POR JULIÁN VERÓN
“Los millennials son la generación con peores ingresos”. ¿Cuántas veces hemos leído y escuchado esto? Decenas. Con salarios de 10 000 a 12 000 pesos al mes, ¿quién puede salir de casa de sus padres, tener un seguro médico, viajar, invertir y comprar un auto? Nadie, sólo los que realmente tienen la ayuda de sus padres.
Según Forbes, los millennials “no están teniendo hijos porque simplemente no les alcanza para mantenerlos”. Y esto es totalmente cierto. Tengo 29 años, y aunque quizás tenga una pequeña posición privilegiada entre los jóvenes de mi generación por vivir solo, fuera de casa de mis padres, mi peor pesadilla al día de hoy es embarazar a una chica y tener un hijo. Jamás tendría el dinero con qué mantenerlo. A duras penas llego a final de mes, casi siempre estoy contando los pesos y no veo la hora de que mis pagos se hagan efectivos en mi cuenta bancaria. He llegado a pasar dos o tres días sin un peso en el bolsillo, comiendo lo que hay en mi hogar y haciendo home office.
Cada quincena mi ingreso es de 17 500 pesos, y mi renta está en 10 000 al mes. Así que cada quincena 5 000 pesos tienen que destinarse a la renta. No he entendido porqué llego sin dinero a final de mes. ¿Comeré mucho en la calle? ¿Usaré mucho Uber? ¿Compraré cosas innecesarias? ¿Mi renta estará muy alta para mis ganancias? Es como si un espíritu gastador de dinero provocara que cada vez que hay en mi cuenta algunos pesos, los gastará compulsivamente con el fin de llegar a cero y tuviera que esperar a que se vuelva a llenar mi cuenta con mi próximo salario. Obviamente no he logrado ahorrar un peso y no tengo nada invertido. En serio: nada. Se podría decir que vivo al día, al mes, como sea.
Un estudio de Bankrate dice que los millennials gastamos mucho menos en las vacaciones que las generaciones anteriores, y más en pagar servicios. Y pues si me pongo a pensar, la última vez que me fui de vacaciones fue en el 2014, hace cuatro años. Sí, y lo hice porque aún vivía con mis padres. Bueno, si sigo sacando estos estudios y datos, me deprimiré profundamente.
Realmente quiero encontrar el porqué a final de mes siempre estoy sin dinero. Con mi salario, no debería llegar a eso (eso me dicen todas las personas que me conocen). Así que empecé a revisar mis gastos de la quincena que corrió y anoté todos, absolutamente todos los gastos para poder hacer cuentas y saber en qué gasto.
A mis ingresos quincenales les restaré los gastos fijos (renta y servicios) y los gastos “extras”.
COMIDA EN LA CALLE
Normalmente como una vez al día en la semana en la calle. Me gusta comer bien, siento que necesito una vez al día que me cocinen. En mi fonda favorita, gasto 110 pesos cada vez que voy. Y eso sucede de lunes a sábado, religiosamente. 110 por 12 = 1 320 pesos en comer en la calle. Cada domingo como tacos o pizza fuera de mi casa, con el propósito de curar mi cruda, y esta quincena gasté 600 pesos en esos dos domingos del señor. Total: 1 920 pesos.
MERCADO
Hago mercado cada semana, los domingos me inspira estar en los supermercados. No sé, es como si fuese la máxima expresión de independencia y libertar sentir que tengo que hacer compras para mi hogar. Estas dos semanas, gasté un total de 1 200 pesos.
TRANSPORTE
Uber. Uno siempre sabe que gasta mucho dinero en Uber, aunque jamás se pone a sacar la cuenta de cuánto paga en este servicio. Siento que soy una persona que usa poco Uber, sólo cuando salgo a tomar y vuelvo bastante ebrio, no hay otra manera de llegar. Pero revisando los gastos de estas últimas dos semanas, y me deprimí un poco, son 1 290 pesos. En Metrobús, gasto semanalmente unos 48 pesos, a la quincena serían 96 pesos. Total de transporte 1 386 pesos.
LAVANDERÍA
No tengo lavadora ni secadora, así que llevo semanalmente mi ropa a la lavandería. Pago 100 pesos semanales, 200 a la quincena, más una vez cada dos semanas las sábanas y edredón, que salen en 150 pesos. Total: 350 pesos.
RENTA Y SERVICIOS
Mi renta es de 10 000 pesos al mes más servicios: 800 pesos al mes. Así que a la quincena serían 5 400 pesos.
DEUDAS
Debo 2 500 pesos a mi tarjeta de crédito a 12 meses, por los muebles de mi departamento, y pago 1 500 al mes por mi teléfono, debido a que me robaron el mío en un Vive Latino y tuve que sacar uno a cuotas. Trabajo con mi teléfono, tiene que ser uno chingón y mi plan de Internet es ilimitado. Total: 2 000 pesos a la quincena en deudas.
CONTADOR
Tengo un contador que me ayuda a arreglar mi desastre fiscal: 250 pesos a la quincena.
GASTOS EXTRA
A veces me compro ropa, tenis o cualquier otra cosa. Vamos a ser muy buenos y colocar en este tópico solamente unos 1 500 pesos a la quincena, ya que en esta última “sólo” gasté eso.
SALIDAS
Esta quincena gasté en tomar alcohol en la calle 1 800 pesos. Juré por mi vida que era el triple. Bien ahí.
GIMNASIO
500 pesos a la quincena. No creo que necesite explicar por qué necesito un gimnasio. Tengo que sudar, si no, me puedo convertir en un ser bastante desagradable y de terrible humor.
Luego de leer mis gastos, la verdad me siento como un tremendo idiota. Pensé que para ver por qué llegaba sin dinero a mi quincena necesitaba asesorarme con un economista. Y no. Es muy sencillo ver por qué llego sin nada. Tengo ingresos quincenales de 17 500 y mis egresos en ese mismo periodo son de 15 386. Y hablo de gastos fijos, sin agregar los de emergencia o algo así. Eso significa que si no pasa nada “fuera de lo normal”, mis ahorros serían de 2 114 pinches pesos. Tengo 2 114 pesos a la quincena para enfrentar al mundo; para tener un hijo, comprar un depa, viajar; para ahorrarlos e invertir. Y todo esto, sumado a que dejé a mi psicoanalista por un rato luego de un año en terapia porque “gastaba mucho dinero en él”. Irónico, al menos.
Les confieso que escribir esto ha sido una especie de catarsis para mí. ¿Por qué necesito comer tanto fuera de mi hogar? No sé. Al revisar toda mi lista, observo que mis gastos “obligados” son la renta, mis deudas, lavandería, contador, gimnasio y mercado. Eso quiere decir unos 9 700 pesos. Los otros 7 800 restantes, o sea, casi el 40 % de mi salario, lo gasto en cosas no necesarias.
Si corto a la mitad gastos de Uber, comidas en la calle (para algo hago mercado), “gastos extra” y peda, ahorraría 3 900 pesos cada quincena –sin disminuir o cambiar mi estilo de vida, sólo cortándolo a la mitad–. Esto quiere decir que al final del mes, si aplicara todo esto, ahorraría 7 800 pesos; el 22.2 % de mi salario. Y, más triste aún: al año ahorraría 93 600 pesos.
¿Qué concluyo? Que quizás sea la representación más exacta de un millennial: tuve padres adinerados, no me enseñaron a ahorrar, invertir o pensar en el futuro. Sólo pensábamos en el ahora y por esa razón yo lo hago también. Sin saber absolutamente nada de economía, sólo sacando cuentas y viendo cuáles eran mis gastos reales, di con la razón por la que no puedo nunca llegar a final de quincena. Si corto al 50 % los gastos no necesarios de mi vida diaria, ahorraría una cantidad que jamás pensé que sería posible al mes, y si lo veo al año, es una cantidad de dinero que jamás he tenido en mi cuenta, nunca.
Probablemente el secreto de la pobreza millennial está más en la cabeza y las costumbres, ya que somos quizás una de las generaciones más consentidas de la historia. Y sí: vivimos un momento económico terrible, pero casos como el mío debe haber muchos. Es cuestión de parar el remolino y sentarse a ver en qué se va el dinero y hacer unos pequeños ajustes. Les aseguro que si hacen el mismo ejercicio que yo, quedarán sorprendidos y verán que no es imposible ahorrar y tener el estilo de vida que siempre han querido.