El desarrollo tecnológico tiene un gran problema, y es la relación entre la ética y los grandes volúmenes de datos generados día con día en nuestras actividades en línea, afirma Federico César Lefranc Weegan, profesor investigador del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación.
Y ante esto, de acuerdo con el doctor, existen cuatro dudas primordiales al estudiar las implicaciones éticas del big data: ¿quién quiere esos datos?, ¿cómo se obtienen y cómo se gestionan?, y lo más importante, ¿con qué fin?
Aunque el término big data no tiene una definición rigurosa, se puede decir que designa al tratamiento de grandes volúmenes de datos mediante algoritmos matemáticos con el objetivo de establecer correlaciones que ayuden a predecir tendencias y tomar decisiones. Además, indicó que en unos años cambiará su sentido, pues lo que hoy consideramos como una cantidad masiva de datos en el futuro será rebasada.
De acuerdo con el investigador, los datos no se recopilan sólo porque sí, esos grandes volúmenes de información se utilizan para predecir comportamientos, hábitos de consumo, cuántos años puede llegar a vivir una persona o de quién se va a enamorar.
Continuamente desarrollamos actividades utilizando sistemas tecnológicos de mediana y gran escala que recopilan una considerable variedad de datos personales, como la posición geográfica, información financiera y hasta el ritmo cardiaco. Como usuarios de estos sistemas, nos enfrentamos a cuatro fenómenos que amenazan el correcto uso de los datos: la falibilidad de los sistemas, la vulnerabilidad, la obsolescencia y la dependencia a las megacorporaciones encargadas de diseñar, desarrollar y distribuir programas y aparatos.
Es por ello que recomendó no comprar el discurso de que la tecnología está hecha con el propósito de satisfacer las necesidades de la gente, sino que está pensada básicamente para un mercado, e insistió en que una de las mejores formas para proteger nuestra información es proporcionando la menor cantidad posible –es decir, únicamente la estrictamente requerida– y no identificarnos a nosotros mismos como un conjunto de datos, pues de esa manera se reduce nuestra concepción como seres humanos.
Agencia Informativa Conacyt