- El manejo del partido desde Palacio Nacional debilita al partido y a su dirigencia, pero refuerza a quien llegue como defensor de la cuatroté y transita hacia la batalla electoral de 2024
La sucesión presidencial entre morenistas se acelera. La reunión del Consejo Nacional, presidido por el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, definiceron las reglas para elegir a su candidato presidencial fue la pasarela y la medición con el aplausómetro entre corcholatas.
La sucesión, llevada de la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya tiene candados y premios de consolación. De esta manera, blindan el proyecto transexenal de la cuatroté y se configura un partido-gobierno. Lo que se cuidó con precisión de cirujano es la unidad morenista. A final de cuentas, Morena ya aprendió, con la experiencia, de las pasadas elecciones en Coahuila que, en solitario, se corre el riesgo de perder lo conquistado en 2018.
El manejo del partido desde Palacio Nacional debilita al partido y a su dirigencia, pero refuerza a quien llegue como defensor de la cuatroté y transita hacia la batalla electoral de 2024.
Por ello es que, desde el púlpito de la mañanera, el presidente orientó las preguntas de la encuesta. Aplacó los ánimos de los gobernadores y controló una posible ruptura de su proyecto político.
Aunque ya están maniatados, lo que se tiene es un partido del gobierno que distorsiona reglas democráticas y arma una sucesión suave. Lo que sigue es mero trámite y bajar el protagonismo de los concursantes del juego presidencial.
Participarán un máximo de seis aspirantes en la encuesta, que se levantará del 28 de agosto al 3 de septiembre, y cuyos resultados se darán a conocer el próximo 6 de septiembre.
Aspirantes: Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum Pardo por Morena; el senador Manuel Velasco del Partido Verde, y Gerardo Fernández Noroña del Partido del Trabajo.
Los aspirantes deben refrenden formalmente y por escrito su compromiso con los principios éticos fundamentales del movimiento contenidos en los documentos básicos de Morena, particularmente: no mentir, no robar, y no traicionar al pueblo.
Los aspirantes podrán registrarse a partir del lunes 12 y hasta el viernes 16, y deberán renunciar a cualquier cargo público que ostenten el mismo día de su registro.
Deberán presentar dos propuestas de empresas encuestadoras que puedan auxiliar en el levantamiento, que estará a cargo de la Comisión Nacional de Encuestas y la Comisión Nacional de Elecciones, así como del Consejo Nacional del partido.
La realización de los recorridos de trabajo se llevarán a cabo del 19 de junio hasta el 27 de agosto, los aspirantes deberán privilegiar el contacto con la gente y las asambleas informativas
La campaña debe realizarse de manera austera, sin derroche de gastos publicitarios ni propagandísticos, rechazando toda práctica antidemocrática
No habrá la posibilidad de debates
Debe ser una contienda fraterna y no puede haber denostación entre compañeros, tiene que haber absoluto respeto y tampoco pueden hablar mal o desacreditar este proceso, porque tiene todo el consenso del Consejo Nacional.
Para garantizar certidumbre en la encuesta del partido, se llevarán a cabo cuatro encuestas espejo a partir de las empresas propuestas por los aspirantes, las cuales serán seleccionadas por medio de un sorteo.
En el levantamiento habrá representantes de cada uno de los aspirantes, un coordinador designado por la Comisión de Encuestas y un encuestador; asimismo, estarán foliadas y se llevarán a cabo con el esquema de urna simulada.
Deberán limitarse de expresar cualquier opinión en favor de alguno de los aspirantes, el presidente de la República y los titulares de su gabinete legal y ampliado; los gobernadores y los integrantes de sus respectivos gabinetes; alcaldes y presidentes municipales y sus colaboradores de primer nivel; los coordinadores de las bancadas de Morena en el Congreso Federal y los estatales, y por supuesto, de los partidos aliados; toda persona que tenga un cargo de dirigencia nacional o estatal en Morena, y por supuesto los integrantes de las comisiones de Elecciones y Encuestas.
El resultado de la encuesta será inapelable, y los aspirantes deberán comprometerse a respetar y asumir los resultados, así como apoyar al ganador o ganadora.