”

 

*Los nombres fueron cambiados por seguridad de las entrevistadas.