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Ser una nueva mujer

La feminidad, una construcción social asociada al género, puede verse afectada tras librar la batalla contra el cáncer. Muchas mujeres dejan de sentirse atractivas, y recuperar su autoestima se convierte en una nueva batalla interna
23 de Octubre 2017
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POR ABIGAIL GÓMEZ

El grupo de apoyo emocional Conocer es Vivir se reúne en el área de Trabajo Social del Hospital Siglo XXI. Son las 9 de la mañana y poco a poco la sala se llena con pacientes que padecen distintos tipos de cáncer. Entre ellos está Diana Rodríguez, una mujer de 73 años sobreviviente de cáncer de mama.

Alegre es probablemente el adjetivo que mejor la describe. Una enorme sonrisa la acompaña todo el tiempo, y aunque desaparece de vez en cuando mientras platica su experiencia, nunca tarda en volver. Diana, de ojos vivos y cabello blanco, cuenta cómo el cáncer golpeó no sólo a su cuerpo sino también a su feminidad hace ya más de 15 años.

“Sientes bien feo cuando te dicen que te van a hacer la mastectomía. Te preguntas cómo te van a ver los demás, cómo te vas a poner tu ropa, y ahora qué te va a distinguir como mujer. Te afecta sobre todo en tu sexualidad, ya no te sientes igual y no sabes cómo te vas a presentar ante tu pareja”, platica.

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 Batallas invisibles

Selene Guevara es psicóloga y voluntaria de Conocer es Vivir. Desde su formación se interesó ampliamente en cómo afecta el autoestima de las mujeres padecer cáncer de mama, por lo que decidió realizar una investigación para medir la percepción de las mujeres sobre sí mismas a raíz de que son diagnosticadas con este tipo de cáncer.

Para su investigación, pidió a 23 mujeres que luchaban contra la enfermedad que realizaran el dibujo de una figura humana, lo más detallada posible. Los resultados coincidían con su hipótesis de que el cáncer de mama afecta gravemente la autoestima y la percepción que tienen estas mujeres sobre ellas mismas.

“Encontré que se sentían menos atractivas y que había una insatisfacción con su apariencia en general. Muchas de ellas evitaban mirarse al espejo y su concepto de feminidad se veía alterado. Todo eso se reflejaba en los dibujos. Por otro lado, al momento de revisarlos, noté que también había una afectación importante en cuanto a su sexualidad; en la prueba se reflejaba que se sentían poco atractivas hacia sus parejas, y mucha distorsión en esta área de sus vidas”, comenta.

Al momento de tomar el lápiz y el papel, a pesar de que no se les especificó de que género debía ser el dibujo, todas dibujaron a una mujer, pero carente de rasgos femeninos. “Las mujeres que pintaban eran muy primitivas, sin ropa y sin órganos. Eso es una señal de que se sienten poco femeninas y muy poco atractivas”, explica.

Para Selene, un factor que influye en esta alteración del concepto de feminidad de estas mujeres está íntimamente relacionado con lo que culturalmente se entiende como femenino o el “ser mujer”.

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¡Que no se enteren las niñas! 

“Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en este aspecto porque bombardean constantemente, tanto a hombres como a mujeres, sobre lo que una mujer debe ser o sobre cómo debe verse. Basan la autoestima y la belleza de mujeres sólo en su parte física y es algo que va mucho más allá”, explica la especialista.

¿Ser femenina?

Y sí, tal como menciona esta psicóloga, quien ha trabajado con mujeres que sufren esta enfermedad, muchas se cuestionan si todavía serán femeninas al tomar como referencia una concepción errónea de lo que eso implica. Así lo explica Juan Pablo Martínez –terapeuta, experto en duelo y resiliencia–, quien trabaja con mujeres que han logrado superar golpes duros, como una enfermedad.

“La feminidad es una construcción social asociada al género. Es decir, las personas nacemos con un sexo, que es determinado por nuestros órganos sexuales, pero la identidad de género es algo que se te asigna de manera social de acuerdo a tu sexo. En este sentido, cuando te identificas con el género mujer adoptas características que te distingan como tal, es decir, con lo femenino”, explica.

Adoptar características de lo femenino es diferente para cada mujer, pues cada una decide qué características la hacen femenina; sin embargo, como explica el especialista, muchas adoptan aquellas que la sociedad –sobre todo la publicidad– impone.

“Es ahí que tenemos mujeres que se sienten femeninas por su pechos, por su cabello largo, por sus curvas, pero muchas veces es una identidad que se construye desde afuera y eso es un riesgo porque si no poseen esas características se sienten poco atractivas”, comenta.

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Pezón obsceno 

Según este psicólogo, las mujeres pueden superar este duro duelo al elegir nuevas características que las vuelvan femeninas. “Como el género y la feminidad son una elección, siempre puedes volver a encontrar eso dentro de ti. Puedes decir ‘a mi lo que me hace femenina es usar color rosa o ser coqueta’ y esas son cosas que no te puede quitar la enfermedad”, asegura.

Mujeres que se ayudan

Conscientes de las implicaciones que puede tener para una mujer la pérdida de uno o ambos senos, existen diferentes proyectos que han buscado devolver a estas mujeres la autoestima perdida, ya sea por medio de productos especiales para ellas o en forma de expresión artística.

Uno de estos proyectos es La teta lisa, obra de teatro española que nació en la mente de Rosa J. Devesa, y que está basada en diferentes testimonios de mujeres que padecieron este cáncer. En esta obra es Olivia quien, en forma de monólogo, cuenta su experiencia como mujer con cáncer de mama, pero desde una postura humorística que tiene como objetivo desdramatizar la situación.

Al respecto, su creadora explica en la página web de la obra: “Existen muchos tabúes con respecto a este cáncer, el principal de ellos está relacionado con el hecho de que le quita a la mujer elementos fuertemente asociados a su identidad femenina, tales como el cabello, las cejas, pestañas y, sobre todo, el pecho”. En este sentido el mensaje de la obra es claro y las mujeres que la han visto lo agradecen: no eres menos mujer por no tener senos.

Por otro lado, en Estados Unidos, y parte de Gran Bretaña, hay mujeres que han comenzado a luchar contra este estigma y han creado un movimiento que empieza a tomar fuerza entre mujeres mastectomizadas. Le llaman Quedarse plana o Going Flat (en inglés), y alude al hecho de no realizarse una cirugía reconstructiva ni usar prótesis mamarias por decisión propia. “Este movimiento de Quedarse plana tras una mastectomía desafía antiguas presuposiciones sobre la feminidad y lo que significa recuperarse después de un cáncer de mama”, señala el periódico The New York Times en un reportaje sobre el tema.

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Goodbye, Gran Bretaña 

Sin embargo, para aquellas que sólo perdieron un seno y deben recurrir a una prótesis, existen empresas dedicadas a crear los mejores productos, a fin de ayudarlas en su proceso de recuperación de la autoestima. Desde pelucas oncológicas, hasta lencería coqueta, hay muchas opciones al momento de buscar reencontrarse con ese lado femenino.

Una de esas empresas es Biofemme, la cual nace de la experiencia de dos hermanas que padecieron cáncer de mama. En su proceso se dieron cuenta de que las opciones de productos para mujeres con este padecimiento eran muy limitadas, con poca variedad en los diseños y a precios nada accesibles. “Ellas, como muchas otras, querían algo más femenino, que se acoplara a su día a día, que tuviera encaje. Querían ropa bonita”, cuenta Alma Navarro, representante de Biofemme.

Con base en su experiencia, al tratar con mujeres que sufrieron una mastectomía, Alma comenta cómo es que ellas reaccionan después de atravesar esta cirugía. “Al principio sienten que todo el mundo va a notar que les hicieron la mastectomía, empiezan a caminar jorobadas para tratar de cubrir esa zona y se ponen ropa holgada con el propósito de disimular su falta de seno. Cuando se dan cuenta de que existen los productos necesarios para que recuperen la figura de antes de la cirugía cambia totalmente su actitud”, asegura.

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Reducen presupuesto 

Entre otras cosas, comenta Alma: “Vuelven a caminar erguidas, se imaginan usando su ropa de antes, se ven haciendo ejercicio y empiezan a pensar en cómo van a retomar sus actividades porque se ven en el espejo y se dan cuenta de que nadie va a ver que les falta un seno. Les ayudan a recuperar la confianza porque además se trata de productos pensados para ser sexys y bonitos, hay muchas opciones de modelos tanto en lencería como en trajes de baño o pañuelos, todo pensado en que se sientan bien con ellas mismas”, afirma Alma.

Diana era viuda cuando la diagnosticaron, pero poco después encontró una pareja. Su mayor preocupación era cómo podrían tener intimidad porque aunque ella lo deseaba le daba miedo que su novio la viera desnuda. “Al final a ese cuate ni le importó”, dice con una enorme carcajada. “Nosotras nos preocupamos un montón y a la hora de la hora a ellos les vale, ahí te das cuenta de que muchos miedos son más creencias que otra cosa”, asegura esta mujer a quien se le ve llena de vida, una vida que está mucho más allá de sus pechos.

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