Marcelo Odebrecht, heredero de la multinacional Odebrecht, tuvo una reunión en agosto de 2011 con el entonces gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, para concretar una inversión en el estado mexicano de 3 mil 500 millones de dólares. Ese periodo coincide con el tiempo en el que la empresa entregó a “altos funcionarios mexicanos” al menos 10 millones de dólares como sobornos.
En esa reunión, el brasileño señaló que Veracruz contaba con la mayor inversión foránea de la empresa Odebrecht. Hoy en día, Marcelo cumple una sentencia de 19 años de cárcel desde junio de 2015 tras las investigaciones de la operación Lava Jato –la mayor trama de corrupción y desvíos de dinero público en la que 77 ejecutivos revelaron cómo altos ejecutivos y empresarios pagaban propinas, corruptelas y acuerdos políticos para conseguir licitaciones.
“En Brasil, Odebrecht formaba parte de un cártel constituido por otros grupos de obras públicas que se repartían jugosas licitaciones de Petrobras. Los mercados, sobrefacturados, ofrecían generosas contrapartidas a los ejecutivos del grupo petrolero de manera confidencial, coimeando de paso, a políticos de todo tipo”, publica el diario Le Monde.
En la investigación, algunas declaraciones apuntan a que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el actual mandatario Michel Temer y decenas de ministros, senadores y congresistas estarían citados como partícipes o beneficiarios de la trama para pagar comisiones a cambio de fraudes en la adjudicación de licitaciones.
Los sobornos no se limitaron a Brasil ni a México, al menos 2 000 obras más en 30 países, en su mayoría de Latinoamérica, también recibieron dinero de Odebrecht.