Periodismo imprescindible Jueves 26 de Diciembre 2024

¿Quieres 
rentar o comprar? 
¡En esto te debes fijar!

Quizá, antes del sismo, los acabados, las amenidades o la ubicación de un departamento que querías rentar o comprar determinaban tu decisión; ahora, 
¿todavía es lo más importante?
16 de Octubre 2017
Revista Cambio
Revista Cambio

POR ABIGAIL GÓMEZ

El suelo comenzó a moverse. Ella y sus compañeros salieron corriendo de la fonda donde comían, en algún punto de los límites de la colonia Roma; afuera todo era caos. María Ortiz recuerda el pánico, los gritos, la gente que lloraba y los pedazos de concreto que caían de una iglesia cercana. El terremoto de 7.1 grados Richter terminó cuando el movimiento dejo de sentirse, mas el pánico, la ansiedad y la incertidumbre se quedaron instalados en la mente y el corazón los habitantes de la capital.

A pesar de que vivimos en una zona sísmica no supimos qué hacer, durante ni después de lo ocurrido. El miedo colectivo que se desató en los siguientes días surgió de una certeza que todos descubrimos a raíz del sismo: no estamos preparados.

María tomaría conciencia de esto los días posteriores, sobre todo al ver la colonia, cubierta de escombros, en la que había sido tan feliz. “Yo llegué a La Condesa a los 23, encontré una oferta increíble en Internet en la que ofrecían un departamento en la zona muy por debajo de los precios normales. Estaba encantada de poder vivir ahí a un precio tan bajo, nunca me pasó por la cabeza la idea de tomar precauciones con respecto a un posible temblor”, platica.

Y es que ella, como muchos, pertenece a una generación que no vivió el terremoto de 1985 y dentro de su imaginario no existía la idea de edificios colapsados. Pero ahora existe, y el temblor deja lecciones importantes a considerar en diversos aspectos. Uno de ellos consiste en las cosas que debes tomar en cuenta al momento de buscar lugares dónde vivir, ya sea para rentar o comprar.

Sobre esto platica Óscar Sangines, vicepresidente del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México. De acuerdo con este arquitecto, es necesario reflexionar en torno a diversos factores, uno de ellos: la edad del edificio. “Hemos notado que la mayoría de los edificios que colapsaron eran anteriores al 85, lo que significa que están construidos bajo una norma mucho menos estricta que la actual, y si te interesa vivir en algún edificio antiguo es importante averiguar si se ha reforzado la construcción y cómo se llevó a cabo, en todo caso”, explica.

Otro factor a considerar, comenta Óscar, es la importancia de conocer un arquitecto o ingeniero de confianza a quien puedas recurrir cuando lo requieras. “Es indispensable tener cerca a alguien que pueda ir y hacer una evaluación del lugar, alguien ajeno a los dueños actuales o a las constructoras para que pueda hacer una evaluación objetiva”, asegura.

Y justo esto es lo que María Ortiz considera ahora que se verá obligada a dejar su hogar a consecuencia del sismo. “Por supuesto que ahora mi conciencia cambió, nunca pensé que nos pasaría algo así otra vez, pero ya aprendí la lección. Ahora buscaré un arquitecto que vaya y revisé los inmuebles que me interesan porque los arrendatarios siempre te dicen que su edificio está perfecto”.

Como especialista, Óscar agrega que la gente olvida que llegar a un nuevo departamento es adquirir un espacio dentro de una construcción completa. “Toda la estructura influye en tu vivienda por lo que debes pedir que se te permita revisar todas las áreas comunes, como estacionamientos, la azotea y patios, además de revisar también cómo influyen los edificios que rodean el de tu interés. Todo eso contribuye o afecta la seguridad del espacio en donde vas a vivir”, explica.

 

CONCIENCIA POSTSISMO

La historia de Víctor es completamente diferente a la de María. Trata de un periodista que buscaba un departamento para comprarlo y que revisó muchos lugares antes de hallar el definitivo. Sin embargo, la diferencia más importante radica en que Víctor es generación 85, es decir, aunque joven, le tocó vivir los estragos de esa catástrofe.

“Yo estaba niño pero me tocó vivir el temblor y lo recuerdo, forma parte de mi memoria así que claro que tomé en consideración la resistencia ante un posible sismo en los edificios que visité. Recuerdo que hubo uno al que ni siquiera llegué a la cita. Entré, vi las malas condiciones en las que estaba desde el estacionamiento, y me salí. Después me enteré que fue uno de los edificios colapsados. Mi experiencia me salvó de una posible tragedia”, platica.

Al respecto, Leonardo González, analista del portal inmobiliario Propiedades.com, considera que hay distintas áreas de oportunidad ante la tragedia. Una de ellas es la de crear brigadistas domiciliarios, gente que esté preparada para actuar. “Este brigadista debería conocer todas las rutas de evacuación de tu inmueble, los sititos seguros dentro y fuera, y tener los contactos de los vecinos. A esto se suma una participación más activa de los comités vecinales. Si se reúnen a fin de resolver temas de servicios básicos deberían hablar de protocolos de seguridad”, señala.

¿Y LAS NORMAS, APÁ?

El terremoto de 1985 dejó ver la enorme corrupción que existía en términos de construcción en México. Es por eso que dos años después, en 1987, se llevó a cabo una importante reforma dentro del reglamento de construcción en la que se establecieron políticas más duras, como uso de concreto reforzado con acero y distribución de cargas. La ley ha sufrido otras reformas, una en 2004 y adhesiones en 2016.

Sangines considera que en términos de reglamentación debemos sentirnos seguros: “Es probable que la normatividad en cuanto a construcción se mantenga igual debido a que se demostró que las normas actuales funcionan y ayudaron a que muchas edificaciones resistieran. Aquellos edificios nuevos que se desplomaron es evidente que no habían seguido estas normas. Las que sí podrían cambiar son las referentes a la reconstrucción porque es ahí donde fallamos con respecto al 85, pues muchos edificios en riesgo no fueron demolidos”, explica.

Pero la cuestión legislativa en cuanto a vivienda no se enfoca únicamente en la seguridad de la construcción, sino también en defender los derechos de los dueños de las propiedades y de los arrendatarios. La Red ProBono México elaboró una guía jurídica para asesorar a las personas afectadas por el sismo y ahí establece diversos puntos importantes a considerar; sin embargo, los especialistas aconsejan, a modo de prevención, inculcar en la gente la creación de cláusulas (ya sea al comprar o rentar) que establezcan cómo actuar en caso de sismos o cualquier otra eventualidad.

 

EL SEGURO COMO CULTURA

Leonardo Gonzales, experto en el sector inmobiliario, señala que uno de los problemas más graves que el sismo evidenció es la baja cultura de seguros que tenemos; Javier Luja, asesor de seguros de GNP, lo confirma y revela que “únicamente 5 % de las viviendas cuentan con un seguro de casa-habitación”.

Esto deja desprotegido lo que suele ser el patrimonio más importante de una persona: sus bienes inmuebles. “Resulta interesante que destinemos dinero a otras cosas y no a proteger lo que más trabajo nos ha constado conseguir”, comenta.

Existen distintos tipos de seguro y todo depende de tus necesidades. Hay seguros que protegen tu inmueble, y a estos se les puede agregar una cláusula que también cubra los bienes que haya dentro o los daños que pudieras ocasionar a otra persona si hay un accidente en tu vivienda.

A raíz del sismo, muchos clientes de Javier quieren una cotización para un seguro de casa-habitación, aunque él opina que es resultado del momento y no del despertar de una cultura real del seguro. “Cuando nos espantamos nos llega una alerta y queremos hacer las cosas bien, pero muchas veces cuando pasa el peligro la gente vuelve a sus antiguos hábitos, ojalá a raíz de esto realmente se cree una conciencia del seguro”, apunta.

Mientras tanto, María Ortiz sigue buscando un lugar dónde empezar de nuevo pues no hay certeza de que su edificio, aunque fue dictaminado como habitable, pueda resistir otro sismo. “Ha sido un golpe muy duro, sobre todo al momento de empezar a buscar, mucha gente se está aprovechando de la situación para elevar los precios y piden demasiados requisitos”. A pesar de esto, no se desanima, porque sabe que ha aprendido valiosas lecciones que la harán más responsable al momento de elegir.

 

 

¿QUÉ DEBO HACER?

Si vas a comprar un inmueble:

Pregunta si tiene papeles en regla y pide copia de la Manifestación de Construcción, el Certificado de Suelo y Alineamiento y el número oficial.

Haz que un experto revise la autenticidad de esos 
documentos.

Contrata un seguro de vivienda y considera los aspectos 
complementarios, como coberturas por terremoto 
y erupción volcánica o Responsabilidad Civil, entre otros.

 

Si vas a rentar un inmueble:

Busca algún experto en construcción de tu confianza, ajeno a los arrendatarios, que pueda evaluar el edificio.

Identifica los puntos de seguridad dentro de la construcción y también fuera de ella (zonas donde puedas colocarte en caso de derrumbe de los edificios aledaños).

Si eres arrendatario, considera un seguro que proteja tus pertenencias.

Guarda una copia digital de todos tus documentos importantes y mantenlos fuera de tu vivienda, en un correo electrónico o en una USB.

Exige cláusulas en los contratos de arrendamiento donde se especifique cómo se actuará en caso de alguna eventualidad (sismo, inundación, entre otros).

Identifica el tipo de terreno sobre el que está la construcción. Hay tres tipos y se dividen en zonas:

Zona de lomas: suelos de alta resistencia por ser terreno firme o de roca volcánica. Partes altas de la ciudad, zona sur. Ejemplo, colonia El Pedregal.

Zona de transición: suelo donde se da el cambio entre el terreno rocoso y los terrenos blandos. Colonias como Clavería o Escandón.

Zona lacustre: suelos que amplifican las ondas sísmicas por estar construidos sobre los antiguos lagos de Xochimilco y Texcoco. Colonias como Roma, Condesa o Centro.

 

Si el sismo afectó tu vivienda

Evalúa tu vivienda (grietas en diagonal en más del 20 % de los muros indican posible derrumbe).

Revisa a detalle todas las cláusulas de tu póliza de seguro y notifica lo antes possible sobre los daños de tu vivienda

Haz un registro de todos los daños; captura en foto y video todo lo que pueda servir como evidencia.

Llama a Protección Civil para que evalúe los daños.

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