POR ALEITHYA M.
¡Todos estamos muy tristes! ¿Cómo pudo Trump salirse del Acuerdo de París?, ¿ahora qué va a pasar?, ¿nos vamos a morir? La respuesta es sí. Nos vamos a morir si tú (y cada uno de nosotros) no eres diferente a él (léase con un poco de entonación dramática). Si todo queda en compartir la triste noticia y no cambias tus acciones diarias, pones en riesgo el futuro, igual que lo ha hecho él.
Pretextos hay muchos. Trump nos dijo ya sus “argumentos” favoritos, por ejemplo, el crecimiento económico. “Ser verde no es rentable, se van a perder empleos, las empresas van a cerrar” y será el fin del mundo. ¡Ajá!, ¿te suena? Sí, eso justo va a pasar si hacemos lo que él pide. Sólo cambiar nos garantiza un futuro.
¿Aceptas ponerte metas diarias, semanales o mensuales para reducir un poquito tu impacto negativo en el medio ambiente y no ser como Trump?
No es fácil, te lo digo. Por más que trabajo en estos temas, salir del esquema tradicional es complicado, pero todos podemos ir “…des-pa-cito, pasito a pasito…”, exacto, así como la canción. Aquí te voy a dejar unos breves tips (¡ups, creo que ya soy una señora!), bueno algunas acciones sencillas con las que generarás un gran cambio.
¡No pidas agua embotellada en el Uber!
(Claro, si puedes mejor camina)
El plástico es un problema, así nos digan que es biodegradable, así nos digan que se recicla, nos digan lo que nos digan, es basura y punto. Son residuos sin uso cuando se termina su vida útil. ¿Cuánto tiempo tardas en tomar esa botella de agua?, ¿cinco minutos? Te lo aseguro, el envase durará mucho más. Compra uno que puedas reciclar.
Pide tu bebida en TAZA
Me ha pasado que tengo reuniones en esos cafés famosos donde sin preguntarte nada te sirven en desechables tu bebida. Muchos de nosotros no sabíamos que en lugar de pedir un vaso de cartón, con tapa de plástico y aparte una manguita, podemos simplemente pedir una taza de cerámica. La próxima vez, si vas a sentarte a leer, a platicar o a cerrar un trato, pide taza. Si te dicen que no hay o se acabaron, haz cara de enojado o enojada y pide que tengan más. ¡Más tazas! Sí, te hablo a ti, Starbucks.
No más bolsas de plástico para tu despensa
Suena muy común. Es algo que escuchamos aunque siempre se nos olvida. Llegamos a la tienda y pues, ni modo, terminamos diciendo con cara de pena “sí, en bolsita, igual luego la uso para la popó de mi perro.” Es cierto, las bolsas las podemos reusar, pero es mejor reducir su consumo para que se fabriquen menos. Compra una bolsa de tela bonita, con alguna frase motivacional o alguna letra de canción hipster. ¡Ayudarás mucho!
No más desechables
Cada fiesta me digo lo mismo, no más desechables y caigo en la tentación. Les dije, no es sencillo. A nadie le gusta lavar platos, pero podemos generar empleo si contratamos algún servicio de limpieza al día siguiente. Seguro nos costará un poco más caro que un paquete de 100 piezas de vasos rojos pero, ¿lo intentarías?
Reduce tu consumo eléctrico
A esto me dedico, así que me toca decirte la verdad. Consumir luz, cargar tu teléfono, cocinar, ver Netflix, usar tu computadora, toda esa electricidad que empleas en tu día a día contamina, y mucho. En México, la energía que utilizamos se genera en un 80 % por combustibles fósiles, lo cual produce emisiones, contaminación pues. Si moderas el uso de lo que conocemos como luz, puedes reducir el desperdicio, ser más eficiente y ¡salvar al mundo!
No compres ropa sólo por comprar
Hay muchas marcas que nos ofrecen ropa a muy bajo precio, misma que luego vamos a tirar o a intentar regalar porque ya no la usamos. Esta tela, porque al final sin importar quien la diseña, eso es, se convierte en basura. Todo lo que usamos día a día será basura, serán residuos. El problema con la industria textil es muy complejo, principalmente el de la mezclilla porque tiene un impacto muy fuerte en la contaminación del agua. Debido a eso, comprar menos ayuda. Adquirir prendas de marcas que nos prometan durabilidad también garantiza un menor impacto.
Recupera el hábito de reparar
Nuestros papás y abuelitos tenían ese hábito muy bien desarrollado. Algo se descomponía y buscaban la forma de que volviera a su estado funcional. Actualmente nos hemos convertido en unos seres que aman remplazar. Se rompe, se va a la basura, compramos otro. ¡Ya no podemos continuar con esto! ¡Generamos un chingo de basura! Muchas de las partes pueden volver a ser utilizadas, pero como consumidores no exigimos a las empresas un reuso. Por ello, es necesario leer y aprender sobre economía circular.
Come menos carne roja
A principios de año, intenté ser vegetariana. Fue un intento. No pude. Cambiar nuestros hábitos después de tantos años no es simple. Entonces decidí dejar de comer carne algunos días. Se volvió más sencillo. La cruda verdad, más allá de la crueldad con los animales, es que producir carne, contamina, y mucho. No quiero contarles detalles, prefiero no arruinar su cena, por hoy. Pueden creerme o investigar más. Pero, por lo menos, únanse al #NoMeatMonday (#LunesSinCarne).
Si critican la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, por favor, al menos ustedes intenten ser parte de este equipo que quiere hacer algo. Ni los líderes políticos solos van a poder, ni nosotros sin ellos. Necesitamos unificar esfuerzos para detenerlo porque diga lo que diga míster Trump, ¡el cambio climático es real!
*Aleithya M. es economista, comprometida con el desarrollo sostenible. Energy Researcher en Ethos Laboratorio de Políticas Públicas. Puedes contactarla por twitter: @aleithya_md