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Tumba o Catapulta

Ricardo Monreal quiere ser el primer gobernador de la Ciudad de México con la bandera de Morena, pero eso es el futuro. En el presente, como jefe delegacional en Cuauhtémoc, los retos reclaman atención
14 de Noviembre 2016
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Y Staff CAPITAL MEDIA

A finales de octubre se difundió un video en Youtube donde Ricardo Monreal, jefe delegacional en la Cuauhtémoc, emulaba a otros funcionarios que han hecho trabajo en redes al estilo reality show. Vimos cómo la persona que gobierna la séptima economía del país despotricó por las calles de la colonia Tabacalera mientras ordenaba a sus subalternos que retiraran los conos con los que un equipo de filmación separó diversos lugares de estacionamiento.

La actuación del delegado en este reality fue tan buena que incluso llegó a despertar simpatía entre algunos vecinos molestos porque en ese sector, las filmaciones son muy frecuentes y es una realidad que los equipos y vehículos que utilizan para esta labor invaden calles y banquetas durante muchos días.

Pero poco duraron los cinco minutos de buena fama y las reacciones en redes sociales se voltearon en contra del funcionario pues se comprobó que el crew cinematográfico contaba con todos los permisos necesarios, otorgados, como se debe, por la Comisión de Filmaciones de la Ciudad de México –que depende del Gobierno de la Ciudad– y no por la delegación, como pretendía Monreal al gritar “¡Yo soy el jefe delegacional, deme el permiso de la delegación!”.

Para más agravio, la filmación era parte de un proyecto de Alfonso Cuarón, ganador del Óscar y con muchas simpatías públicas.

Así, Ricardo Monreal tuvo que disculparse públicamente y por la posterior evidencia de agresiones físicas del personal de la delegación al staff de Cuarón se despidió a Mario Montes, subdirector de Mercados y Vía Pública, a pesar de que el mismo delegado durante el video se dirige directamente a Herman Domínguez, director del mismo departamento.

Y es que parece que el mundo de las redes sociales, las transmisiones en vivo, las declaraciones son el ring que antecede al escenario electoral desde ahora, en pleno 2016, cuando el delegado apenas ha cumplido su primer año de gobierno.

2018 SE ADELANTA

Estamos a poco más de un mes de que termine el 2016, sin embargo parce que empieza ya el 2018. Ya se leen encuestas en algunos medios de comunicación que en la capital de la República señalan a Ricardo Monreal, militante del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la cabeza de prácticamente todas. Le sigue Alejandra Barrales del PRD. Esto no resulta una sorpresa porque la CDMX ha sido tradicionalmente de izquierda desde hace dos décadas, sin embargo ahora esas encuestas plantean un escenario que es la antesala de la posible alternancia en el poder dentro de la propia izquierda.

El jefe delegacional de la Cuauhtémoc no niega sus aspiraciones. Pero no quiere ser “jefe de Gobierno”, él quiere ser el primer gobernador, tal como lo ha repetido públicamente en múltiples entrevistas y apariciones públicas.

“Morena está arriba en todas las encuestas y dentro de Morena aparecemos nosotros como punteros. En el caso de que en este momento fuera la elección, ganaríamos con Morena la CDMX”, dice Ricardo Monreal al recibir al equipo de Capital Media en su oficina.

No niega sus intenciones, como tampoco niega que tuvo un acuerdo previo con Andrés Manuel López Obrador, líder y fundador de Morena, que las sustentan.

“Con Andrés me une una relación muy afectiva, te puedo decir con mucha contundencia que platicamos del tema desde la elección de jefe delegacional , hay un compromiso con los compañeros de Morena y vamos a trabajar. Estoy seguro que vamos a estar en las boletas (…) Sí, hay un acuerdo previo, aunque él es muy cuidadoso y dice: todo va a ser mediante encuestas. Y a mi no me preocupa porque nosotros no somos ambiciosos vulgares. No es el llegar por el llegar”.

Sí tal como el mismo delegado afirma, hubo un acuerdo con López Obrador, la delegación Cuauhtémoc es entonces su prueba de fuego, para demostrar si podría gobernar la ciudad más importante del país, y una de las más relevantes de América Latina. Eso pareciera no asustar al político nacido en Fresnillo, Zacatecas, entidad donde, por cierto, ya fue gobernador.

“La CDMX yo te pudiera decir que está en un proceso de enfermedad , tenemos que aliviar a la CDMX en materia de movilidad, de seguridad pública, en materia de empleo, de desarrollo económico, de salud, de educación. Sabemos cómo hacerlo; sabemos porque nos dedicamos de tiempo completo a nuestra actividad y creo que es clave que esta ciudad se mantenga en esto que tu llamas alternancia política dentro de la izquierda”.

Y… ¿SÍ SABE CÓMO HACERLO?

Sergio González se paró con megáfono en mano frente a la Estela de Luz, el monumento que se erige sobre la avenida Reforma, frente a una de las puertas del parque de Chapultepec, “Aquí podemos ver una de las mejores vistas de la ciudad” dice el arquitecto especializado en urbanismo, refiriéndose a la avenida Paseo de la Reforma de un lado y el Castillo de Chapultepec del otro. El recorrido casi turístico que dirige está orientado a mostrar el sitio en el que se proyecta un gran paradero combinado con un centro comercial y un hotel sobre lo que hoy ocupa el paradero de microbuses, pero no es turismo, sino alguien que busca generar conciencia ciudadana para presentar oposición a lo que los vecinos ven como un “proceso gentrificador” en la delegación Cuauhtémoc.

La gentrificación es uno de los problemas que viven diariamente los vecinos de esta delegación. Temas como el uso de suelo, los desalojos y las mega construcciones han sido parte de la agenda cotidiana del delegado desde su llegada al Gobierno.

Sergio González es uno de los muchos vecinos de la Juárez y Cuauhtémoc que saben que su colonia tiene un gran valor para los desarrolladores inmobiliarios y que lograron ponerle un alto al “Corredor Cultural Chapultepec” en diciembre del 2015 . Ahora se enfrentan con otro megaproyecto que modificaría totalmente las dinámicas económicas y sociales de sus barrios. El arquitecto da recorridos a estudiantes y vecinos para mostrarles la composición social de la colonia Juárez, las tienditas de barrio y los negocios familiares que cederían ante la competencia de grandes cadenas y la presión inmobiliaria para construir un nuevo tipo de ciudad.

El equipo de Capital Media se impuso la labor de caminar por las calles de las colonias Juárez, San Rafael, Cuauhtémoc, Roma y Condesa, donde se pueden apreciar, incluso varias veces en la misma cuadra, los cambios que denuncian los vecinos.

Se construyen nuevos edificios habitacionales o de usos mixtos por todos lados, al límite de la altura permitida por el Programa Parcial de Desarrollo Urbano y con flamantes negocios y cafés dirigidos a un público específico, que no necesariamente es el que actualmente las habita. Estas son las colonias “de moda” y la inversión privada se vuelca en sacarle el mayor beneficio, acompañada también de inversión pública.

“Es que Monreal gobierna solo para algunas colonias” dice Manuel, vecino de Santa María la Ribera que denuncia que pierden el suministro eléctrico por lo menos una vez por mes: “Vienen los de la CFE y ponen un parche, dicen que este cableado tiene ochenta años, pero en San Rafael ya están haciendo todo el cambio aunque la colonia es más nueva”.

La San Rafael –colonia donde vive el delegado– por su cercanía a Insurgentes y Reforma es una de las que poco a poco se vuelven más exclusivas, y expulsa a sus habitantes tradicionales para dar lugar a oficinas y cafés de moda cuyos usuarios gozarán también de un buen suministro eléctrico, banquetas de nuevo diseño y estampado, luminarias y macetones que fungen de bolardos. Aún están abiertos los huecos para la instalación de luminarias y en algunas esquinas se acumulan las antiguas a un lado de las nuevas.

“Reparaciones solo las que hace el señor delegado en su calle a las afueras de su casa” comenta Liliana en uno de los grupos de vecinos de la San Rafael que existen en Facebook, y acompaña su comentario con una foto de la nueva banqueta con acabado rústico y tonalidad rojo ladrillo.

Mientras tanto, en las colonias Santa María, Doctores y Atlampa también se renovaron banquetas, pero con diseño tradicional y sin cambio de luminarias a pesar de que los vecinos denuncian constantemente la oscuridad como un factor de riesgo que los vuelve presa fácil de los asaltos nocturnos. Y es que la inseguridad es tema de todos los días para los habitantes de la Cuauhtémoc, que viven bajo el riesgo de sufrir al menos siete de los 10 delitos de mayor impacto que han puesto a la ciudad en jaque: homicidio doloso, robo con violencia, robo a negocio, robo a transeúnte y violación.

“Estábamos cerrando, ya con la cortina abajo cuando se metieron, venían armados y se llevaron lo de la caja, a todos nos pegaron y a mi mamá le rompieron la nariz” cuenta José, un comerciante del centro de la ciudad. La denuncia de los hechos fue seguida de la acostumbrada tardanza para que se presentaran los oficiales, “no es la primera vez que nos roban, a muchos en el rumbo les ha tocado”.

Los vecinos también reclaman que los recursos de la policía de proximidad de la delegación se destinan a la Condesa y la Roma, en donde a pesar de ello, también los vecinos alegan que se registra un alto índice de robos y que el narcomenudeo está en aumento. Mientras el delegado Monreal y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, se culpan mutuamente.

Al respecto, en entrevista, Monreal comenta: “Nosotros hemos presentado un diagnóstico, un plan de seguridad. Hay un problema serio en la ciudad, no solamente en la delegación, no solamente en la Condesa. La Condesa es más vistosa, pero yo percibo que hay en toda la ciudad no hay margen. Para mí, empiezan a presentarse signos, manifestaciones de presencia del crimen organizado. Pero mira es una facultad que nos rebasa a las delegaciones. Las delegaciones no tenemos esa facultad, aquí hay Mando Único; no tenemos mando sobre policías”.

Por su parte, el jefe de Gobierno ha dicho en diversos foros públicos que es un asunto que toca a las delegaciones, incluso ha llamado a los delegados a hacer su trabajo. Lo cierto, es que la gente está preocupada y no le importa a quién le toca pues lo que quiere es una solución. Ricardo Monreal responde tajante:

“No es necesario (buscar) opiniones. Es una asunto que está en la Constitución con claridad, el tema de las facultades”.

Y es que muy poca gente sabe exactamente donde terminan las facultades de un delegado y comienzan las de un jefe de Gobierno, situación que Monreal espera sea diferente cuando la Ciudad de México cuente con una constitución propia.

Pero por lo pronto, a la gente, un delegado no puede decirle que “eso no le toca” si es la autoridad de primera instancia y sobre todo, si desea contar con sus votos en un proceso electoral futuro del que abiertamente ha dicho, formará parte.

“Yo te diría: no estoy obligado a hacer lo imposible. Si no tienes mando de policía si no tiene recursos, si no te atienden en el plano, no tienes nada. No es un problema de voluntad. Yo tengo la voluntad de enfrentar el problema de seguridad pública, de coordinar los esfuerzos en vía pública pero no tienes recursos, no tienes facultades, no tienes funciones (…) Mientras no nos den facultades y recursos no habrá ningún delegado que pueda frenar por sí, la inseguridad pública porque no tenemos elementos para poder generar condiciones de seguridad, no puedes”, asegura Ricardo Monreal.

LO MENOS CHIC

Y mientras en un lado de la historia están los asaltos, la inseguridad y la gentrificación, en las colonias populares del territorio gobernado por Ricardo Monreal la vida cotidiana está llena de desalojos y problemas con comerciantes. Allí, se han vivido hasta 38 desalojos en los últimos dos meses, sobre todo en edificios de las colonias Centro, Guerrero y Morelos, lo que es popularmente conocido como el barrio de Tepito. Lo que caracteriza estos operativos es que se realizan con lujo de violencia y se emplean hasta 500 elementos del cuerpo de granaderos.

“No me dejaron pasar a recoger a mi bebé de siete meses” dice Irene, quien fue desalojada junto con su familia del edificio de Argentina #99. “Al final uno de los granaderos lo agarró y lo puso en el patio, como si fuera un mueble”.

Irene vive ahora en la calle, donde sus pertenencias se encuentran resguardadas por unas cuantas lonas y acompañan a los muchos muebles que los ex habitantes de Argentina núm. 99 y Argentina núm. 96 han dejado ahí por no tener a donde llevarlos.

Los desalojos del centro tienen un factor común, además del excesivo uso de la fuerza pública. Es la opacidad del proceso. Vecinos reportan que el mismo Hiram Almeida, secretario de Seguridad Pública del Gobierno de la Ciudad de México, coordina algunos operativos como en el caso del edificio de Granadas núm. 130, en otros simplemente se hace un bloqueo a las calles aledañas muy temprano por la mañana y los policías acompañados de cargadores vacían las viviendas de gente y muebles en pocos minutos.

“Se llevan nuestras cosas, lo que les gusta, y dejan todo lo demás tirado en la calle” –dice un habitante de Argentina núm. 96– “comienzan a demoler y se detienen cuando llega el citatorio de la delegación porque no tienen permiso, luego nomás tienen que esperar que se caiga solo el edificio, vas a ver que ponen negocios y bodegas, es lo que conviene aquí”.

La gente no tiene claro si debe ir a denunciar esto a la delegación o si debe presentar una queja en la Comisión de Derechos Humanos capitalina contra el jefe de Gobierno. Lo único cierto es que se siente desprotegida.

Si algo tienen en común los desalojados del centro con los comerciantes es que dicen ser víctimas de acoso “por no ser gente de Alejandra Barrios”. Álvaro N., habla por los vendedores de Sullivan a los que un buen día se les impidió colocarse en los estacionamientos del Jardín del Arte, donde colocaban su tianguis los martes y jueves desde hace 27 años.

“Un día amanecieron todos los espacios ocupados por vehículos de la delegación, después vino alguien a decirnos que por quejas de los vecinos se nos estaba retirando, nos responsabilizan por la inseguridad ¡hasta por la prostitución!”.

La relación con Alejandra Barrios es otro tema que data de la campaña durante la cual Monreal se candidateó para la delegación. En el proceso de campaña, a Ricardo Monreal se le acusó de recurrir a varios expriistas como Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y la misma Barrios, para obtener el apoyo necesario y asegurar la elección. Con la dirigente de los comerciantes, Monreal mantiene una relación de “estira y afloja” de la cual el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, se lava las manos.

Así, el delegado aparenta que aplica mano dura contra el comercio ambulante al retirar a los comerciantes del Jardín Pushkin y el Jardín del Arte, pero todos saben que en ambos casos se trata de gente no alineada a la estructura de Barrios.

“Es pura simulación, a ver ¿cuándo quitan a los de San Cosme?” pregunta Álvaro N., quien no deja de señalar que la mayoría de los comerciantes de su grupo son de la tercera edad y tienen clientes establecidos entre los vecinos de las colonias San Rafael y Cuauhtémoc.

Los comerciantes de Sullivan fueron reinstalados luego de tres semanas de mostrar el apoyo de los vecinos, quienes no los consideran corresponsables de la inseguridad pero sí hacen eco del reclamo acerca de los puesteros de San Cosme, que tienen incluso estructuras metálicas soldadas a la banqueta donde se colocan todos los días excepto los martes.

En respuesta la delegación desalojó los puestos de Insurgentes y Ribera de San Cosme, justo donde un par de semanas antes las trabajadoras sexuales trans pedían justicia por el asesinato de una de sus compañeras, en lo que los vecinos llaman un acto de simulación.

“Quitaron los de la cuchilla” –dice un transeúnte– “pero a los de la banqueta que se extienden de aquí a las dos estaciones del Metro no les van a hacer nada”.

La Dirección de Mercados y Vía Pública de la delegación es desde donde se manejan los acuerdos con ambulantes y permisos para establecerse en calles y banquetas, desde donde nada se hace para liberar la vialidad del eje 1 Mosqueta, que pierde hasta cuatro carriles por vendedores y clientes de Tepito, y al mismo tiempo actúa con mano dura contra los vendedores de Sullivan o Jardín Pushkin.

Álvaro N. pudo volver a colocar su puesto en Sullivan después de dos semanas sin poder trabajar ni obtener un ingreso. Ese mismo día amaneció sin previo aviso un nuevo tianguis en la alameda de Santa María la Ribera, parque considerado patrimonio histórico, por lo que Álvaro está seguro de que los espacios habían sido prometidos a algún otro grupo que tuvo que conformarse con plantarse a seis cuadras de distancia. En la Santa María, un gran cartel anuncia el programa de la delegación Cuauhtémoc para que productores del sur de Veracruz vendan directamente a los habitantes de la colonia.

Pedro, quien es vecino y activo defensor del parque, mira los anuncios y asegura: “Esto ya estaba arreglado, darles un lugar para que hagan negocio, yo los vi y no son de Veracruz, ¡tienen acento de ser del mero centro!”.

Efectivamente los camiones tienen placas del Estado de México y entre la mercancía ‘del sur de Veracruz’ se encuentran fresas Driscoll (empacadas para exportación en Guanajuato) y manzanas de Chihuahua. Cuando se le pregunta al vecino acerca de las intenciones de Monreal para ser jefe de Gobierno responde rápidamente: “¡Pues será con los votos de Iztapalapa, porque aquí hace puro mugrero!”.

Entrevista: Martha Reyes Crónica e investigación de campo: Pablo Pérez Investigación de datos: Laura Cordero, Luis Méndez y Jorge Chaparro Gráficos: Manuel Meza y Felipe Castro Edición: Elizabeth Palacios y Margarito Sánchez

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