En los últimos años, como reloj suizo, vemos que la Ley de Moore se cumple cabalmente y nos acercamos cada día más a un mundo dominado por los avances científicos y la tecnología aplicada. Si bien tiene muchas ventajas este ambiente interconectado, lo cierto es que también representa ciertos riesgos el poder conectarte en una red pública y hacer algo tan cotidiano como una compra cualquiera.
Los delitos cibernéticos en México representan cerca del 32 % de las reclamaciones de la banca, según datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Tal vez sea un porcentaje bajo, pero es un número que va en aumento, por lo que actualmente muchas empresas buscan reducir la posibilidad de que se cometa un fraude al comprar en línea.
Sin embargo, los delincuentes también son ingeniosos e innovadores, por ello, han diversificado su forma de operar. Recientemente se han registrado casos de fraudes en el sector inmobiliario al poner páginas donde se ofrecen propiedades en renta, no obstante, cuando el cliente pide verlas, se le solicita que haga un depósito en dichos sitios web. Este es sólo uno de muchos ejemplos que hay.
Por eso, y por las dudas que se crean entre los consumidores, algunas empresas del sector fintech, como Conekta y Openpay, han creado sitios y aplicaciones con el propósito de ofrecer a los comercios en línea el servicio de pago, pero con la garantía de contar con el mismo nivel de seguridad que tendría un banco para sus operaciones. Lamentablemente eso no significa que estemos del todo seguros y, en este panorama, los consumidores también somos un tanto responsables.
Tan sólo el año pasado se reportaron más de cinco millones de quejas ante la Condusef, 12 % de las cuales fueron por utilizar sitios de e-commerce que no cuentan con servicios seguros para los pagos en línea.
Una de las recomendaciones más frecuente al ocupar los portales en línea consiste en nunca comprar en una red pública, sino a través de portales de pago seguros, como Conekta,Openpay o Paypal, que tengan una garantía dentro de su propio servicio. También es recomendable ocupar siempre nuestro teclado, esto porque muchas veces el hacking se hace en los mismos dispositivos físicos y no en línea. Una recomendación que parece muy básica y aun así muchos no la siguen es que no debemos dar datos personales en cualquier sitio web, siempre hay que tener una contraseña alfanumérica, y debemos mantener nuestros tokens en lugares seguros y ocultos, de preferencia en una caja de seguridad junto a nuestros documentos más importantes.
En cuanto a las transferencias bancarias, es muy importante revisar que la dirección que aparece en la barra de nuestro explorador sea un https y no un simple http, y sobre todo que no olvidemos que los bancos nunca envían correos con la finalidad de solicitar información privada que tampoco debemos dar cuando alguien llama en su nombre para ofrecer algún servicio.
En el sector financiero mexicano, algunos avances que se discuten y están relacionados con la tecnología blockchain, consisten en tener acceso a una sola base de datos centralizada para los famosos procesos KYC y AML, es decir, unificar las políticas de conocimiento del cliente y antilavado de dinero. Solamente se deberían requerir una vez esos datos, y con ello cotejarlos en una base centralizada, como sucede en la mayoría de los países.
El hecho de que cada institución tenga que invertir recursos en diseñar su propio procedimiento las vuelve ineficientes y aumenta la probabilidad de fraude por deficiencias en la calidad de tales procesos.
Por lo pronto, y mientras eso ocurre, el emprendimiento no puede detenerse, por ello Startupbootcamp FinTech México busca acelerar un programa de ciberseguridad para las startups que estén interesadas en ocupar machine learning y big data a fin de prevenir fraudes. Con ello, muchos emprendimientos podrían garantizar sus operaciones en línea y generar mucha más confianza en sus clientes.
*Asesor financiero especializado en fintech y coaching financiero.
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