POR SEBASTIÁN SERRANO
Tan pronto terminó el curso que había tomado con la Asociación Internacional de Sistemas de Captación Pluvial (IRCSA por sus siglas en inglés), Yahaira Corona decidió instalar un sistema de captación en su casa. Lo primero que hizo fue pasar a planos el proyecto que había diseñado en el curso, para lo cual tuvo que aprender a utilizar el Auto Cad. Sus padres le dieron el visto bueno siempre y cuando la inversión la realizara ella.
Estuvo todo un día revisando la infraestructura de su casa. Descubrió que sólo podía utilizar la mitad del techo, y que la pendiente del drenaje pluvial llevaba el agua al extremo opuesto de donde ella quería instalar su sistema. Se desanimó y pensó que ya no iba a poder, pero después de toda una tarde arriba de la azotea, con el apoyo de amigos arquitectos diseñó la solución para cambiar la pendiente. Simplemente colocaron una especie de tope con la finalidad de modificar la inclinación del tubo de drenaje pluvial y así permitir que la gravedad llevara el agua hacia el patio frontal de la casa, donde contaba con el espacio ideal para instalar el sistema.
Sin embargo, el presupuesto que tenía para todo el proyecto se le fue en esas adecuaciones, así que tuvo que dejarlo en su primera etapa: una malla para separar hojas y ramas, luego un tubo para desviar las primeras lluvias, que son las que arrastran la suciedad del techo; finalmente, el tanque al que agregó unas bolsitas de cloro para desinfectar. Durante el 2017 utilizó el agua para riego del jardín, así como limpieza de coches y de la casa. Ahora está implementando la segunda etapa del sistema, que consiste en una bomba que lleva el agua del tanque hacia el techo, en donde colocó unos filtros que la limpiarán antes de descargarla al tinaco de uso general de la casa.
Este sistema es una réplica del que hizo su maestro, el doctor Arturo Gleason, presidente de la Asociación Mexicana de Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (AMSCALL). Arturo me comenta que él llegó al tema porque no comprendía que en Guadalajara hubiese problemas por falta de agua, mientras que en épocas de lluvia se inundan (¿nos suena conocido a los chilangos?). “Me puse a investigar, y en 2005 contacté a la Asociación Internacional de Sistemas de Captación Pluvial, y coincidió con un viaje a la India que me cambió la vida, porque pude comprender que la captación del agua de lluvia era posible, y que mucha gente en diversas partes del mundo lo hacía. La gran ironía es que mi tesis de licenciatura fue sobre la construcción del drenaje profundo para Guadalajara”.
A partir de ahí decidió que la captación pluvial era el tema de su vida. En un principio buscó instalar los sistemas en la Universidad de Guadalajara, pero siempre le ponían barreras y largas burocráticas, así que buscó hacerlo en la casa en donde vive con su madre. Lleva 6 años captando la lluvia y ahorra 50 % de su consumo anual de agua. “Instalé un medidor para evaluarlo. Para una casa de dos personas con la precipitación de Guadalajara (1 000 mm) y un área de captación de 84 m², durante el temporal de lluvia, remplazamos el 100 % de nuestro consumo de agua. Incluso en diciembre nos cayeron dos lluvias que me permitieron remplazar parte del consumo del mes”.
Es rentable captar lluvia
Hace cinco años, cuando Omar llegó a su nueva casa, descubrió que tenía que pagar una tarifa de agua que había aumentado 200 %, algo que para una familia de cinco personas en la Ciudad de México es un golpe duro en el bolsillo. Lo que más le molestó fue que, aunque su familia se preocupa por cuidar el agua, tienen dispositivos ahorradores en todas las llaves y escusados de bajo consumo y se duchan en menos de cinco minutos, la tarifa no bajaba. No dependía de cuánta agua consumían, sino de dónde está ubicada su casa. Después de una lucha inútil contra la burocracia, decidió que lo mejor era encontrar un suministro alternativo, y la opción más lógica consistía en captar el agua de lluvia.
Así que empezó a buscar en Internet diferentes soluciones, esto con el propósito de ver cómo podía hacerlo. También analizó el drenaje pluvial de su casa y las tuberías de suministro de agua potable, y se dio cuenta de que todos los escusados y la lavadora de ropa estaban en un mismo ramal de alimentación de agua. Contactó a Isla Urbana, y ellos le ayudaron a instalar el sistema que después de los filtros manda el agua al tinaco que tiene arriba de su casa, y la utiliza para alimentar a los W.C. y lavar ropa. “Llevo cuatro años con el sistema que he ido perfeccionando. Durante la temporada de lluvia, prácticamente desde finales de junio hasta noviembre, he logrado reducir el consumo en más del 60 %. He visto el impacto económico, en los bimestres de la época de lluvia pasé de pagar 900 a 400 pesos”, me explica Omar.
Cuando le pregunto por el mantenimiento, me comenta que implica muy poco esfuerzo, pues antes de la temporada de lluvia barre los techos a fin de eliminar las hojas y el polvo. También limpia el lodo que se acumula en el sedimentador y revisa los filtros para ver si requieren limpieza o remplazo de los medios. Y cuando empiezan las primeras dos o tres lluvias de la temporada, no las capta, las deja correr con el objetivo de que terminen de limpiar la superficie. Durante la temporada de lluvia, después de cada evento, abre el separador de primeras lluvias para tirar el agua con los sedimentos acumulados. “El sistema requiere que estés al pendiente, es como un auto, si lo llevas al servicio cada seis meses el motor te va a funcionar muy bien, si lo descuidas y sólo te acuerdas de llevarlo cuando empieza a fallar, vas a tener que remplazarlo”, agrega Omar.
Una de las principales dudas al hablar de captación es el tema de la lluvia ácida. Cuando le pregunto a Arturo, me comenta que en la Universidad de Guadalajara él y un equipo de estudiantes realizan investigaciones al respecto. Monitorearon un sitio muy contaminado, y solamente durante las primeras lluvias de la temporada encontraron que estaba ligeramente ácida, nada alarmante; además, dos días después se estabilizó. “La naturaleza tiene la capacidad de limpiar la atmósfera. El verdadero foco de contaminación es la superficie del techo, es lo que debes mantener limpio si quieres captar”.
Impulso a la captación
De acuerdo con Arturo, el problema del agua es una bomba de tiempo, tanto en Guadalajara como en Ciudad de México. Con los ríos y lagos contaminados y los acuíferos sobrexplotados, agotamos poco a poco nuestros recursos. “El agua entubada nos tiene muy mal acostumbrados. Los ciudadanos debemos responsabilizarnos del agua, comprender que no es eterna y por este motivo debemos instalar, utilizar y mantener sistemas alternativos de suministro”. Por eso para él es fundamental seguir con el tema de la concientización.
Yahaira, dice, se emociona de pensar que esta temporada de lluvia se bañará con el agua de lluvia que viene del sistema de captación que ella instaló. “Prefiero mi agua de lluvia, la veo, sé qué filtros utilicé y la cuido. En cambio, el agua que viene del municipio no sabes por dónde pasa ni qué procesos sigue. Me da mucha más confianza mi agua. Durante los 4 meses que dura la temporada de lluvia, estoy utilizando el agua que me cae del cielo. Algo que debería ser una práctica generalizada; el agua que cae del cielo no se debe ir al drenaje, no tiene sentido”.
“La verdadera satisfacción es que mis hijos crezcan viendo que ahorramos agua, esto les va ayudar a ser más resilientes y a tener otra perspectiva hacia el futuro que van a enfrentar, porque el problema del agua en la Ciudad de México es muy grave. Quiero enseñarles que sí es posible y que crezcan viendo los beneficios de la captación, que digan ‘yo viví con agua de lluvia’”. Pero Omar no se queda ahí, me explica que con el éxito obtenido instalarán un sistema en la casa de sus padres, y además él quiere seguir desarrollando soluciones de autosustentabilidad: evalúa las celdas solares para tener suministro alternativo de energía en su hogar y también está construyendo un invernadero en casa de su hermana. Sin duda los que vivimos en las megaurbes cada vez más pobladas –sobre todo las generaciones que vienen después– tenemos que empezar a encontrar suministros alternativos, con el propósito de alargar los recursos del planeta antes de agotarlos por completo.
Componentes del sistema de tratamiento
1.Tratamiento primario: se debe colocar antes del tanque. Puede consistir en rejillas para frenar hojas y ramas, desviadores de primeras lluvias o sedimentadores que permiten que la tierra se asiente en el fondo.
2.Tanque de almacenamiento: sirve para almacenar el agua de lluvia limpia antes del proceso de filtrado. Desde este punto se puede disponer para riego o limpieza.
3.Tratamiento secundario: Por lo general, se utilizan filtros con medios como carbón activado, arenas, papel o fibras. Estos permiten eliminar los polvos finos, algunos metales, aceites, así como el color, olor y sabor del agua.
4.Desinfección y potabilización: permite eliminar microorganismos vivos patógenos que pueden causar enfermedades. Se utiliza cloro, ozono, plata coloidal o las lámparas de luz ultravioleta.
5.Bombas de distribución: se utilizan para llevar el agua desde el tanque pluvial a la cisterna de disposición.
Estos sistemas los puedes hacer tú mismo comprando las partes en la tlapalería, o acude a empresas especializadas que cuenten con los equipos adecuados. Algunas son: Soluciones Hidropluviales, Isla Urbana o 3P Technick.